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viernes, marzo 29, 2024
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Comarcas cerealistas celebran una “histórica” cosecha de cebada

Las tormentas de la última semana, algunas con fuerte pedrisco, no impiden que sea un año histórico para este cereal. El trigo apunta bien, aunque las altas temperaturas de junio le impidieron cerrar la espiga en muchos casos. No es buen año para el girasol
La última semana ha estado marcada por las tormentas, algunas con piedra, y muchos agricultores verán muy mermada la producción que esperaban obtener, sobre todo en zonas como el valle del Esgueva, Peñafiel, Santa María de Nieva (Segovia), La Bañeza, el Páramo Bajo leonés, Arévalo o la zamorana Tierra del Pan.

Los agricultores que han tenido más suerte han sido los que ya habían cosechado la cebada, que este año está teniendo unos rendimientos históricos. Algunos productores del sur de Valladolid celebran que han tenido la mejor cosecha de cereal en 30 años.

Muy bien en Valladolid

José de la Torre, de Canalejas de Peñafiel, está recogiendo la cebada y cuando finalice empezará con el triticale. Para él, en un año como este se nota menos la diferencia entre las malas tierras (donde ha cogido entre 4.500 y 5.000 kilos) y las buenas (donde ha obtenido unos mil kilos más). También es cuando se nota más la experiencia de cada cual. Sin salir de la provincia, en los Torozos se están sacando 6.500 kilos de cebada en las mejores parcelas y están muy generalizados los rendimientos de 5.500 kilos.

Honorato Calleja, presidente de la cooperativa Valle Esgueva, señala que en su zona la cebada está dando entre 4.500 y 5.000 kilos de media. La cooperativa abrió las puertas al grano el lunes 4 de julio y los primeros en cosechar han acertado porque ha sido una de las zonas más castigadas por el pedrisco.

El trigo venía bien pero el calor lo ha mermado bastante y le habría venido bien un chaparrón a mediados de junio: las tormentas de esta semana ya no le sirven. “Después del burro muerto, cebada al rabo”, dice Calleja, aunque quizá le hayan venido bien en algún valle más fresco, donde el trigo aún estaba “ceroño”, como se llama al que está entre verde y seco.

Otro cultivo que presenta un estado muy bueno en el valle del Esgueva es la remolacha. Los tratamientos han funcionado bien porque se han realizado cuando había humedad y ahora no faltará agua para el cultivo. La perspectiva es muy positiva. Por contra, el girasol “no está para tirar cohetes”.

Parón en Segovia

Las tormentas han detenido la campaña en Segovia durante varios días. Se ha recogido ya bastante cebada, con un rendimiento medio de 3.400 kilos por hectárea, e incluso se ha empezado ya con el trigo en la Campiña, con cerca de 3.300 kilos.

Para el secretario provincial de Asaja, José María Llorente, las cifras son buenas “pero no permiten hablar de un año de récord”, en parte porque la primavera húmeda “no ha sido tan benigna como algunos piensan; por ejemplo, porque ha originado muchas malas hierbas”.

En Zamora ha ido bien

En Zamora la cebada también está dando unos resultados muy buenos, con una media que supera los 4.000 kilos por hectárea, y en algunas parcelas con un rendimiento que llega hasta los 7.000 kilos, como señala José Crespo, técnico de la cooperativa Cobadú. “En cebada todo el proceso ha ido bien, desde las siembras y la nascencia hasta el amanzanado y el dorado”, apunta.

Cosa diferente es el trigo, con unas espigas que a simple vista no prometen tanto. No se ha desarrollado tanto como debía o, como expresa de manera gráfica, “no se ha gozado como se tenía que haber gozado”. Sobre todo por la presencia de roya y septoria.

La colza “está exageradamente buena; se ha gozado muy bien”, aunque por el momento se ha cosechado muy poco, principalmente en los suelos más pobres.

El girasol se ha puesto poco este año y no está en buenas condiciones, y entre los cultivos de regadío, la remolacha que se sembró a tiempo “está muy bien desarrollada”, aunque hay ciertas parcelas que se han sembrado tan tarde como el mes de junio, de modo que está por ver el resultado.

Poco peso específico en León

Los rendimientos de la cebada también están siendo muy buenos en León, aunque Luis de Juan, de LESA, matiza que de lo recogido hasta ahora el peso específico no siempre es bueno.

