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martes, marzo 19, 2024
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Elegir la variedad adecuada de cereal, fertilizar bien y combatir las malas hierbas

La primera tarea del agricultor es decidir qué cultivos va a poner, y una vez que se haya decantado por el cereal y cuáles debe determinar cuáles serán las variedades teniendo en cuenta como criterio la adaptación al lugar y la producción, según aconseja Roberto López, gerente de Paralcampo. “Sabemos que elegir una variedad no es tarea fácil, porque los años se siguen, pero no se parecen”, apuntan desde Guadalsem.

Variedades destacadas de cereal en 2018

 

López prescribe que el agricultor se deje asesorar siempre por las empresas comercializadoras y que producen semilla de alta calidad en la zona. La calidad de lo que siembre siempre es determinante en la producción que obtendrá, y, por tanto, también en la rentabilidad económica.

Resulta vital además hacer la sementera con cada variedad en la fecha que marca el obtentor, que es la única adecuada.

En preemergencia

Los tratamientos en preemergencia, siempre suelen salir más económicos para el agricultor, que dejarlo todo para a partir de enero”, destaca el técnico de Massó Jesús Román. Son, por tanto, una estrategia de eliminación de malas hierbas en otoño que resulta eficaz, limpia y económica”, concluye tajante.

El profesional del campo tendrá en cuenta las infestaciones de años precedentes para anticipar cuáles serán sus problemas este y así aplicar la mejor solución herbicida. No es lo mismo que en una finca haya habido afección por avena loca, vallico o bromo que por dicotiledóneas. El diagnóstico permitirá mejor solución herbicida.

El cultivo de trigo y cebada son sensibles a la competencia con las malas hierbas especialmente durante las primeras fases de desarrollo vegetal. Los herbicidas de preemergencia y postemergencia temprana permiten al cultivo superar este periodo libre de malas hierbas, acreditan desde Tradecorp. Con buenas condiciones de tempero en Tradecorp recomiendan también la aplicación de una labor profunda que entierre las semillas de malas hierbas dificultando su nascencia.

 

El nitrógeno

Las necesidades nutricionales de los cereales de invierno deben ser satisfechas para que el cultivo sea productivo y rentable. El nitrógeno es el principal elemento mineral y el de mayor influencia en el rendimiento de los cereales. El fósforo mejora la precocidad de los cereales y favorece el desarrollo radicular, teniendo un papel esencial en la formación de la espiga y del grano.

Desde ICL Specialty Fertilizers proponen un fertilizante de siembra de forma localizada, junto a la semilla y que este fertilizante tenga una parte del nitrógeno y fósforo de forma controlada, lo que denominan, fertilizantes de liberación controlada.

“En ocasiones los agricultores se enfrentan a la presencia de fertilizantes que aportan nutrientes que no son aprovechados por las plantas ya que se pierden por lixiviación o por volatilización, se bloquean en el suelo, se encuentran en una forma no disponible para la planta o en muchos casos, no se aplican de forma uniforme”, avisan también desde la marca de fertilizantes Yara.

La dosis de fertilización depende en gran medida de las expectativas de cosecha que maneje el agricultor. Hay producciones que no se incrementarán por mucho abono que se aplique al cultivo a partir de cierta cantidad.

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