Cuatro bodegas, dos viñedos y una explotación forrajera, ubicadas en lugares diversos, producirán su propia energía para satisfacer las necesidades de la actividad diaria
La bodega Copaboca, que lleva diez años en marcha con sede en Tordesillas (Valladolid), sigue siendo fiel al proyecto de expansión que marcó su nacimiento. En la DO Rueda tenían entonces un problema para comercializar la uva, así que pusieron en marcha esta empresa que ya comercializa ocho de cada diez botellas en España y exporta a treinta países. El año pasado facturó 10,7 millones de euros.
Felipe Alonso, el responsable de la expansión y nuevos proyectos en Copaboca, explica que siempre han tenido claro que debían hacer algo diferente a la mera transformación de la uva para ser competitivos y asegurar el éxito y la pervivencia. “Se trata de un crecimiento sostenible en el tiempo que permita dar un servicio que se convierta en imprescindible para el cliente”, explica Alonso. “El crecimiento es una forma de entender la competitividad”, añade.
En esta dinámica, han ampliado su radio de acción con otras bodegas en Sotillo de la Ribera (DO Ribera del Duero), una para vinos de tipo cava en Tordesillas y una tercera en Calahorra (DO Rioja). En esta última elaboran desde hace dos años y medio el 80% de las botellas que se consumen en España. Sus planes incluyen hacer la cuarta bodega en Valdepeñas, la segunda DO exportadora de España.
Placas solares
También con el mismo propósito, este grupo bodeguero está en pleno proceso para suministrarse de manera más eficiente y accesible de la energía eléctrica para todas las actividades y necesidades en sus diferentes instalaciones.
Después de analizar diferentes opciones, se decidieron por paneles fotovoltaicos de EDF Solar. “Es la propuesta más creíble y quienes más firmeza han demostrado”, justifica Felipe Alonso. De esta forma, las cuatro bodegas, dos viñedos y una explotación forrajera se abastecerán -en diferentes lugares de la geografía española- se nutrirán de la producción propia obtenida gracias a las placas solares.
No hubo mucho que debatir. A EDF le interesaba el trabajo por el reto que suponía en lo profesional y la visibilidad que le reporta, y a Copaboca le satisfizo la propuesta. La empresa de fotovoltaicas se ha encargado de todas las gestiones y obras para que los panales acaben colocados a pleno rendimiento en tejados y sobre suelo firme, según las condiciones del espacio.
“Es una apuesta de futuro con el medio ambiente y la competitividad”, recalca el encargado de la expansión y nuevos proyectos de Copaboca. Los cálculos son que en las instalaciones fotovoltaicas que abastecen donde más consumo hay ahorrarán hasta el 30% en la factura eléctrica. “Las placas se aprovechan al 100%”, asegura Alonso. En el resto, que de inicio, supondrán economizar alrededor de un 20%, irán modificando horarios y actividades para aprovechar el máximo potencial de los paneles que sea posible.
