Los productores de ajo de Castilla y León ya están preparando las parcelas para el riego, de modo que empezarán a aportar agua si no llueve en las próximas fechas.
La demanda de agua es más evidente en aquellas parcelas en las que se ha plantado ajo para semilla, que se cosechará a mediados de junio si todo va bien, pero el riego eficiente “es una necesidad absoluta, más incluso en el ajo que en otros cultivos”, como señala el responsable de Irconsa, Fernando Sánchez Cuéllar.
En varios municipios de Segovia y Valladolid ha habido múltiples experiencias de riego con la cinta T-tape, de la marca Rivulis, en los últimos cuatro años, “con muy buenos resultados para la producción de ajo”, señala.
El resultado ha dejado “muy buen sabor de boca”, tanto en parcelas con problemas de agua como en otras donde había mayor disponibilidad. “En ambos casos la ventaja de este sistema es muy similar”, apunta Sánchez Cuéllar, “puesto que ha habido un ahorro de agua cercano al 40%”.
“El ajo es un cultivo menos demandante de riego que otros”, recuerda el responsable de Irconsa, “pero en todo caso la repercusión ha sido muy positiva para el cultivo, con mayor rendimiento por hectárea, y también con una producción más uniforme”.
Se trata sin duda de una opción de regadío que se debe tener muy en cuenta en relación con el cambio climático, con unas precipitaciones que muchas veces se hacen de rogar y con una temporada de riego que se alarga cada vez más.
Toda ayuda es poca para un cultivo sensible, que el agricultor debe conocer muy bien y cuya sanidad hay que vigilar de forma especial. “El ajo que se riega a través de nuestro sistema se beneficia de que el agua se aporta de forma muy localizada, allí donde es necesaria, y como resultado evita numerosas enfermedades de la hoja. Es un fiel aliado en sanidad foliar”, remacha Sánchez Cuéllar.
