Las tormentas de esta semana parecen anunciar un septiembre de lluvias y muchos agricultores se han animado a preparar los terrenos para las siembras de colza. Algunos se han animado ya a sembrar la colza de regadío, mientras los técnicos de las casas obtentoras recuerdan que no hay prisa por enterrar la semilla: la planta llegará al invierno con desarrollo suficiente y no hay que obsesionarse con la fecha límite del 12 de octubre.
Francisco Escolar, delegado de Limagrain en la zona sur de Castilla y León, destaca que el cultivo de la colza llega a la campaña de siembras con una fuerza muy importante gracias al resultado de la campaña anterior y por los precios actuales. “Hay ganas de sembrar colza”, anuncia.
Para él lo previsible es que se incremente la superficie de cultivo, con nuevos profesionales que se animen a sembrar colza, mientras que los ya convencimos quizá opten por sembrar más superficie.
“Estas primeras lluvias han marcado un comienzo, pero serán necesarias nuevas lluvias a mediados de septiembre para que el cultivo nazca y se implante”, recalca.
Colza después de barbecho
Por su parte Anxo Valiño, de Dekalb, señala que con la experiencia de los últimos años lo ideal sería que el agricultor sembrara colza después de un barbecho. Una práctica habitual es sembrar un cereal, pero la colza sobre barbecho es una opción muy interesante, sobre todo porque el cereal que se ponga después de la colza tendrá un comportamiento muy similar al que se siembre después de dar a la tierra un año de descanso.
En su opinión el escenario actual favorece el crecimiento de la superficie de cultivo.
Otra lección que dicta la experiencia es que, en España, la colza se puede sembrar más allá de mediados de octubre, a pesar de que durante años los técnicos recomendaban no ir más allá del 12 de ese mes. Hay que tener en cuenta que la planta, en cotiledones, aguanta hasta cuatro grados bajo cero. “La colza no se estropea por esas heladas; lo que sucede es que esos fríos favorecen la deshidratación de la planta y si muere puede ser por esa falta de humedad, no por la temperatura”, advierte.
De este modo, la necesidad de que la colza llegue a diciembre en estado de roseta “es más propia de zonas productoras de Europa del este, donde la planta puede estar tres meses bajo la nieve”. Pero no es el caso de la península ibérica, sobre todo ahora que estamos en pleno cambio climático.
De hecho, un agricultor que siembre el 15 de septiembre sin lluvias y uno que lo haga el 23 de octubre “estarán en la misma situación: el primero no tendrá ninguna ventaja”. Más bien al revés: el más madrugador se arriesga a que una lluvia ligera haga germinar la semilla y la planta muera después por falta de agua, según Valiño.
Agricultores “a la expectativa”
Eva Pelaz, delegada comercial de Pioneer para Valladolid, Zamora y Salamanca, destaca que el agricultor de colza se mantiene ahora mismo “a la expectativa”, ya que se trata de un cultivo eminentemente de secano.
El agua caída en los últimos días viene bien para la preparación del terreno, pero no hay prisa por hacer las labores y sembrar: “Contamos ya con muchos años de experiencia en colza y sabemos que hay que esperar”. Incluso más allá de mediados de octubre, con la tranquilidad que da el que los inviernos de hoy en día no son tan crudos como los de hace dos décadas.
Pelaz recuerda que Pioneer está entre los pioneros que respaldaron la reintroducción de la colza hace ya cerca de 20 años. Apostó por las variedades más competitivas e introdujo el compromiso de la resiembra de girasol para aquellas parcelas en las que la colza no saliera adelante por culpa del tiempo atmosférico.
“Muchos agricultores ven la colza como lo que es: una muy buena opción para incluir en la rotación de cultivos. Por eso crecerá este año en caso de que el tiempo acompañe”, anticipa.
Estas son las variedades de colza con mejores rendimientos, según Itacyl
