La lonja de León prevé que la superficie de trigo de regadío vuelva a incrementarse significativamente por segundo año consecutivo. “La razón principal, tanto el año pasado como este, ha sido el estado de los embalses, con niveles muy bajos y que hacen temer otra mala campaña de riego”, según destacan desde la lonja.
En la provincia de León, en la campaña 2016 tenía sembradas 22.000 hectáreas de trigo de regadío, mientras que en 2017 fueron 28.800 hectáreas y su previsión para la campaña 2018 es que la superficie se sitúe entre las 30.000 y 33.000 hectáreas.
Además, apuntan a que la percepción del agricultor es que, ante una falta de agua embalsada, resulta más fácil salvar los cultivos que se riegan en primavera, ya que que los ríos traen más caudal, las temperaturas son más benignas y es más probable que llueva, que en cultivos que se riegan en verano.
