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martes, abril 16, 2024
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Leguminosas, la asignatura pendiente de la agricultura española

Solo un 14% de los agricultores utiliza la asociación de cereales y leguminosas como parte de su rotación habitual. El motivo: las múltiples barreras (agronómicas, de mercado o formativas) que encuentran los productores para apostar por esta práctica

España cuenta con casi 12 millones de hectáreas de cultivos extensivos, de las cuales unos 6 millones se dedican a la producción de cereales y alrededor de un millón se dedican a producir cultivos leguminosos, principalmente guisantes, veza, alfalfa, yeros, lentejas y garbanzos.

Los agricultores españoles han abandonado en gran medida el cultivo de leguminosas en las últimas décadas por diversas razones, en las que la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos ha ahondado mediante la elaboración de encuestas que arrojan luz sobre la situación de este cultivo en nuestro país.

El trabajo de investigación se ha desarrollado en los últimos meses en el marco del proyecto europeo Leguminose, en el que participan UPA y el CSIC, que trata de fomentar las posibilidades de desarrollo de la técnica conocida como intercropping, basada en mezclas de cereales y leguminosas.

Las encuestas han mostrado datos preocupantes, como que solo el 5% de los agricultores utiliza las leguminosas para mejorar la fertilidad de sus suelos, frente al 41% que utiliza estiércoles o purines, solos o combinados con fertilizantes minerales.

Mezclar cereales y leguminosas

Sobre la asociación entre cereales y leguminosas, apenas el 14% de los agricultores encuestados asegura que la asociación de cereales y leguminosas suele formar parte de su rotación, y el 25% nunca ha oído hablar de esta posibilidad, aunque el 32% cree que hay bastantes probabilidades de que pueda realizar esta práctica.

Entre los motivos de la baja apuesta por implantar las asociaciones de cultivo cereal/leguminosas, el 32% cita la falta de maquinaria adecuada; el 39%, la falta de ayudas específicas –algo que la nueva PAC trata de cambiar– y el 34% la incertidumbre sobre los rendimientos. La falta de formación (23%), la dificultad de venta del producto obtenido (35%) y el control de las malas hierbas (24%), son los otros motivos por los que no se desarrollan más estos cultivos.

Posibilidades de las leguminosas

El cultivo de leguminosas aporta significativos beneficios al campo, al mejorar la estructura de los suelos y su materia orgánica, algo muy importante en el contexto de crisis climática.

Sobre estos aspectos también fueron consultados los agricultores, de los cuales un 78% aseguró haber sufrido episodios de sequía importantes; un 40%, fenómenos de erosión y un 50% episodios de baja fertilidad de sus suelos.

Asimismo, el 22,5% aseguró haber sufrido inundaciones y un 70% infestaciones de malas hierbas.

Ventajas

Sobre las ventajas más destacadas que observan los encuestados ante la posibilidad de incorporar leguminosas están la reducción del uso de fertilizantes (señalado por un 47%), el aporte de nutrientes al cultivo siguiente (40%), la mejora de la estructura del suelo (39%), y la colaboración en el control de malas hierbas (35%) y plagas y enfermedades (34%). Precisamente estos dos últimos apartados son considerados como muy importantes y que exigen una monitorización continua por casi uno de cada dos agricultores.

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