La meteorología de la campaña pasada ha reducido la superficie de colza en algunas comunidades autónomas. En el caso de Castilla y León, la principal zona productora, el espacio ocupado por el cultivo se ha reducido en un 34%, hasta las 25.000 hectáreas, lo que no pone en tela de juicio una apuesta muy seria de agricultores, casas de semillas e industria por esta oleaginosa.
Son muchos los argumentos a favor de este cultivo, pero quizá el más importante sea el económico. Y es que la colza tiene unos costes de producción algo más altos que una cebada (en torno a los cien euros por hectárea), pero con un precio un 114% más alto que este cereal. Y ello sin contar las primas por calidad que se pagan en algunos destinos.
Todo hace prever que la superficie de colza seguirá creciendo
¿Aumentará en el futuro la superficie de colza? En el sector hay un clamor unánime en sentido afirmativo. Solo hay que tener en cuenta que la comunidad mencionada, Castilla y León, cuenta con 1,6 millones de hectáreas de trigo y cebada, frente a las 25.000 de colza. “Ello significa que la colza solo está presente en el 1% de la rotación con estos cereales”, según las cuentas de Anxo Valiño, de Dekalb, para quien si pasáramos de ese porcentaje al 5% que existe en provincias como Zamora “tendríamos un potencial de superficie de colza de unas 83.000 hectáreas”. En su opinión todo hace prever que la superficie de colza seguirá creciendo.
La evolución de este cultivo habría sido muy diferente de no ser por la crisis alimentaria producida en 1981, que desterró a la colza durante décadas. Regresó hace unos quince años, cuando el sector miró de nuevo a un cultivo injustamente maltratado.
Hace quince años Acor decidió incluir el cultivo en las rotaciones propuestas a sus socios
En la región del Duero hay que destacar el papel que desempeñó la cooperativa Acor cuando decidió incluir el cultivo en las rotaciones propuestas a sus socios. Francisco Sánchez, del departamento Agronómico y de Cultivos de la sociedad, recuerda que su departamento “constató la viabilidad del cultivo de colza en Castilla y León ya desde el segundo año de ensayos”.
A pesar de toda la ayuda técnica a disposición del socio, “inicialmente le costaba mucho hacer las labores tempranas. Había gran cantidad de agricultores veteranos, próximos a la jubilación, con unas rutinas de trabajo muy interiorizadas”.
El papel de Acor sigue siendo crucial para la colza a día de hoy. Procesa unas 20.000 toneladas de colza todos los años, lo que supone en torno al 50% de lo que se produce en Castilla y León. De ellas contrata previamente con sus socios unas 7.000 toneladas aunque finalmente la cantidad que entregan es mayor.
Entre las ventajas de la colza hay que contar unos rendimientos similares a los del trigo
El 10% de la producción se destina a la elaboración de biocombustibles, un 30% a la fabricación de aceite y el 60% restante a alimentación animal, según la Junta. También hay otros destinos, como el alpiste.
Francisco Tapia, de Oleokelsa, apunta que lo que demanda el agricultor a la hora de sembrar son variedades que garanticen un buen inicio de la planta, vigor en la nascencia y que no sean dehiscentes.
Y que cumpla los parámetros que exige la industria. El año pasado, con un 9% de humedad, 2% de impureza y 40% de grasa se pagó en torno a los 360 euros por tonelada, “y el agricultor recibe una prima si supera ese 40% de grasa”.
Entre las ventajas de la colza hay que contar unos rendimientos similares a los del trigo y el ser una muy buena opción para diversificar las producciones, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de rotar los cultivos. También destaca este cultivo por contribuir a un mejor control de malas hierbas tan problemáticas como la avena loca, el bromo o el vallico.
Muchas ventajas para un cultivo que ha dejado atrás las dudas y que cada año vuelve a demostrar sus ventajas agronómicas.
