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jueves, marzo 28, 2024
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La patata arrancará con “incertidumbre” sobre cuál será la demanda del mercado

Es difícil hacer pronósticos, pero el sector cree que la pandemia y el cierre del canal Horeca seguirán condicionando la venta del producto, sobre todo del que no tenga buen lavado

Marco Martín, presidente de la Asociación de Operadores de Patata en Origen de Castilla y León (Asopocyl), no corre riesgos a la hora de hacer pronósticos sobre cómo puede ser la campaña de patata en Castilla y León que pronto arrancará con la plantación. “Hay mucha incertidumbre, no se sabe. En el resto de España se ha reducido la superficie de siembra. No se sabe todavía cuánto, pero se está sembrando menos”, dice.

En la Asociación de Productores de Patata (Appacyl) las previsiones que manejan son que se plantará menos superficie de patata en Castilla y León. Que podría estar en torno a las 17.000 hectáreas, calcula el presidente de la asociación, Eduardo Arroyo. Todo influido por los malos precios de final de campaña y la presión que sigue haciendo la covid-19 sobre los movimientos en los mercados de saco de sucio en todo lo relacionado con el canal Horeca.

El gerente de Interagro, Cosme Catalán, es más optimista a este respecto: “Las superficies se mantienen, incluso subirán algo en algunas zonas. Los mercados son bastante receptivos a la patata nueva y cada vez notamos más una alta valoración en nuestro producto”, comenta.

Las plantaciones en Cartagena se han desarrollado con normalidad, detalla Catalán. Hay un intervalo con las pasadas lluvias que hará escalonar de forma uniforme también la recolección. Los cultivos se desarrollan muy bien, no han sido afectados por las heladas y muestran una sanidad óptima.

Estamos atravesando la tercera ola de la pandemia y vivimos una posible restricción de movimientos, con lo que el consumo de patata se va a ver afectado al igual que en 2020, al menos hasta que la presión pandémica disminuya por la vacunación, diagnostica Alfonso Sáenz de Cámara, presidente del Comité de Patata de Fepex y gerente de Udapa.

“Las producciones tempranas se están orientando más hacia el consumo del hogar o lavado, por ser el único destino que parece estar definido, y las producciones de media estación y tardías se preguntan cómo deben actuar”, señala Sáenz de Cámara. Disminuir siembras y producir más patata de lavado le parece una recomendación muy sensata con los datos actuales.

Esta es la primera campaña donde no se ha utilizado el clorprofam (CIPC) para la conservación. Además, en Europa hubo períodos de sequías seguidos de lluvias abundantes por lo que la patata de conservación este año no tuvo la calidad habitual. Exportadores de patata temprana como Israel y Egipto han adelantado sus cosechas previendo el hecho de la mala calidad de la patata de conservación. “En términos generales pienso que la patata nueva va a ser bien recibida por los mercados”, concluye a la vista de este panorama José Peláez, vicepresidente del Comité de Patata de Asociafruit.

Contratos

Un contexto de superación de la pandemia para verano, con turismo y consumo fuera del hogar que provocaría recuperar una mayor demanda podría significar que la patata de Castilla y León tenga su oportunidad comercial si llegamos ya a la luz del final del túnel. “Siendo una oportunidad, apuesto por ser prudente, así que recomiendo que quien pueda contratar su producción, que lo haga”, prescribe el experto de Fepex.

Que el agricultor tenga contrato, o no, con el propósito de vender la cosecha “no va a tener mucha importancia, puesto que si el canal Horeca no se abre solo tendrán cabida en el mercado las patatas destinadas a fresco”, avisa por el contrario Marco Martín.

“Sembrar por libre para ofrecer luego la cosecha a unos y a otros, en las circunstancias actuales, es como jugar a la ruleta. Además creo que los contratos son importantes para poder estructurar y planificar el sector de manera que se eviten las grandes oscilaciones de precio que no benefician a nadie”, argumenta convencido el vicepresidente del Comité de Patata de Asociafruit.

