Con EDF, Horsal montó en 2017 una instalación fotovoltaica de autoconsumo de 22,9 kW (la potencia contratada con la compañía eléctrica para la central hortícola es de 43 kW), para reducir su factura eléctrica, aprovechando que la época de más actividad -y por lo tanto también de consumo- es el verano, que coincide con la época de mayor generación fotovoltaica. Esta instalación genera anualmente sobre 30.000 kWh.
El mes que más energía genera varía, dependiendo del año, entre junio y julio. Superan los 4.000 kWh mensuales, aunque las puntas diarias de producción suelen ser en mayo (por las temperaturas algo más bajas que en los dos meses siguientes), con algún día que alcanza los 160 kWh generados.
Horsal es una cooperativa hortícola con sede en Cambados (Rías Baixas) que aglutina horticultores sobre todo del norte de Pontevedra, aunque también de otras zonas de Galicia.
Producen en invernadero y al aire libre los cultivos típicos de la huerta atlántica, tanto de hoja (lechuga, repollo, grelo, acelga, espinaca) como de fruto (pimiento Padrón, tomate, judía, calabacín, calabaza) y de raíz (cebolla).
“Nuestros principales retos actuales, sin dejar de pensar en la mejora de la calidad de vida de nuestros socios, que es nuestra razón de ser, son la línea de ensaladas de cuarta gama, lavada y cortada, lista para consumir, y la certificación de parte de la superficie de cultivo como producción ecológica”, revela Fernando Veiga, gerente de Horsal.
“El objetivo es reducir la factura eléctrica aprovechando una fuente de energía que, como fuente, es gratis, aunque requiera una inversión para ello, y también es ecológica”, recalca Veiga.
Cuando en la cooperativa hortícola empezaron a analizar la posibilidad de hacer una instalación de autoconsumo contactaron con varias empresas de ese sector y “EDF fue quien nos transmitió más fiabilidad y mejor relación calidad precio”, justifican desde Horsal.
Un buen ahorro
“La gestión y mantenimiento de la instalación es como si no la tuviésemos. Nos conectamos de vez en cuando vía web para ver cómo va la producción o si hay algún problema o alerta, y nada más. Se pasa el personal de EDF a hacer la revisión anual y eso es todo”, explica el gerente haciendo hincapié en lo fácil y cómodo que les resulta desde que instalaron el sistema fotovoltaico.
Desde entonces les supone un ahorro sensible en la factura. La instalación produce aproximadamente el 30% de lo que consumen al año.
“Además, aunque no lo tenemos cuantificado, también ayuda a reducir el factor potencia por los excesos de los maxímetros; debido a la variabilidad estacional de nuestras necesidades, los kilovatios que tenemos contratados están en parte ‘ociosos’ en invierno.
Pero en verano tenemos puntas de potencia que provocan considerables recargos. El hecho de que la planta fotovoltaica sea en verano cuando más genera también nos ayuda a que las puntas de potencia de los maxímetros no sean tan elevadas. Y, lógicamente, más allá de estas cuestiones económicas, nos satisface en el ámbito medioambiental eso de generar una buena parte de la energía que consumimos”, dice complacido.
Aunque no han calculado su huella de carbono, y a pesar de que la comercializadora de energía con la que trabajan tiene un ‘mix’ más renovable que el conjunto del mercado español, están convencidos de que es una medida con la que claramente reducen la huella.
