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jueves, abril 25, 2024
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El regante sigue sin apoyar la propuesta oficial del Plan Hidrológico hasta que le atiendan

Las comunidades reclaman a la Administración que haga caso de sus demandas y que acometa las obras aprobadas para incrementar la capacidad de embalse

 

Las nieves traídas a la península por la borrasca Filomena han terminado de redondear unas reservas de agua que ya permitían mirar la campaña de riego con cierto optimismo.

Desde Ferduero consideran que las expectativas para la próxima campaña de riego en Castilla y León son “muy buenas”. “Tendría que haber un cambio radical para que hubiera complicaciones. En muchas zonas la disponibilidad de agua está casi asegurada. No puede ser mejor”, manifiesta Ángel González, presidente de la asociación de comunidades de regantes castellanoleonesa.

La temporada pasada de regadíos fue muy buena, e incluso concluyó a finales de septiembre con reservas en los embalses mayores de lo previsto. Luis Alberto Nebredo, el presidente de la comunidad de regantes Canal del Pisuerga, también destaca este punto de partida.

Discrepancias

“El regadío es, en la agricultura de Castilla y León, el sector más seguro. Los secanos dependen más de que llueva o de que haga calores, mientras que en los regadíos siempre hay la opción de suministrar agua para asegurar las cosechas”, enfatiza González para darle a la actividad de los regantes la relevancia que considera que tiene.

En estos momentos, a falta de más de cinco meses para empezar a aplicar agua a los cultivos, la atención está centrada en cómo será el próximo Plan Hidrológico, que deberá estar aprobado ya para 2022. El tira y afloja entre el agricultor y la Administración parece que seguirá adelante por bastante tiempo, a menos que acerquen unas posturas que ahora son muy distantes.

El proceso de consulta pública del Esquema Provisional de Temas Importantes (EpTI), previo al nuevo Plan Hidrológico 2022-2027, ya concluyó a finales de octubre con 819 escritos que contienen observaciones, propuestas y sugerencias, según la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

“No estamos convencidos”, explica el presidente de Ferduero refiriéndose a la posibilidad de apoyar la propuesta oficial. “Hemos presentado muchas alegaciones, más de mil. Hasta ahora nos han tomado el pelo. Ya estaban aprobadas bastantes obras en el Plan Hidrológico vigente, pero no se ha hecho nada. Y ahora dicen que vamos a hablar del tema medioambiental… Si esperan que los vamos a apoyar, lo tienen difícil. Lo que se pone en los papeles no nos lo podemos creer”, avisa.

Coincide Nebredo. Canal del Pisuerga ha respaldado doscientas alegaciones porque en el borrador de la CHD no están las reivindicaciones que ellos plantean hace muchos años. Lo primero que demanda es una ampliación de la capacidad de embalse de la cuenca del Duero, que ronda el 30% cuando en el resto de la geografía española está en el 80%. Según estudios “concienzudos”, con obras sencillas y de poco coste es factible incrementarla en un 12%.
“Tenemos que poner todos un poco de nuestra parte. Los gastos no serían desorbitados”, pide Nebredo. “Hace falta que se hagan las obras aprobadas, que incluso habían ya pasado la autorización de impacto ambiental”, respalda González.

“Ya pagamos bastante del gasto medioambiental. Todos los españoles se benefician de esas medidas, y no tienen por qué hacer que nosotros, los usuarios del agua, nos hagamos cargo solos. No debe ser el regante el único pagano. No podemos correr con todos los gastos. El coste de explotación y el almacenaje lo pagamos”, razona el máximo responsable de Ferduero. “Es muy complicado alcanzar un acuerdo. Nos lo están poniendo muy difícil, pero tienen tiempo para arreglar las cosas”, añade.

La modernización es otro de los caballos de batalla, que el regante considera como que “debe ser imparable”. No solo es que se gaste menos agua, también sirve para evitar contaminaciones producidas por escorrentías, justifican. “Estamos poniendo de nuestra parte para que los problemas medioambientales se estén solucionando. Hay 80.000 hectáreas susceptibles de modernización en Castilla y León”, recalca González.

El presidente del Canal del Pisuerga pide al ministerio que dote más recursos a Seiasa para hacer las modernizaciones, que no se queden en proyectos con transformaciones mínimas.

Tampoco entienden el porqué del impuesto ambiental que gravará el uso de agua para regar. “Aumentaría 60 euros el gasto por hectárea. Eso es inasumible”, asegura tajante Luis Alberto Nebredo. “Los regantes estamos a una”, advierte en referencia a que su posición es unánime. Y a que, “por desgracia”, no se está produciendo ninguna negociación que acerque posturas para llegar al consenso. “En la práctica, no se nos escucha. El ministerio tiene poder para sacar el Plan Hidrológico adelante, pero así lo hará unilateralmente”, critica.

Apunta que lo que hace el regadío es producir alimentos, lo que le da un carácter “estratégico y fundamental”. “Si apostamos por producir alimentos aquí, que es lo que hay que hacer, tenemos que ser oídos”, solicita.

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