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sábado, abril 20, 2024
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Cómo integrar el abonado dentro de la estrategia sanitaria

La nutrición es un capítulo esencial en el cultivo de la patata. No solo para obtener elevados rendimientos, sino también como medida preventiva ante la presencia de agentes externos. Esta visión gana hoy adeptos dada mayor sensibilidad hacia la fertilización inorgánica

Acertar con la nutrición es importante, ya que sin una buena base nutricional podemos dar al traste con nuestra programación productiva. Se trata de una verdad absoluta, rotunda, que podemos aplicar al cultivo de la patata y al resto de producciones incluidas en nuestra explotación.

Acertar con el producto, y con el momento de aplicación, no solo es importante para cumplir nuestro objetivo de obtener elevados rendimientos con una patata de calidad; también implica integrar este conjunto de decisiones en nuestra estrategia sanitaria, haciendo bueno el dicho castellano de que ‘a perro flaco todo son pulgas’. De este modo, con una adecuada nutrición será más fácil controlar la presencia de agentes externos: evitaremos buena parte de los problemas sanitarios que acechan a nuestro cultivo.

La importancia de N, P y K

La mayor parte de los nutrientes se absorbe durante la fase de crecimiento vegetativo. El nitrógeno (N) resulta muy necesario durante el periodo inicial influyendo en el desarrollo foliar, que es determinante para la capacidad de síntesis de los hidratos de carbono, el vigor de la planta y el rendimiento en fécula.

Por el contrario, a partir de la floración un exceso de nitrógeno estimula la producción de giberelinas, lo que modifica el equilibrio ABA/G e interrumpe la tuberización. Es decir, existe una clara correlación negativa entre la disponibilidad de nitrógeno después de la floración y la tuberización.

Por su parte, el fósforo (P) determina en gran medida el desarrollo del sistema radicular e influye de forma clara en el número de tubérculos por planta, cosa que ocurre ya en el crecimiento inicial del cultivo.

El potasio (K), mientras tanto, es el elemento absorbido en mayor cantidad. Su influencia en el desarrollo vegetativo es muy grande; pero es más importante su acción, junto con el fósforo, de incrementar la síntesis de hidratos de carbono y su migración hacia los tubérculos.
La importancia de este tercer elemento es especialmente relevante si tenemos en cuenta la gran influencia del potasio en el tamaño de los tubérculos, pero también en la resistencia a algunas enfermedades, como la alternaria.

Algunos consejos para aplicar el nitrógeno

Debe controlarse de forma estricta su aplicación para obtener todo el efecto favorable, evitando los excesos que pueden parar la tuberización.

Las dosis de nitrógeno dependerán de:
-Tipo de suelo y su fertilidad.
-Si se abona o no con materia orgánica (riqueza en N).
-Ciclos de cultivo: precoz, medio o tardío.
-Tipos de fertilizante: preferir formas más rápidas (nitratos) para cobertera y ureas para temperaturas más altas.

El fósforo

En cuanto a este elemento, tan importante en la formación de los tubérculos, debemos tener presente que en la aportación de fertilizantes fosfatados clásicos o convencionales, más de un 75% no es aprovechado por el cultivo ya que queda fijado o inmovilizado en el suelo por elementos como calcio, magnesio, aluminio o hierro, formando compuestos poco solubles o incluso insolubles, por lo que la planta no los puede absorber.

Actualmente hay compuestos especialmente formulados que protegen el fósforo para que no se inmovilice debido a los elementos descritos. Es el caso de Steric P. Esta tecnología evita que los cationes positivos descritos se combinen con el fósforo y así este reste libre y disponible totalmente para la planta.

Las aplicaciones de un fósforo especial como este permiten utilizar dosis equivalentes a una tercera o cuarta parte de uno estándar, ya que se aprovecha totalmente y de forma más rápida. Puede aplicarse al suelo en el surco de plantación o posteriormente a través del riego, si es el caso.

El potasio

Es el elemento esencial en el crecimiento y en el engorde de los tubérculos por el transporte de los hidratos de carbono hacia ellos. Hay que tenerlo disponible en la fase de crecimiento y en la tuberización.

Además, aunque el potasio no tiene los problemas de bloqueo que tiene el fósforo, en determinadas circunstancias puede tener algunos problemas de movilidad. Suele ocurrir en suelos compactos, con gran contenido de arcillas que retiene el (K+) en los espacios interlaminales y también en casos de terrenos muy secos o durante sequías prolongadas.

El potasio ejerce una función muy importante y especial como osmoregulador controlando el movimiento del agua en la planta. En relación con él, existen actualmente formulados especiales que, además de ser muy solubles, tienen mayor movilidad en los suelos descritos anteriormente, como en el caso del Steric K. Se asimilan antes, con lo que se consigue una respuesta más rápida, y pueden dosificarse en cantidades cercanas a la cuarta parte de lo empleado en el caso de productos estándar.

En un contexto de agricultura sostenible, la utilización de fertilizantes especiales, a dosis reducidas respecto a los productos convencionales, y con resultados equiparables a ellos, muestra la línea a seguir. Representan una posibilidad muy sólida en estos momentos, dada la sensibilidad hacia la fertilización inorgánica.

Aplicación especial vía foliar

En determinados momentos del ciclo vegetativo puede ser muy recomendable alguna aportación fertilizante vía foliar.
En patata quizá el momento más crítico sea la fase de tuberización. En este momento, tal como se ha comentado, la aplicación de un producto (sin nitrógeno) puede ayudar mucho a la tuberización e influir claramente en la cosecha.

En ese sentido, un fertilizante como welgro potasio (0-17-43) da una respuesta clara, especialmente en variedades de difícil tuberización.

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