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jueves, marzo 28, 2024
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Los bioestimulantes, una solución contra el estrés vegetal de los cultivos

Estos productos preparan a la planta contra situaciones adversas. Son adecuados en momentos críticos y también en otros cruciales para su óptimo desarrollo

Es posible utilizarlos sin malos efectos con otros de perfil más tradicional 

Los cultivos de Castilla y León afrontan este año una peligrosa yincana en la que, de todas todas, el resultado de la cosecha saldrá perjudicado. Y, por supuesto, también la rentabilidad del agricultor. Sequía y heladas son los grandes problemas esta vez. Pero, lejos de resignarse, el productor debe tratar de paliar la adversidad. Los abonos especiales y bioestimulantes son cada día más valorados y utilizados para revitalizar y recuperar la cosecha.

Prácticas contra los hielos como humedecer los suelos secos “pueden ser complementadas con un acertado plan de nutrición, bioestimulación y protección de las defensas de la plantas afectadas”, tal como asegura Victorino Martínez, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Agronutricionales (AEFA).

Estos productos preparan a la planta ante las condiciones adversas. “Aunque los daños en la planta por estrés térmico dependen de la capacidad de resistencia de cada tipo de cultivo y variedad, hay otros muchos factores que debemos tener presentes para lograr una máxima protección y capacidad de reacción ante esta adversidad meteorológica”, recalca Martínez.

Mantener cubiertas limpias de hierbas, recurrir al riego, evitar el laboreo previo, realizar un abonado equilibrado o fortalecer a la planta con bioestimulantes especializados son algunos de los métodos indirectos más efectivos para resguardar al cultivo de los serios daños que pueden producirse por su sometimiento tanto heladas o bajas temperaturas.

Desde AEFA inciden en las virtudes de algunos bioestimulantes:
Ácidos húmicos. Es aconsejable su aplicación en riego por goteo la tarde anterior y durante la noche. Es un abono orgánico de alta solubilidad especialmente indicado para mejorar la calidad de suelo, además de una fuente energética directa para las plantas debido a que su biodegradación por los organismos del suelo en momentos de elevado consumo energético, provoca beneficios en el rendimiento y calidad final de las cosechas.
Aminoácidos. Estimulación energética en los momentos de mayor demanda del cultivo. Los aminoácidos especialmente seleccionados promueven la síntesis de proteína e intervienen en procesos concretos para favorecer la síntesis de fitohormonas y clorofila.

Algas. Se han desarrollado una gama de bioestimulantes agrícolas a base de hidrolizado de proteínas de distintas microalgas. Son productos bioestimulantes, 100% natural, con un elevado contenido en aminoácidos libres, polisacáridos, fitohormonas, oligoelementos y antioxidantes, que son el complemento perfecto para la autodefensa de las plantas y el consiguiente incremento del rendimiento de cultivos de todo tipo.
Enraizantes. Son mezcla de microorganismos que colonizan el nicho ecológico de las raíces creando una barrera biológica beneficiosa para el cultivo. Es un protector radicular que fortalece el sistema defensivo de las plantas al mismo tiempo que estimula al cultivo.
Otros aportes nutricionales. Una alimentación adecuada permite tener a las plantas lo suficientemente fuertes y sanas, manifestando una resistencia innata a las bajas temperaturas.

Algo más que abono

A la planta le viene bien aportarle los abonos de siempre, pero cuando pasan por una situación de estrés necesitan potenciar aún más su alimentación, con aminoácidos. Así es más asimilable para el cultivo, tal como señala la técnica especialista en viña de Sipcam Iberia Marta Iglesias. Los bioestimulantes con aminoácidos de origen vegetal suelen ser los más adecuados porque guardan similitud con el cultivo al que se destinan. Sipcam emplea estos productos vegetales, muchos fitosanitarios naturales y microelementos, que impulsan el desarrollo radicular y aéreo.

“Los bioestimulantes son adecuados sobre todo en momentos de estrés para ayudar a la planta en momentos críticos o en épocas cruciales de su desarrollo, y pueden compaginarse con otros productos”, destaca Iglesias. Son idóneos para todo tipo de cultivos. Perfectos para la viña en años normales durante el cuajado y el engorde, y para cuando graniza o hiela. El agricultor debe asesorarse para conocer qué es lo que ayudará en su explotación en el ámbito nutricional y sanitario.

La técnica considera que “el agricultor debe evolucionar porque el mercado lo hace. Podemos conseguir mejores resultados con bioestimulantes, aunque hay productos tradicionales que son necesarios”. Los bioestimulantes están indicados, además, donde no se exige tanta producción porque también mejoran la calidad de los frutos.

Otra virtud que poseen es que apenas dejan secuelas. “Son productos eficientes y que intentan ir al residuo cero. Se trata de materias diferenciadas para no crear resistencias”, concluye la experta de Sipcam Iberia.

 

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