Continuando con los ensayos iniciados la campaña pasada, en esta campaña se presentan resultados de 14 variedades de trigo blando de otoño y otras 14 variedades de cebada de ciclo largo, que son las de mayor superficie sembrada en Castilla y León. Las localidades donde se realizaron los ensayos fueron Fresnillo de las Dueñas (Burgos), Cerratón de Juarros (Burgos), San Bernardo (Valladolid) y San Cristóbal de la Cuesta (Salamanca).
Merece la pena observar los importantes rendimientos en cebada en las localidades de la provincia de Burgos, si bien en todas las ubicaciones el rendimiento de la cebada fue superior al trigo, que se vio perjudicado por unas siembras tardías y una peor adaptación a condiciones climáticas adversas.
Conviene también comentar que hay variedades que dan altos rendimientos en zonas donde las condiciones agroclimáticas son más favorables, mientras otras se adaptan mejor a condiciones adversas.
Las variedades de mayores rendimientos son distintas en las localidades con condiciones favorables, como Fresnillo de las Dueñas y Cerratón de Juarros, y aquellas donde donde las precipitaciones fueron muy escasas, como San Bernardo y San Cristóbal de la Cuesta.
Recomendaciones ante la próxima sementera
Los técnicos de Itacyl responsables del informe ofrecen diferentes recomendaciones que se deben tener en cuenta ante la próxima campaña de siembra, especialmente para las superficies de secano, que son las más numerosas.
No precipitarse con las siembras
Los autores recomiendan no precipitarse en las siembras. Aunque las épocas más adecuadas son finales de octubre y primera quincena de noviembre para el trigo y la segunda quincena de noviembre para la cebada, si hay ausencia de lluvias, es conveniente esperar y estar atentos a las predicciones meteorológicas.
Por eso destacan que sembrar en terreno seco, sin esperar lluvias próximas, puede hacernos perder la semilla u obtener nascencias muy deficientes que lastran los rendimientos finales. De hecho, esperar a principios de diciembre disminuiría un poco los rendimientos, al acortarse los ciclos, pero siempre es mejor opción si tenemos garantizada la humedad.
Escoger en función de la época de siembra
Los técnicos de Itacyl también aconsejan elegir la variedad más adecuada de cada una de las especies, además de adaptarla a la época de siembra.
Si sembramos más tarde, deberemos elegir variedades de ciclos más cortos. Al mismo tiempo, consideran conveniente no utilizar la misma variedad en toda la explotación, sino “utilizar al menos dos diferentes”.
Ajustar el abonado de fondo
Ante la ausencia de precipitaciones a principios de otoño, se recomienda ajustar los abonados de fondo; quizá disminuir las aportaciones de nitrógeno, que podrían perderse por lixiviación o evaporación, y complementar más adelante lo no aportado en este momento: en el abonado de cobertera.
Todo esto dependerá del tipo de abono que empleemos, apuntan los autores, de modo que vale la pena informarse bien de cómo es la liberación del nitrógeno en el abonado que hayamos adquirido.
Todo ello porque en la actualidad hay una gran variabilidad en los tipos de abono, en especial en lo que se refiere a la liberación del nitrógeno.
Realizar un análisis de suelo
El fósforo y el potasio sí es conveniente aportarlo en el abonado de fondo, ya que la planta lo necesita para el desarrollo de raíces, tallos y resistencias, especialmente a heladas. Se recomienda realizar alguna vez un análisis de suelo, que nos dará una idea de cómo son los suelos de nuestra explotación y así poder ajustar los abonados, teniendo en cuenta los microelementos como magnesio y azufre. Microelementos que, pese a su nombre, no son en absoluto poco importantes.
Expectativa de cosecha
En todos los casos, deberemos ajustar los abonados a las expectativas de cosecha que tenemos en función del suelo, el año y la variedad; no siempre por abonar más se obtiene más cosecha. “Es muy difícil que suelos edafológicamente malos den altos rendimientos”, recalcan los autores.
El momento del ahijado
El abonado de cobertera es recomendable aportarlo en el ahijado, pero si no ha habido precipitaciones o no hay previsiones cercanas de que las haya, es mejor esperar. Hay que recordar que los abonos de cobertera son en forma nítrica y deben ser absorbidos rápidamente por la planta si existen unas buenas condiciones de humedad. En caso contrario pueden perderse o tener un efecto menor.
Si no hay agua, evitar los tratamientos de preemergencia
En cuanto a herbicidas, si no hay agua no debemos realizar tratamientos de preemergencia. Deberemos esperar a las primeras lluvias y aplicar postemergencia temprana lo antes posible.
Siempre es mejor utilizar los de preemergencia porque evitan la competencia de las malas hierbas al principio, pero si falta agua tenemos que buscar otras alternativas.
Humedad relativa
Es recomendable utilizar los herbicidas con humedades relativas superiores al 50%, por debajo de un 30% su efecto puede verse muy disminuido.
Incompatibilidades
Si hacemos tratamientos herbicidas con mezcla para malas hierbas de hoja ancha y estrecha, tener cuidado con las posibles incompatibilidades; puede ocurrir que el efecto se vea muy disminuido. Preguntar a los técnicos, antes de realizar cualquier mezcla. Lo ideal sería hacer los tratamientos separados. En parcelas que hayan tenido bromo, realizar rotaciones y no poner, si es posible, cereal, especialmente cebada. Para el trigo sí hay herbicidas eficaces. “La lucha más eficaz contra el bromo son las labores profundas y las rotaciones de cultivo con colza, girasol o leguminosas”, recuerdan desde Itacyl.
Autores del estudio:
Gabriel Villamayor Simón
Mª del Carmen Díez Fraile
Supervisores de los ensayos:
Rosa María Fdez. de la Fuente
José Ramón Valles Rodríguez
Eduardo Aguado del Campo
