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sábado, abril 20, 2024
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“La cooperativa debe ser competitiva, sin olvidar que su base son los socios” Cooperativa Agrícola Regional (CAR)

La Cooperativa Agrícola Regional (CAR) es un buen ejemplo de entidad ligada a un territorio, que ha contribuido a transformarlo y que en los últimos tiempos contribuye de forma rotunda a que las familias permanezcan en el medio rural. Por algo esta forma de sociedad se considera parte de la economía social, “aunque no se puede perder de vista que deben ser tan competitivas como cualquier empresa”.

Esa es la convicción de Tomás Rodríguez, empleado de la cooperativa desde hace 35 años y gerente desde el cambio de siglo. Con esa experiencia a sus espaldas defiende con firmeza el espíritu cooperativo, lo que implica el compromiso del socio con la entidad.

“No estoy de acuerdo en que haya socios con una participación de 50 euros”, subraya, sino que los agricultores y ganaderos “deben aportar una parte importante de su producción para que esta fórmula sea válida para sumar“. Por eso anima a valorar a las diferentes cooperativas según la ratio entre facturación y número de socios, y entre facturación y número de empleados. En ambas asignaturas CAR obtiene notas altas.

Lo contrario, según Tomás, es un “mal modelo” que en ocasiones se apoya desde el ámbito institucional. Por ejemplo, cuando para considerar a una cooperativa entidad prioritaria se atiende al número formal de socios. “Pero no se puede vivir del número de socios; se vive de la actividad económica”, resalta.

Con la misma prevención, el gerente rechaza el funcionamiento asambleario: las cooperativas deben estar dirigidas por los técnicos. “Es la forma de que la cooperativa dé beneficios, que se conviertan en retorno para el socio y en patrimonio activo de la sociedad”, recalca. Y es que uno de los principales inconvenientes de este tipo de sociedades es que el propietario, que es el socio, es al mismo tiempo proveedor y cliente. “Por eso es importante que a la cabeza esté alguien con mentalidad empresarial. Y por eso en 35 años he tenido 35 asambleas generales tranquilas”, recuerda. “Si el objetivo es quedar bien con el socio, será un planteamiento cortoplacista que no llevará a ningún lado”, remacha.

La cooperativa comercializa la producción de sus socios. Cuenta con una planta de elaboración de abonos compuestos, además de comercializar los complejos y nitrogenados. También presta el servicio de aplicación de fitosanitarios, abonos líquidos y producción de semilla certificada. Completan las líneas maestras de su actividad la venta de gasóleo y los diversos servicios administrativos, incluida la gestión de seguros. El resultado es una facturación de 30 millones de euros en el ejercicio pasado.

Está formada por 320 socios, con un perfil mayoritario de agricultor que es también ganadero de vacuno o de ovino, siempre de leche, “al que aportamos las materias primas que no tiene, o bien le facilitamos las que tiene como elemento acabado”, señala Rodríguez.

Se trata de un socio con un perfil altamente profesional, que saca adelante su ganadería estabulada. “Estamos hablando de un ganadero que es referencia nacional y europea, sobre todo en comarcas como la de Saldaña”, reitera.

También es un socio masculino y con una edad media relativamente elevada. Por eso se está haciendo un esfuerzo por incrementar la presencia de jóvenes y mujeres, como reduciendo a la mitad el desembolso necesario para ser socio. Incluso se ha constituido un pequeño consejo específico con los jóvenes de la cooperativa para escuchar sus puntos de vista. “Lo que hace la cooperativa lo hace por ellos y hay que escucharlos”, destaca el gerente.

Los cultivos de secano son fundamentalmente cereal y forraje, aunque la cooperativa participa en proyectos para obtener un mayor valor añadido a los productos que habitualmente tienen un horizonte pequeño, como el centeno.

El socio cumple con las rotaciones que le exige la PAC, aunque Tomás reflexiona: “Las rotaciones deben incluir aquellas producciones que demande el mercado, deben ser rentables y la explotación debe adaptarse a ellas”. Por ejemplo, en regadío se rotan ray grass, veza, alfalfa y maíz.

Con vistas al futuro, CAR se dirige hacia un nuevo modelo de cooperativa, de mayor dimensión, que ofrece más servicios, sobre todo en relación con nuevas demandas que el socio no manifestaba antes. La mitad de la plantilla, unos treinta empleados, son titulados universitarios que asesoran y dan soluciones al socio, siempre por el menor coste posible. Esos servicios no se cobran, pero sí se espera un retorno por parte del socio en forma de fidelización, de entrega de la producción.

Al mismo tiempo, la cooperativa representa al socio ante los mercados y en el proceso de adaptación a las nuevas tecnologías, “porque hay cosas que es difícil que el agricultor aborde por sí solo”, recalca Tomás Rodríguez.

Para él, una cooperativa no debe olvidar algunas claves, como dedicarse al sector para el que se creó, estar pegada al territorio y ser competitiva, pero no siendo una entidad meramente económica, “porque no se basa exclusivamente en el capital: se basa en las personas”. De este modo irá ganando peso, “aunque nosotros defendemos la relación entre cooperativas. No se trata de fusionar y absorber, y lo dice alguien que está al frente de la cooperativa decana de Castilla y León, con 111 años de historia”.

Es necesario, por tanto, “que las cooperativas colaboren entre ellas, y por eso estamos en cooperativas de segundo grado”. Coopcyl para suministros, Valduebro, del Grupo AN, para comercializar la producción. “Hacemos en común todo aquello que nos sale mejor de ese modo, pero siempre defendiendo la autonomía de la cooperativa para tomar decisiones”, señala.

CAR cuenta con instalaciones en Carrión e los Condes, Saldaña, Villamartín de Campos y Villoldo, y cuenta con un almacén colaborador en la localidad de Sotobañado y Priorato. No se detiene su esfuerzo inversor, que se mantiene a un ritmo entre los 400.000 y los 600.000 euros al año.

Las últimas inversiones se han dirigido a incrementar la capacidad de almacenamiento, así como a renovar la maquinaria de alimentación animal, además de renovar parte de la maquinaria de la deshidratadora. La cooperativa también está inmersa en un proceso de mejora de las labores de recogida de las producciones en el campo. Eso sí, las inversiones se financian a partir de los beneficios de la sociedad, que siempre se vuelca en devolver ese beneficio al socio en forma de patrimonio y servicios.

En ello coincide Antonio Miguel Escudero, de Calzada de los Molinos. Tiene 68 años y lleva toda la vida en la cooperativa, a la que agradece que preste servicios “muy necesarios”. Sobre todo a la hora de vender, ya que “sin las cooperativas los almacenistas se pondrían de acuerdo a la hora de pagar la producción”. Antonio defiende el espíritu cooperativo y lamenta que muchos socios se pregunten qué debería hacer la cooperativa, “pero no se plantean qué pueden hacer ellos por CAR”.

Cooperativa Agrícola Regional, CAR
Avda. Manuela Rizo s/n
Carrión de los Condes, Palencia
979 880 505
www.car-carrion.com

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