“Tiene un desarrollo muy bueno. Es una de las mejores campañas”. Así de tajante se explica Matías Llorente al referirse a cómo está la remolacha. En León ya han aplicado los tratamientos contra la cercospora y oídio. A pesar de todo, ha habido bastante podredumbre. Ha obligado a cortar algunos riegos por la mala combinación que le supone a la raíz el agua y el calor excesivo en esa situación.
De cualquier manera, casi no hay agua disponible en esta provincia. Solo queda Riaño, Páramo Bajo y Payuelos. Un contrasentido para un cultivo que se muestra “excepcional”, con una densidad de entre 95.000 y 100.000 plantas por hectárea.
Llorente se cura en salud al recalcar que mucho depende de “cómo venga septiembre”. Barrios de Luna está seco para la remolacha. La duda es si el cultivo dará como para que la azucarera de La Bañeza abra con normalidad y en fecha.
Para Azucarera ha sido la adecuada preparación del terreno y la siembra en el momento óptimo lo que ha propiciado que el desarrollo del cultivo esté más avanzado que la campaña anterior en términos generales.
Ahora existe preocupación en relación a la restricciones de riego en determinadas zonas. “Para poder continuar el buen desarrollo de la remolacha en la última parte del ciclo, la meteorología va a jugar un papel clave”, aseguran en Azucarera.
El análisis del desarrollo de la planta en distintas zonas determinará finalmente la fecha de apertura de los centros de molturación, con el objetivo de adecuar el inicio de actividad de las fábricas al momento óptimo de recolección.
En ACOR destacan el efecto negativo de la restricción de los riegos en determinadas zonas, que está impidiendo finalizar con normalidad el ciclo. En estos casos, salvo que este mes se produzcan las suficientes precipitaciones para paliar los efectos de la supresión de los riegos, es probable que sea necesario retrasar unas semanas el arranque de dichas parcelas, hasta que las condiciones del terreno y del cultivo sean favorables.
“La remolacha presenta un estado sanitario adecuado, habiendo sido necesario hasta ahora la aplicación de uno o dos tratamientos fitosanitarios para combatir las enfermedades de hoja características de esta época, como son el oídio y la cercospora”, atestiguan.
