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martes, marzo 19, 2024
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InicioOpiniónivanAgua, sol y guerra en Sebastopol. Así están los precios

Agua, sol y guerra en Sebastopol. Así están los precios

Se cumplen dos años de la guerra en Ucrania y España se ha convertido en el destino más interesante para el grano de aquel rincón del mundo

Iván Álvarez. Asegrain
Iván Álvarez. Asegrain

En el artículo publicado en esta revista el 28 de julio de 2023 se hacía referencia a esta frase, qué si bien su autoría no está clara, fue recogida por D. José María Bernaldo de Quirós en su ‘Manifiesto del Hambre’, y explicaba que una buena cosecha en España y guerra en península de Crimea, aseguraba una buena “bolsa” a los agricultores castellanos…

Pues esta campaña 2023/2024, que encara su parte final, ha sido todo lo contario, hemos tenido una de las peores sequías en primavera y verano que se recuerdan, con una de las peores cosechas de los últimos años, y la guerra en Ucrania ya se ha extendido 2 años, y de momento no parece que vaya a tener un desenlace a corto plazo…

Podemos hacer un poco de repaso de los precios históricos de los últimos dos campañas (Lonja de León):

  • Lonja 21-07-2021: Trigo 205, cebada 191
  • Lonja 5-01-2022: Trigo 280, cebada 267 y maíz 277
  • Lonja 04-05-2022: Trigo 355, cebada 345 y maíz 345
  • Lonja 12-07-2023: Trigo 240, cebada 220 y maíz 240
  • Lonja actual … quizá precios parecidos a 2021…

Estas subidas en torno a 150 €/Tm y su desplome en los dos años siguientes obedecen a diversos motivos, unos por el crecimiento de la oferta mundial (en las economías de mercado, cuando los precios de un bien suben, aumenta su producción estimulado por el incentivo del beneficio) y otros motivados por la especulación (en unas ocasiones la especulación hace subir los precios de forma muy intensa, como en el caso del inicio de la guerra de Ucrania, y en otros casos los especuladores se posicionan contrarios a los precios y apuestan por bajadas de precios, como en el último año y medio).

Las principales causas en nuestra opinión, sin orden de importancia:

  • Gran cosecha de trigo en Rusia en las dos últimas campañas (22/23 y 23/24). Para Rusia la venta de granos es vital para generar divisas, que le permiten adquirir material de guerra y mantener la maquinaria de guerra funcionando. Debemos recordar que las sanciones a la exportación, solamente se las han impuesto UE y USA, ellos pueden seguir vendiendo al 70% del PIB mundial.
  • En Ucrania, nos hemos encontrado con un “efecto rebote”, en el momento inicial de la invasión por parte de Rusia, las cargas de cereal eran muy complicadas y arriesgadas, así como la siembra de la primavera de 2022 se veía muy comprometida. Dada la relevancia mundial de Ucrania como exportador mundial, los precios reaccionaron (es decir si uno de los actores importantes no va a estar disponible, hay que cubrir su hueco con cereal de otros orígenes, y se establece una competencia por dicho cereal, y esto provoca subida de precios importantes). Una vez que se estabiliza la situación bélica, y se pactan unas normas de comercio internacional (el famoso “corredor” de granos), comienza a salir cereal ucraniano, y dado que el cereal almacenado en dicho país su valor puede tender a cero, si se produce un ataque en un silo o está en zona de guerra y lo roban, los propietarios de dicho cereal están dispuestos a venderlo casi a cualquier precio, con tal de obtener dinero. Por lo que desde hace meses, el cereal ucraniano está presionando los mercados internacionales, y con la guerra de Mar Rojo, el destino más interesante se ha vuelto la Península Ibérica.
  • La gran cosecha de maíz en Brasil (récord histórico) en segunda siembra y en el caso de Estados Unidos, la mayor superficie y buen rendimiento. Esto ha provocado el incremento de las existencias de este cereal a final de campaña, y la continua bajada de los precios, que a su vez ha provocado más oferta (los vendedores no querían perder la oportunidad de venta, dado que en unos días su precio sería menor).
  • China ha reducido sus importaciones de cereal respecto a cosechas anterior.
  • El miedo a una recesión de la economía mundial provoca que los mercados no tengan tendencia alcista.
  • Subidas de los tipos de interés en la zona euro y Estados Unidos, provoca que mantener almacenado cereal sea mucho más costoso financieramente, y esto a su vez provoca una mayor oferta, y por tanto precios a la baja.
  • Los fondos de inversión han apostado grandes cantidades de dinero contra el mercado de las materias primas agrícolas (es decir han vendido futuros, se encuentran “cortos”) y esto ha provocado una bajada aún más pronunciada. Al igual que cuando se produjo la invasión de Ucrania los fondos actuaron como catalizadores de las subidas, en estos últimos meses han actuado a la inversa, metiendo mayor presión al mercado bajista.
  • El incremento de precios de los cereales a nivel mundial, estimula que los agricultores decidan sembrar más superficie, utilizar mejores semillas, fertilizar mejor … y esto provoca una mayor oferta a medio plazo, y esto a su vez una bajada de los precios.
  • En el caso de España, debido a la sequía que en los meses de abril y mayo de 2023, parecía que la cosecha sería casi nula, provocó que ante el miedo al desabastecimiento del mercado, los fabricantes hicieran importantes compras de cereal de importación  para asegurar el suministro, con lo que incluso se ha consumido cereal extranjero, en provincias tan excedentarias como Burgos, Palencia o Soria, y esto es una de las razones y la negativa a la venta (esperando que los precios subieran después de verano) que nos lleva a tener mucho cereal almacenado en las naves a estas alturas de la campaña.
  • El consumo de pienso en España ha descendido la última campaña, por falta de rentabilidad de muchas explotaciones, así como el exceso de burocracia y limitaciones ambientales. El consumo perdido es complicado recuperarlo.
  • En este momento, con gran cantidad de cereal sin vender en muchos casos, nos quedan solo 3 meses de consumo (marzo, abril y mayo) y prácticamente 2 meses de compra (ya que las compras para marzo ya están realizadas, solo quedaría abril y mayo), ya que en junio hay cosecha nueva en muchas regiones de nuestra geografía.

Todos estos factores, y algunos más, nos dejan un panorama bajista, que se une a los meses que llevamos de bajadas ininterrumpidas. De esta forma, los que hemos apostado por guardar nuestro cereal, esperando un repunte después del verano o al final del año 2023, no podemos estar felices con el devenir del mercado, pero esto nos debe servir para aprender en el futuro, y cuando tengamos margen positivo (es decir beneficio a la hora de vender nuestra cosecha), vendamos por lo menos una parte, y no nos juguemos todo nuestro beneficio a un mercado que no controlamos.

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