“Creo que es muy posible establecer muy buenos contratos en los que ambas partes salvaguarden sus necesidades. Si se incumplen los contratos, en mi opinión siempre hay que intentar llegar a un acuerdo amistoso, y si no es posible, bueno, ahí están las juntas de arbitraje o los tribunales ordinarios, según sea el caso”, recuerda Peláez.

La comercialización de patata de siembra está siendo una campaña lenta “debido a la covid-19, puesto que venimos de una campaña de precios bajos y que todavía arrastra un exceso de producto en muchos almacenes”, apunta David Sánchez, gerente de Pepsur.

“Se supone que hay mucha agria almacenada porque no tiene mucha salida”, respalda el presidente de Asopocyl. “No sé las soluciones que puede haber, ya que no se prevé una salida a corto plazo de la situación actual por culpa de la covid-19”, dice también.

Para lavado

Las variedades para mercado tradicional y canal Horeca son las que más cuesta comercializar. Las que tienen calidad de lavado para supermercado parecen más estables, así que en Pepsur han apostado por una nueva generación de variedades donde están en equilibrio la calidad culinaria con el aspecto visual de lavado. “Pensamos que de esta campaña saldrán grandes resultados”, confía Sánchez.
“Las siembras de esta próxima campaña deben ir encaminadas más hacia patatas de lavado para embolsadores lineales y grandes superficies y menos para restauración hoteles y cafeterías, que seguirán gravemente afectadas por los efectos de la pandemia”, recomienda al mismo tiempo Arroyo desde Appacyl.

Cree que Castilla y León tiene superficie potencial para proporcionar suficiente cantidad de patatas de lavado con la que llegar perfectamente hasta el 1 noviembre. “Los lineales y embolsadores tienen que ser pacientes antes de marcharse a comprar patata francesa como han hecho este año, obligando a dejar a muchos cultivadores de la región sin poder introducir su producto en el mercado”, censura.

Para Sáenz de Cámara solo se puede dar “buena salida a la producción” de Castilla y León si el sector asume junto puede llegar más lejos, que puede tener objetivos más ambiciosos, y organizar mejor la producción orientándola a la demanda real. “Los consumidores están dispuestos a pagar más por un producto de calidad definida durante todo el año y con preferencia al origen nacional. Eso sí, si no somos capaces de satisfacer lo que esperan de nosotros, en cuanto a calidad, perderemos su confianza. El reto sectorial es enorme para organizarse bien y perseguir el objetivo final”, asegura.

Desde el comité de patata de Fepex han trabajado el marco regulatorio que afecta al sector, ya que ha habido cambios importantes. Han exigido, “y, por desgracia, sin éxito” que la patata se integre en las políticas de la PAC, han intervenido para que la Ley de la Cadena Alimentaria se ajuste a la realidad sectorial y están haciendo un seguimiento de la autorización de los productos antigerminantes que sustituyen al cloprofam.

La patata de Castilla y León goza habitualmente de una “muy buena calidad”, que es lo que en Mercadona buscan para satisfacer a sus clientes. “El consumidor siempre busca la máxima calidad al mejor precio, y eso es lo que intentamos proporcionarle cada día”, asegura Laura Merino, especialista en patata del Departamento de Prescripción de Mercadona .

Además, también intentan adaptarse a las especialidades de cada región, adaptando su surtido a las necesidades del consumidor y ofreciéndole variedades autóctonas de consumo tradicional como los cachelos en Galicia o las papas arrugadas en Canarias. La pandemia no ha cambiado este tipo de hábitos. “Los consumidores siguen demandando una buena patata de calidad para freír, o para cocer… Es en eso en lo que nos tenemos que centrar más si cabe: en calidad, calidad y calidad”, enfatiza Merino.