Los trigos vienen con más producción en secano, mientras que del trigo de regadío existe la incertidumbre sobre si dará más que al año pasado, ya que viene retrasado. “Hubo que tratar el cereal por roya y septoria, aunque este año ha habido menos enfermedades que el año pasado: muchos agricultores han realizado dos tratamientos, pero a veces más por miedo que por necesidad real”, señala De Juan.

En la Tierra de Campos leonesa, el agricultor César González apunta desde Joarilla de las Matas que la cebada está dando muy buenos rendimientos y que el trigo tiene una espiga bien granada, si bien debe competir con muchas malas hierbas: aquí el trigo también es una incógnita.

El maíz lleva cierto retraso y avanza despacio por culpa del calor, de modo que está demandando mucha agua. Tanto este cultivo como el girasol están menos desarrollados que otros años, además de muy afectados por gusanos.

La excepción está en Palencia

En la zona de Herrera de Pisuerga se ha empezado a recoger la cebada, pero aún de forma tímida. A diferencia de otros lugares, este año se cogerá menos que el año pasado, con una media de producción que se puede fijar en los 4.000 kilos por hectárea. Sobre todo como consecuencia de que al final del ciclo ha llovido demasiado. “Lo que en otras zonas ha sido una bendición, aquí ha sido excesivo”, apunta Iban Díez, técnico de Agropal. Lo previsible es también que el trigo dé menos que el año pasado.

En las tierras más altas también va a bajar la producción de cereal, aunque en este caso la diferencia con respecto al año pasado no va a ser abultada. “Aquí el trigo se abonó tarde y no se produjo el ahijamiento en condiciones, de modo que en muchos sitios se sacarán apenas 2.000 kilos”, apunta Iban. Por el contrario, donde se pudo trabajar a tiempo se pueden rondar los 3.500 kilos.

También el girasol se sembró tarde y en malas condiciones, tanto en las tierras altas como en la zona de Herrera, y la pérdida de semilla puede rondar el 30%, “de modo que si no hay buena nascencia es imposible que haya producción”. La colza, aunque se pone poco en esta zona, se está secando y presenta un buen aspecto.

El girasol va bien en Soria

En Soria, el técnico de Copiso Eduardo Pascual señala que la cosecha de cebada se generalizará a partir de la semana que viene, con la excepción de las Tierras Altas, al norte, donde siempre se empieza más tarde.

El trigo tuvo problemas de roya y septoria a mediados de mayo, mientras que la cebada estuvo afectada por rincosporiosis a finales de marzo. En la provincia cada vez se trata más el girasol y por lo mismo “cada vez hay más agricultores que se inclinan por el mínimo laboreo”.

A diferencia de otras zonas productoras, el girasol va bien en la provincia, ya que aquí la meteorología le ha sido propicia.

Morir de éxito en Burgos

En Burgos, La Bureba está empezando a recoger la cebada, que da kilos pero está presentando poco peso específico. En gran parte porque ha habido tal densidad de plantas que no han podido desarrollarse en todo su potencial. “El suelo no ha dado de sí todo lo que le pedía la planta”.

Algo así como morir de éxito. Así lo dice Javier Álvarez, responsable del departamento técnico de la cooperativa Bureba Ebro, que advierte de que el problema no ha sido el abonado, que en la comarca se realiza bien, sino las características del propio suelo.

En la comarca se ha empezado con la cebada temprana, que se pone en los suelos más pobres, y habrá que esperar para la cebada maltera, que es la mayoritaria en la comarca.

Los trigos están verdes y les faltan aún un par de semanas de evolución. Debieron ser tratados contra enfermedades, sobre todo en las parcelas que se encharcaron esta primavera.

También se ha cosechado algo de colza en las tierras más pobres, donde se han obtenido entre los 3.500 y los 3.600 kilos por hectárea.

Optimismo en Salamanca

La cebada también tiene su año en Salamanca. En zonas malas se están obteniendo unos 4.000 kilos y en las buenas hasta 6.000, según los datos que maneja José Antonio Marcos, responsable del departamento agrícola de Campal.

Aquí hay coincidencia con otras zonas en cuanto al trigo, que acusa el calor del mes de junio, que llegó en el momento del cierre de la espiga. En todo caso será un buen año de trigo, pero no como en el caso de la cebada. El estado de ánimo es bueno en la zona “porque el agricultor ve que se llenan los almacenes y eso también apunta al inicio de la siembra”, señala Marcos.

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