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viernes, marzo 29, 2024
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Teclas que podemos pulsar para tener un gran año

Las siembras casi han finalizado en los regadíos de Castilla y León, con unas labores que se han visto divididas en dos partes: las realizadas entre marzo y principios de abril y las que se han acometido más adelante, en las ‘ventanas’ que han ido permitiendo las lluvias. No se puede perder de vista que en abril llovió 19 días, lo que lo convirtió en un mes prácticamente inhábil para las siembras. Y en mayo ha habido más lluvia. Un sueño para el secano.

José Ángel Cortijo. Fertiberia
José Ángel Cortijo. Fertiberia

Podemos influir sobre el desarrollo de las plantas
Teniendo en cuenta todo lo anterior, se deben plantear muy en serio la estrategia de fertilización aquellos que han debido sembrar el maíz, la patata o alguna hortícola más tarde de lo que tenían previsto. Hay que tener en cuenta que ahora mismo conviven maíces recién sembrados con otros que ya tienen cuatro hojas.

Este es el campo de juego que tenemos ahora mismo planteado y debemos mover nuestras fichas con inteligencia si queremos obtener una buena producción; si deseamos que acabe bien un año que, por lo demás, puede resultar siendo histórico para el campo de Castilla y León.

Por eso cabe recordar que tenemos en la fertilización una magnífica herramienta para acelerar o retener el crecimiento de las plantas; para adecuar el cultivo a su ciclo: aquel agricultor que realizó un correcto abonado de fondo puede ahora ajustar la planta a su estado más deseable mediante el empleo de abonos nitrogenados directamente disponibles. La mejor opción es la fórmula nítrico-amoniacal y, si además incorpora azufre directamente disponible, habrá una absorción rápida y, sobre todo, eficaz por parte del cultivo.

¿Qué abonado de fondo hemos realizado?
Debemos tener en cuenta que este es un año de precipitaciones muy abundantes, con un porcentaje de humedad muy elevado con respecto a otros. Por eso debemos reflexionar en relación con el abonado de fondo que hemos realizado, ya que en función del tipo de suelo de que se trate, de las rotaciones realizadas, etc., podemos haber tenido un importante lavado de nutrientes, es decir: muchos de los elementos con los que contábamos ya no se encuentran en nuestro suelo.

Es una realidad que debemos corregir con el abonado de cobertera. Debemos ser rigurosos a la hora de tomar decisiones, y quizá debamos inclinarnos por abonos más completos a la hora de complementar la fertilización.

¿Una cobertera o dos?
En esta sección siempre hemos defendido que el fraccionamiento de las coberteras es más eficaz: el nitrógeno cumple mejor su función para el crecimiento de la planta. En el caso de la remolacha, por ejemplo, se requiere un mínimo de una cobertera cuando la planta esté entre cuatro y seis hojas y otra antes del cierre de surcos.

El caso de la patata, por su parte, es particular porque la decisión depende de la variedad empleada y del destino que se dará a ese tubérculo, pero además del manejo que se haga del cultivo. De este modo, todo agricultor sabe que si deseamos una patata de gran conservación debemos ser muy estrictos con la forma en que aportamos el nitrógeno y si empleamos formas ureicas el tubérculo acumulará agua y no se podrá conservar.

En el caso del maíz debemos tener en cuenta el grado de desarrollo de la planta. Si va con su ciclo. Al ser esta planta una gran consumidora de nitrógeno, sobre todo a partir de la sexta hoja, si deseo ganar tiempo realizaré una primera aplicación de nítrico-amoniacal antes de llegar a ese punto. El momento de realizar la segunda cobertera llegará entre quince y veinte días después.

¿Y la alfalfa?
En el cultivo de la alfalfa hay que recordar que algunos agricultores solo abonan a la salida de la parada invernal, pero no siempre podemos dar por hecho que la planta seguirá ‘tirando’ por sí misma durante el resto del año. Teniendo en cuenta que en Castilla y León es habitual dar a la alfalfa de regadío entre cinco y seis cortes, lo ideal sería hacer un refuerzo del abonado después del segundo o el tercer corte.

Siempre sin perder de vista que si deseamos alcanzar la máxima producción deberemos aportar fósforo y potasio, además del calcio, que la alfalfa consume de forma muy importante y que es necesario si deseamos obtener un forraje de elevada calidad: un mayor porcentaje de proteína que permitirá al agricultor obtener un mejor precio.

Por qué esas diferencias en secano
Estamos ante la oportunidad de tener una gran producción, aunque por desgracia encontraremos parcelas de un mismo municipio y una misma variedad de trigo o cebada que obtengan la mitad de producción que otras.

Por desgracia algunos campos no han recibido el cuidado que demandaba el año, con una primavera lluviosa que pone de manifiesto las carencias de abonado. Una vez más, escucharemos que el agricultor ha hecho “lo de siempre”, una expresión que en el caso del abonado es una trampa agronómica: si ha abonado igual que el año pasado se dará cuenta de que se ha quedado corto.

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