El consumidor busca calidad visual y que el producto culinariamente sea bueno para los diferentes usos: freír, cocer, guarnición… Desde Patatas Meléndez, conscientes de las preferencias del mercado, ponen a disposición de los agricultores las variedades que mejor se adaptan a los gustos del consumidor. “Nuestro equipo de I+D+i sigue trabajando en nuevas variedades”, confirma su CEO Javier Meléndez.

Mercados

También han intentado concienciar a la distribución de que es necesario ayudar al sector en todo lo que se pueda. Son ejemplos de acciones desarrolladas en un año en el que no ha habido reuniones ni contactos sectoriales, lo que dificulta la acción de la organización.
En Udapa, la cooperativa alavesa, consiguieron alargar la comercialización de la cosecha de patata recolectada en desde septiembre hasta abril. “Aún tenemos una parte de la cosecha de nuestros socios conservada para venderla gradualmente certificada como Patata de Álava, algo en lo que acumulamos una experiencia de 28 años. Cada uno debe hacer su propio análisis, y recomiendo comenzar haciendo autocrítica, porque hay mucho por hacer”, propone el gerente.

A pesar de todo, y a que existe una cierta incertidumbre provocada por la situación de la pandemia y que hace tener un cierto temor lógico, aunque a juicio del gerente de Interagro es en parte “infundado debido a que los consumos de patata se han mantenido todo este pasado 2020, e incluso han aumentado.

Así, se muestra convencido de que todo indica que el mercado está preparado para repetir plantaciones e incluso que podría absorber algún aumento. “Nosotros, desde nuestra empresa, asesoramos al agricultor para conseguir un programa de cultivo adaptado según sus condiciones particulares y, con ello, obtener la máxima rentabilidad para su explotación”, pone de ejemplo Catalán.

“Mi recomendación, y seguro que todo el mundo coincide, es dejar a un lado especulaciones y que todo lo que se plante esté dentro de algún programa de comercialización”, le señala al agricultor el gerente de Pepsur.

El consenso es amplio sobre qué debe hacer el patatero de Castilla y León para tratar, al menos, de que le resulte rentable este año la actividad. “Deben ir encaminadas las siembras más hacia patatas de lavado. Tenemos que ser conscientes de que no todas las parcelas que se siembren sirven para lavado y los cultivadores de patata deben ser muy escrupulosos a la hora de elegir sus parcelas y sus variedades”, insiste Arroyo.

El productor tiene que asesorarse con su operador en origen para establecer el plan de siembra y conseguirá que a lo largo de las campañas haya una comercialización fluida y con rentabilidades correctas, según propone Catalán.

Desde Mercadona comentan que aún es pronto para dar cifras, pero sí comprometen “seguir aumentando nuestras compras en España en la nueva campaña”.

José Ignacio Garcés, impulsor del blog www.patatadesiembra.es, señala que los precios de las semillas “este año han bajado y es posible que continúen haciéndolo durante la campaña. Atendiendo a las variedades, se han producido comportamientos muy distintos. Algunas variedades han mantenido su precio pero otras se han desplomado. El caso más llamativo ha sido el de la variedad agria”.

En Patatas Meléndez se proponen seguir aumentando tanto la producción -que el pasado año alcanzó las 217.000 toneladas- como las hectáreas y los agricultores. “Nuestras primeras estimaciones para este año son de un crecimiento del 10%. Nos encontramos en la fase de preparación de la campaña, planificando la siembra y cerrando acuerdos con los agricultores. Tengo la plena confianza de que con el esfuerzo conjunto conseguiremos nuestros objetivos”, confiesa el CEO.

Desde Patatas Meléndez han hecho un esfuerzo en I+D+i para ofrecer al consumidor una patata nueva de calidad y con origen 100% español. Para ello, siempre y cuando las condiciones meteorológicas lo permiten, planifican diversas cosechas por el territorio nacional. Además, hacen una siembra y un arranque escalonado de estas cosechas para así mantener la producción en el tiempo y no concentrar la oferta en momentos puntuales lo que permite no saturar los mercados. “Todo ello permite que el consumidor pueda adquirir una patata española de calidad desde el mes de febrero y durante todo el año”, razona Meléndez.

