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El sector de la patata afronta 2021 con el propósito de no repetir errores pasados

En Andalucía ya se ha sembrado un 10% menos que en 2020. La previsión apunta a descensos también en la superficie de variedades de media estación o tardías, en Castilla y León. Todo apunta a que habrá menos demanda de tubérculo que el año pasado.

El pasado 2020 ha sido un año marcado por la alerta sanitaria de la covid-19. El parón del canal Horeca y de gran parte de la industria que lo provee, ha afectado directa o indirectamente a una parte de la producción de patata, que se estima en un 20% del volumen producido. La demanda veraniega disminuyó y el sector patatero acusó la falta de salida de muchos camiones de producto que de manera habitual se vende en sacos para las zonas de mayor afluencia turística.

El mercado doméstico ha demandado entre un 10 y un 15% más que en años anteriores a partir de marzo. “Si sumamos y restamos, aunque no cuadraríamos los números, parecería que la venta de patata de lavado debería haber aliviado en parte el problema sectorial, pero podemos afirmar que no ha sido así más que en una pequeña parte”, atestigua Alfonso Sáenz de Cámara, presidente del Comité de Patata de Fepex y gerente de Udapa.

Fepex prevé para la campaña de 2021 un descenso de la superficie de entre el 5% y 10% para la variedad temprana y del 20% en la variedad de media estación o tardía, cultivada especialmente en el centro y norte de la peninsula.

El responsable del sector de patata de Asociafruit, Marcos Román, informó de que en Andalucía ya se ha realizado una gran parte de la siembra, con una superficie de entre un 5% y 10% menor que la de 2020. Comenzará a arrancarse desde finales de abril hasta junio. Posteriormente, comienza la recolección de la campaña de patata de media estación o tardía, que se cultiva principalmente en Castilla y León.

Conservación
“Debemos analizar bien lo acontecido en este pasado año para concluir primero, que las exigencias de cada canal comercial son distintas y difícilmente intercambiables entre ellos por el alto grado de especialización existente en la patata. En segundo lugar, una buena planificación de la producción es necesaria, y en 2020 el tiempo climatológico hizo lo que nosotros no somos capaces de organizar: una siembra escalonada en Castilla y León que devino en un arranque más secuenciado y que sostuvo los precios en verano”, explica Sáenz de Cámara.

El sector debe entender lo que demandan los consumidores, que son sus grandes aliados: producir patata de calidad durante todo el año.

Mejor planificación
“Debemos considerar más las programaciones de siembra, centrándonos en los criterios y recomendaciones de todos los eslabones de la cadena para intentar mantener una regularidad de suministro durante toda la campaña”, propone.

También para Eduardo Arroyo, presidente de Appacyl, las circunstancias derivadas de la covid-19 han marcado el ritmo de esta campaña “con mucha incertidumbre” desde antes de empezar a arrancar las primeras partidas. A pesar de todo esto, la temporada empezó “mejor de lo que se esperaba” y los primeros arranques estuvieron marcados por una patata de calidad, con poco exceso de producto y precios en torno a los 22 céntimos. Eran patatas dirigidas en su mayoría a los lineales y no al canal Horeca. Eran patatas de lavado y no de saco o sucio.

“Fatal campaña”
Con un mercado hundido por la presión de las patatas de industria, y de sucio, de no lavado, sin posibilidad de colocar toda la mercancía por falta de compradores en el canal Horeca, describe Arroyo. “Se hundió completamente, y aún más cuando el 1 de octubre los grandes embolsadores se marchan a comprar producto francés. Esto fue la puntilla para esta fatal campaña”, resume sobre el final.

Quedan bastantes partidas de patata agria de invierno que tienen una muy difícil salida, con precios muy bajos y descuentos muy altos. “Por supuesto que esto nos hace tomar nota para el año que viene, ya que las circunstancias que tenemos a día de hoy son similares a las del año pasado, sin perspectiva de mejora a corto plazo”, advierte el presidente de Appacyl.

MENOS IMPORTACIÓN

La superficie de cultivo en España, según el Avance de Superficies y Producciones del MAPA a noviembre de 2020, es de 67.300 hectáreas con una producción de 2,1 millones de toneladas. Las exportaciones españolas hasta noviembre de 2020 se situaron en 263.785 toneladas, un 8% menos que en el mismo periodo de 2019 por un valor de 95,8 millones de euros, un 35% menos. En el mismo periodo, las importaciones se elevaron a 795.763 toneladas (-5%) por un valor de 243,5 millones de euros (-18%).

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