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jueves, abril 25, 2024
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Girasol, un cultivo con beneficios a largo plazo y con una ayuda acoplada de 40 euros

El girasol es uno de los pocos cultivos cuya raíz penetra hasta dos metros en la tierra para aprovechar nutrientes que quedan fuera del alcance de otras siembras. Permite eliminar malas hierbas que proliferan en el cereal, y cuenta con una ayuda acoplada de 40 euros

El girasol puede ser uno de los cultivos que mayor merma de superficies acuse esta campaña. Las condiciones
meteorológicas han sido buenas para las sementeras de cereal, y los precios de 2014 le han dejado al agricultor “mal sabor de boca”, como describe Carlos Blanco, de Koipesol. Blanco calcula que la reducción de siembras de pipa en Castilla y León rondará entre el 5 y el 10%. De la misma opinión es José Luis Sainz, coordinador comercial de la Zona
Norte en Euralis. 

Los precios del alto oleico son mejores, pero al productor regional parece que le cuesta salirse de las variedades convencionales. Y todo apunta a que, en el marco de la nueva PAC, los guisantes y otras proteaginosas
ocuparán parte del espacio que, a priori, correspondería al girasol. Desde la objetividad más absoluta hay buenos argumentos en favor de la siembra de la pipa. Pura agronomía. El girasol moviliza y aprovecha nutrientes que la mayoría de cultivos no utiliza. También facilita la eliminación de muchas malas hierbas, además de que sirve para diversificar riesgos en la explotación, y cuenta con ayuda asociada de 40 euros por hectárea en la nueva PAC. 

Ahora las miradas se dirigen al parte meteorológico. “El agricultor está esperando a que llueva de verdad. Las lluvias de invierno son muy necesarias, y las de primavera también para que la tierra coja buen tempero y asegurar la nascencia”, apunta Blanco. Hasta mediados de abril, cuando debieran generalizarse las siembras en la región, hay todavía margen para que caigan las precipitaciones necesarias. 

A juicio de Sainz, la campaña se presenta con una buena preparación de las parcelas gracias a las labores profundas realizadas en invierno. “Ahora el terreno está en buenas condiciones después de las numerosas heladas que hemos tenido. Una vez que la tierra tenga tempero con las lluvias de primavera se podrá realizar una óptima siembra para el desarrollo del cultivo”, confía el especialista de Euralis. 

Labores y genética 

Para el experto de Koipesol, la clave en el laboreo tradicional está en realizar una buena preparación del terreno entre noviembre y diciembre. Y que la planta tenga primero agua para germinar y, después, reservas hídricas en el verano. 

Por su parte, Sainz recalca que el destino del girasol es obtener aceite, “y por tanto la rentabilidad para el cultivador está relacionada directamente con el contenido graso, que es una característica genética de la variedad”. “Debemos elegir una variedad con un alto nivel productivo que nos permita producir cuanto más mejor, pero sin dejar nunca de lado la calidad de la cosecha en cuanto al contenido graso y al ácido oleico”, insiste.

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