Podemos estar ante un buen año para el girasol, que por lo general se ha implantado bien. José Antonio Marcos, de Campal, apunta que ese buen aspecto se repite “incluso en los secanos más rabiosos”. “La planta ha conseguido su principal objetivo, que es nacer; a partir de ahí tiene una gran capacidad para sobrevivir, gracias a sobre todo a su raíz”, recuerda.
El agricultor Rubén Bueno, de la Tierra de Peñaranda, ve el girasol con muy bueno ojos. Lo sembró en buenos suelos y ha crecido bien. La planta ya mide cerca de 140 centímetros y “parece de regadío”.
Lo sembró pronto buscando la nascencia, y nació todo. El calor de mayo le ayudó a crecer y las lluvias posteriores le han venido bien. “Se espera que tenga una cabeza grande. Veremos cuando florezca y cuando le toque granar”. Necesitará algo más de lluvia “para no quedarse en medio grano”.
En la Bureba el girasol se sembró hace mes y medio y está bien presentado. Si llueve algo en verano estaremos ante un buen año para este cultivo.
