Todo apunta a que la superficie en los secanos de Castilla y León será esta próxima campaña similar a la del año pasado; incluso puede que crezca algo. Que la pipa pintase muy bien y que, ademas, ahora haya terrenos libres de cereal hace presagiar que el agricultor castellanoleonés afianzará la confianza en el girasol. Esa es la percepción de José Antonio Blanco, de Semillas Sebla.
Tal y como están ahora el campo y la meteorología, las siembras podrían empezar a principios de abril en las zonas más tempraneras de la región. Habrá actividad hasta los primeros días de junio, aunque lo fuerte de la sementera será en la segunda mitad de abril y en mayo.
Por Soria es posible que aumente la superficie de las 42.000 hectáreas de 2018 hasta 45.000. Poco más. “El girasol es un cultivo muy estable en Soria”, argumenta José Antonio Gonzalo, técnico de Copiso.
Carlos Blanco, de Koipesol, cree que la superficie de siembras en Castilla y León rondará este año una extensión similar a la de la última campaña. No ve mucho problema en que incluso se reduzca algo -de 290.000 hectáreas a 280.000 por ejemplos.
Una colza parada
Las colzas continúan en parada invernal, sin excesivo desarrollo y a la espera de reanudar la actividad vital que traen consigo las mejores temperaturas de la primavera, que ya asoma.
Es un parón generalizado, que también frena los problemas que puede sufrir este cultivo en formna de plagas de insectos.
Blanco, de Sebla, señala que no es momento para preocuparse, pero sí hay que estar alerta. Si la media del termómetro sigue hacia arriba es posible que en un plazo de quince días puedan detectarse los primeros gorgojos.
A la colza soriana no le fue mal del todo en la sementera. Hay poca superficie, pero lo nacido se ha mantenido bien a pesar de las heladas, según explica el experto de Copiso. “No ha habido que levantar ninguna finca, al contrario que otros años”, apunta.
