Todo se ha dejado notar en el precio. Y en la rentabilidad. A pesar del incremento de la demanda en los últimos cinco años (13%), la cosecha de patata ha sido muy elevada para la demanda. Los patateros franceses vendieron en España 80.000 toneladas menos de la cosecha del año pasado, según los datos que maneja Jesús Paradinas, jefe del Servicio de Comercialización Agraria y Asociacionismo de la Junta de Castilla y León. Superficies y producción subieron, sobre todo en Sevilla, y la sobreoferta motivó que los precios estuvieran muy bajos, que se desplomaron entre mayo y junio.
Conferencia de Jesús Paradinas en la VI Jornada de Patata de El Carpio
Sobre las pautas de consumo, el experto significó en la Jornada de Patata de El Carpio celebrada el viernes pasado que el descenso de población es clave. El 1,6% del consumo total corresponde a la patata. El 34,1% (5,4% más que en 2016) se distribuye en supermercados y autoservicios mientras que el 24,9% (-1,8%) es en la tienda tradicional. El hipermercado se lleva el 10,4% (-4,7%). En otoño y primavera es cuando el consumo es más alto.
A modo de conclusión, Paradinas enfatizó en su ponencia lo importante que resulta para el productor colaborar con el operador tanto en la elección de la variedad como en determinar la fecha de siembra, en decidir qué parcela y en adecuar la superficie.
El jefe del Servicio de Comercialización Agraria y Asociacionismo de la Junta hizo la radiografía de los cinco países europeos que “condicionan el mercado de la patata”: Bélgica, Francia, Alemania, Holanda y Reino Unido. Entre todos aumentaron las superficies de cultivo un 10% respecto a 2016, que fue un año de escasez.
La pasada campaña fue agronómicamente buena, hasta superar en un 17,2% la media de las últimas cinco campañas. Bélgica incrementó mucho su producción, e incluso la importación para industria.
