La campaña cerealista en Castilla y León apunta buenas maneras, por encima de la media, aunque por zonas y de unas fincas a otras hay diferencia. Y queda margen de tiempo, aunque poco, para que remate mejor o peor.
En general, el agricultor está contento. En Urcacyl destacan la provincia de Palencia como la que tendrá muy buena cosecha. En algunas comarcas palentinas puede ser una recogida histórica la de esta campaña. También en Burgos, pero de Valladolid hacia abajo, incluyendo Segovia y Ávila, está más irregular. “En las fincas se ven corros secos por falta de nascencia y otros rojizos por la amapola. Hay falta de planta y no ha ahijado bien”, describe José María Santos, responsable del departamento de Agricultura e Innovación de la asociación de cooperativas.
Han sido muchas las instituciones que han publicado sus previsiones de cosecha respecto al trigo, “pero a muchos nos sigue pareciendo aventurado decir cómo será el año respecto a ese cultivo”, apunta José Ángel Cortijo, responsable de la Zona Noroeste de Fertiberia, ya que “aún no podemos medir las consecuencias de las lluvias de esta primavera sobre el cereal”.
La de 2018 va a ser una buena campaña de cereal, “aunque no tan espectacular como dicen algunos”, como apunta Armando Caballero, presidente de la cooperativa Cocetra.
El repaso completo de cultivos, en CAMPO 57
El resultado del año va a depender de cuánto haya engordado el grano, lo que en principio se ha dado de forma muy satisfactoria, y de cómo haya abonado cada cual. En algunas zonas se nota que no hubo abonado de fondo, o fue muy reducido, ante las perspectivas tan malas que había en otoño. Y que algunos agricultores no lo han corregido y solo han aportado nitrógeno en cobertera.
Los cultivos están empezando a respirar en Palencia, porque hasta finales de hace dos semanas estaban “pasados por agua una y otra vez”, según atestiguan desde la Cooperativa Regional Agrícola (CAR). Ahora hay que empezar a tratar los trigos muy afectados de septoria y las malas hierbas en los cultivos de primavera.
Las producciones de cereal se anuncian abundantes, aunque los campos palentinos se han llenado de malas hierbas (avenazos, amapolas y otras) después del espigado por exceso de lluvia. Los maíces y los forrajes piden calor a gritos para terminar de arrancar.
En la comarca Odra Pisuerga (Burgos) están todavía acabando algunos tratamientos. Ha habido bastante septoria, aunque el que ha aplicado soluciones está satisfecho del resultado. “Los cultivos están bien, aunque hay menos planta que otros años”, resume Cecilio Santiago, gerente de Odarpi. Las tierras altas de la zona, frías y calizas han resultado las peor paradas. La nascencia marca la diferencia.
A la cebada leonesa le quedan diez días. Ha recuperado mucho el atraso. Al trigo le cuesta más porque las noches no son muy cálidas. Hay bastante roya y malas hierbas como la avena loca, además de que han germinado granos de otros cultivos que llevaban dos años en la tierra, según apunta el técnico de LESA Luis de Juan. Tanta lluvia es la responsable. La producción será buena; más elevada de lo habitual en las parcelas de León.
