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jueves, marzo 28, 2024
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InicioAjo“La semilla es la primera condición para una gran producción de ajo”

“La semilla es la primera condición para una gran producción de ajo”

Ajos de Castilla y León lleva hasta Polonia, Italia o Austria el producto de sus 40 hectáreas dedicadas a este cultivo.
El esfuerzo, el conocimiento del terreno y el mimo del producto permiten obtener un ajo especial apto para la siembra

No es fácil dominar el cultivo del ajo, en el que cada detalle cuenta para obtener la mejor producción. Bien lo sabe Juan José ‘Chele’ Viloria, que ha dedicado dos décadas a dominar esta planta imprevisible, de la que obtiene unos de los mejores rendimientos que se dan en Castilla y León. Así lo dice Florin Adir, operario responsable de las cuadrillas que contribuyen a sacar adelante el cultivo. “Chele es el que consigue más kilos por hectárea de todas las explotaciones en las que trabajo, repartidas entre Zamora y Valladolid”, señala.
Chele y su hija Leticia son los titulares de Ajos Castilla y León, cuyas 40 hectáreas dedicadas a esta liliácea se reparten entre los municipios vallisoletanos de Bahabón y Cogeces del Monte.
Son ajos de las variedades spring blanco, spring violeta, ‘francés’ y garcua, la variedad local, que se venden para consumo pero cuyas cualidades excepcionales los hacen incluso aptos para siembra.
Trabajar con variedades tempranas, de media estación y tardías les permite dar un suministro continuo a lo largo del año, adaptando el trabajo a las necesidades del comprador.
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El secreto radica en el trabajo denodado de esta familia de agricultores (Leticia es, además, experta en marketing), pero también el escenario: tierras calizas, fuertes, con un pH elevado y situadas a casi 900 metros, en las que se da un ajo con muy pocos problemas fitosanitarios.
“Muchos agricultores dejan el ajo en la tierra, pero nosotros lo sacamos, los secamos al sol, clasificamos… Damos un paso más porque así damos más trabajo a nuestra gente”, subraya Chele.
Los rendimientos varían en función del marco de plantación, pero un año normal se sitúan entre los 9.000 y los 15.000 kilos por hectárea. Los pedidos llegan de toda España, pero también de países como Italia, Grecia, Polonia o Austria. Al país alpino han ido este año 40.000 kilos de ajo y los pedidos pueden crecer para el año que viene.
Ha sido un año muy bueno para el cultivo y en precios ha sido de los mejores de la historia, pero no se puede perder de vista lo que supone una producción que tiene 9.800 euros de gastos por hectárea. Entre esos gastos es importante el de la semilla, “que es la primera condición para tener una gran producción de ajo”, como subraya Chele.

Apuesta por la innovación

Leticia Viloria ha pedido recientemente la incorporación a la actividad agraria, lo que ha llevado a la explotación a una especialización aún mayor en el cultivo. Este año ha colaborado en la producción de 50.000 kilos de ajo libre de virus, de la mano de la empresa CYL Seed Biotech y de la Asociación para la Promoción del Ajo de Vallelado. De forma conjunta han invertido “en el desarrollo de protocolos biotecnológicos para el saneamiento de ajos para siembra de alto rendimiento”.
Chele y Leticia, que rotan el ajo con cereal y colza, están convencidos de que con el ajo libre de virus mejorarán los rendimientos, además de conseguir ajos “más vistosos, con mas sabor y mejor presencia”. Un paso más allá en la apuesta por conservar el método tradicional adaptándolo a las nuevas tecnologías.

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