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jueves, marzo 28, 2024
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Urge fertilizar, hay que controlar las malas hierbas y vigilar los hongos

Las atípicas altas temperaturas de este invierno han favorecido la proliferación y el crecimiento de malas hierbas, que es necesario eliminar. El exceso de agua en algunas zonas de la comunidad ha impedido suministrar los nutrientes que el cereal reclama
El invierno ya no es lo que era. Por lo menos el de esta campaña. Los profesionales del campo están pudiendo constatar que al termómetro le está costando más de lo habitual entrar en números rojos. Y mantenerse ahí. La consecuencia de estas temperaturas suaves se ha dejado notar en que el cereal está más desarrollado de lo normal, menos enraizado, con necesidad acuciante de fertilización, hay más presencia de malas hierbas y una amenaza latente de hongos. Un panorama que han agravado las lluvias -necesarias por otra parte-, que impiden a los agricultores trabajar con normalidad.

La mayor parte de los problemas en los campos de cereal que ahora amarillean se deben a que la siembra se realizó sin suministrar ningún tipo de abono, según explica Alejandro Álvarez, director comercial de Fertilizantes de Leonesa Astur de Piensos (LESA).

Hay agricultores que se arriesgan con una aplicación única de fertilizante, pero luego hay años en los que es posible entrar a las tierras en el momento adecuado y otros -como sucede esta campaña- en los que las lluvias no permiten que los tractores circulen por las fincas. Además, en esta ocasión, las temperaturas suaves han favorecido que la planta crezca más de lo habitual, de manera que ya está acusando la carencia de una buena fuente de nitrógeno. “Aún hay margen para que el cultivo salga adelante, pero es cierto que el que ahora está bien tiene todo para ganar”, matiza Alejandro Álvarez.

Según la producción
La recomendación para quienes no hicieron fertilización en la época de siembra es que opten por abonados de única aplicación, ya que el de fondo ya no tiene mucho sentido. “Debido a las fechas en las que ya estamos no recomiendo un abonado con productos de liberación lenta, sin embargo productos de única aplicación carentes de inhibidores de la nitrificación y por tanto más rápidos son a día de hoy mejor opción”, indica el experto de LESA.

“Dentro de la gama de abonos de aplicación única no hay ningún problema por ahora en elegir el nitrógeno en forma ureica y amoniacal, incluso durante el mes de marzo. En cuanto al equilibrio de fósforo y de potasio, éste debe ser el más alto posible, tendiendo siempre en cuenta que no vamos a poder, con este tipo de abonados, incorporar al cultivo el equilibrio más adecuado”, señala.

En zonas con rendimientos medios es posible que con un abonado de única aplicación sea suficiente para que el cultivo salga adelante. Sin embargo en zonas con rendimientos esperados considerables en ningún caso va a ser suficiente un único abonado y el agricultor tendrá que aportar más adelante más nitrógeno para poder cubrir las necesidades del cultivo.

Por otra parte si el agricultor necesita hacer una segunda aportación a finales de marzo o incluso abril, especialmente en zonas con pluviometrías altas, me parece más razonable utilizar un complejo alto en nitrógeno fosforo y potasio (equilibrio 1-1-1) y posteriormente completar el abonado con un producto rápido y alto en nitrógeno. “Siempre hay que fertilizar en función de lo que se pretenda producir. Es esencial que el factor limitante de la producción no sea el abonado”, concluye Alejandro Álvarez.

Por su parte, José Antonio Marcos, responsable del departamento agrícola de Campal, recalca que la cultura agronómica en Salamanca incluye el abonado de fondo en la práctica totalidad de las sementeras. En muchas ocasiones esta fertilización incluye azufre, que además va bien para la sanidad vegetal. Esta práctica hace que el cereal no tenga tanta urgencia de fertilización como en otras zonas de la comunidad. A pesar de todo, Marcos recomienda una aplicación de nitrógeno de rápida asimilación. “Ya estamos casi en marzo…”, justifica.

Javier Gutiérrez, responsable de Semillas y Fitosanitarios de Grupo AN, insiste en la necesidad de hacer una fertilización lo antes que sea posible sin estropear el terreno. La recomendación de Gutiérrez es que, como a estas alturas es muy difícil saber cuáles serán las necesidades reales del cultivo, el agricultor haga dos aplicaciones. Que tire ahora entre el 60 y el 70% de todas las unidades de nitrógeno que calcule que podría necesitar hasta la cosecha, y que reserve el resto “en la recámara” para reaccionar según venga la primavera. Así, si hay lluvias suficientes como para prever buena producción puede hacer una mayor inversión en abonar, mientras que si las perspectivas son peores podrá ahorrar en una fertilización que difícilmente rentabilizará.

Más malas hierbas
La recomendación del experto de LESA Luis de Juan respecto al control de las hierbas no deseadas es que el agricultor no se precipite, que espere a ver qué hierbas aparecen en sus tierras. “La mayoría de los tratamientos que se apliquen ahora serán de contacto, así debe retrasar el tratamiento con herbicida hasta que todas las hierbas hayan emergido. Y es muy importante que respete las indicaciones y los plazos que especifica el fabricante para cada producto”, recuerda.

En el campo charro se aplicaron buenos tratamientos en presiembra -en octubre- contra las malas hierbas. “No está muy sucio”, certifica el técnico de Campal. Las infestaciones por hierbas de hoja ancha no le preocupan demasiado. “Se eliminan fácil”, tranquiliza.

El responsable de Semillas y Fitosanitarios de Grupo AN hace hincapié en que las malas hierbas han alcanzado ya gran tamaño, por lo que es necesario reforzar los herbicidas tradicionales con mezclas. El tratamiento será más caro, pero también más eficaz y evitará la aparición de resistencias.

En el tercio norte de la comunidad, donde llovió más, los tratamientos en preemergencia fueron eficaces. Todo lo contrario que en los dos tercios restantes donde, al carecer de humedad tras la aplicación, los fitosanitarios no pudieron actuar. También la nascencia fue mucho peor. Rodríguez, asimismo, destaca que es necesario erradicar las malas hierbas antes de aplicar el fertilizante. “Para no alimentar al enemigo”, apunta.

Atentos a la roya
Por las tierras de León el cereal ha ahijado menos de la cuenta, según indica el técnico de LESA Luis de Juan. Esto supondrá, a priori, que el cultivo estará mejor ventilado que si estuviera más tupido. De esta forma, también en teoría, las enfermedades lo tienen más difícil para prosperar. Es posible que se desarrollen hongos saprófitos, que se alimentan de células muertas. Así, la incidencia en la sanidad del cultivo no sería grave. “Es posible que, finalmente, no haya tantos problemas por enfermedades. Sí puede que haya más incidencias por malas hierbas. Con tanta lluvia se han lavado los herbicidas que se habían aplicado”, señala Luis De Juan.

José Antonio Marcos advierte de que lo importante es que el agricultor esté atento a prevenir posibles ataques por roya. “Los tratamientos son rápidos y baratos, y se pueden realizar sin dañar el cultivo. Hay que estar pendiente de la roya para atajarla cuanto antes porque luego el daño es mucho mayor”, recomienda Marcos.

Javier Rodríguez, de Grupo AN, es partidario de esperar al encañado de las plantas para comprobar si los hongos perjudican o no al cereal. “Hay que esperar hasta lo más cerca que sea posible del encañado. No hay que tratar solo por ver manchas en las plantas, ya que no le sale rentable al agricultor hacer dos aplicaciones de fungicidas. Cerca del espigado hay que intentar salvar las dos hojas últimas, que es donde nos jugamos el cultivo”, recalca el técnico de Grupo AN.

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