Desde el inicio de la pandemia se ha producido un incremento de consumo de patata. El consumidor se ha decantado por la compra de producto fresco y natural. “En Patatas Meléndez no hemos parado de trabajar ni un minuto. Somos conscientes que este producto es un bien de primera necesidad y muy versátil en la cocina por eso intensificamos nuestros esfuerzos durante el confinamiento, triplicando y cuadriplicado la producción, para que no faltara patata de calidad en los mercados y en las mesas de los españoles”, dice el CEO.
“Pero tengo que reconocer que esto no solo ha sido obra de Patatas Meléndez. Creo que todo el sector primario ha demostrado su fortaleza. Un trabajo que no hubiera sido posible sin el esfuerzo todos los eslabones de la cadena de valor”, reconoce Meléndez.
La cosecha europea ha sido una de las de mayor volumen de los últimos años, pero la calidad y la conservación no es buena. Israel y Egipto parece que se van a adelantar en sus exportaciones a Europa. En las zonas tempranas españolas (Cartagena y Sevilla) se ha sembrado más tarde de lo habitual por las lluvias, o, si se ha logrado sembrar temprano, esta siembra se ha retrasado por los fríos y heladas de este invierno. “Creo que hay motivos para pensar que el mercado va a recibir bien las patatas nuevas”, confía Peláez.

La interprofesional

La puesta en marcha el año pasado de la interprofesional de la patata en Castilla y León parecía abrir una puerta al consenso en el sector, a que los agentes implicados dialogaran al menos en busca de soluciones a los problemas que afectan, sobre todo, al productor un año detrás de otro. De momento, nada de eso ha sucedido.

“Me parece un hito importante, que espero sirva para tener un caso de éxito que sirva de base a una futura Interprofesional estatal”, comenta un esperanzado Alfonso Sáenz de Cámara. “Es pronto para emitir una valoración sobre la interprofesional y tenemos que dejar que se desarrolle algo más para poder analizar los resultados”, opina el gerente de Interagro.

La interprofesional se ocupará, en teoría, de la formación e información a los cultivadores; de la información a los consumidores; de todos los temas de plagas y enfermedades, de los destríos en años complicados con excesos de producción y de la promoción del producto terminado: promoción dirigida a todos los sectores de la sociedad, con especial interés en los jóvenes, que son los futuros consumidores, puesto que ellos consumen en la actualidad, mayoritariamente, pasta en vez de patata.

Appacyl es parte activa de la interprofesional. “Formamos parte de ella, hemos ayudado a ponerla en marcha, a que comience a funcionar. Aún así, a día de hoy, debemos tener paciencia, pues estamos todavía en pañales y con las dificultades propias de los primeros pasos de la formación de una gran estructura”, explica Arroyo.

En Patatas Meléndez van a continuar con el Plan Agrario que pusieron en marcha hace cinco años y que tan buenos resultados ha dado para todos: a los agricultores les asegura una rentabilidad de su producción sin tener que estar pendiente de los mercados; al consumidor le garantiza una patata de calidad y con trazabilidad y a Meléndez le ha permitido llegar a donde se encuentra la empresa: el primer operador nacional de patata, con una cuota de mercado del 20%.

El Plan Agrario se fundamenta en mantener acuerdos con sus productores, más de 500 agricultores en la actualidad. “Este Plan Agrario contempla además de acuerdos comerciales asesoramiento a los agricultores desde nuestro Departamento Agronómico para aportar valor añadido a las producciones”, señala Javier Meléndez.

Desde www.patatadesiembra.es consideran que “lo ideal sería diversificar en cuestión de variedades y apostar por variedades polivalentes que tengan un buen lavado en previsión del bloqueo del canal Horeca”. Y cree Garcés que la interprofesional “es una iniciativa muy acertada y prometedora, que debería de copiarse en otras regiones de España”.

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