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viernes, marzo 29, 2024
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La falta de agua lastra remolacha y maíz en Castilla y León

Muchas comarcas productoras de maíz ven caer los rendimientos en un 50%

Quienes no han podido regar la remolacha desde agosto esperan una media de 50 toneladas por hectárea

Hay patata de calidad que se paga a tres céntimos, y gran parte ni se arrancará

La falta de agua está haciendo que la campaña de 2017 pase a formar parte de los anales de la historia agrícola, con la mayor parte de los cultivos de regadío viendo cómo merman sus producciones.

Ha sido un desastre para muchas explotaciones de maíz. En la provincia de León, las zonas con más restricciones de agua han visto las mayores reducciones de producción, que se pueden cifrar en un 50%. Han sido las comarcas que se riegan por riego tradicional con agua de Barrios de Luna. En las zonas que se riegan con agua de Riaño y el Porma la producción ha sido buena.

Para Luis de Juan, ingeniero agrónomo de Lesa, la superficie de maíz se verá reducida el año que viene ante la casi seguridad de que no habrá agua embalsada. De hecho, se está vendiendo más semilla de cereal de invierno o de regadío de primavera, de modo que pueda aprovechar el agua que caiga en invierno y demande menos riego que el maíz. La producción también ha caído en otras zonas.

En los municipios vallisoletanos de Pollos o Villamarciel, por ejemplo, se puede hablar de una reducción a la mitad “porque han faltado de uno a tres riegos”, como subraya Francisco Vilches, de Agro Valladolid.

La remolacha que sigue en la tierra pierde algo de grado

Señala Francisco Vilches que la meteorología también está afectando a la remolacha, que ha perdido peso en la tierra. En ese proceso la raíz ha perdido grado de azúcar, e incluso ahora es más difícil arrancarla que cuando comenzó la campaña.

Eso sí, está por ver si esa lluvia les viene bien a aquellas plantas (unas 3.000 hectáreas) que no han podido acceder al riego desde el mes de agosto. Las previsiones más optimistas para esos suelos hablan de entre cincuenta y sesenta toneladas por hectárea. Como recalca Fernando García, responsable nacional de remolacha en COAG, “va a ser una campaña irregular y más bien mala en conjunto”.

Recuerda que la campaña “pintaba muy bien en agosto allí donde se contaba con agua disponible”. Pero las altas temperaturas de septiembre y octubre “han causado una merma en la producción que no se ha podido compensar ni regando”. Un mismo remolque puede pesar mil kilos menos este año que el año pasado, con el mismo volumen.

La planta de Azucarera en Miranda está funcionando a buen ritmo, lo mismo que la de Toro, aunque en su entorno hay peores resultados.

Por parte de Acor, desde el departamento de Cultivos Miguel Ángel Catalán apunta que la recepción se está realizando con normalidad, dado que la ausencia de precipitaciones está facilitando el arranque de la raíz. En algunos casos, incluso, ha sido necesario aportar algún riego en el último momento para facilitar la labor de recolección.

Al mismo tiempo, la bajada de temperaturas de los últimos días ha resultado beneficiosa para la conservación en buenas condiciones de la remolacha arrancada y amontonada en la parcela. Acor lleva recogidas 555.000 toneladas de remolacha, con una polarización media del 18,6%.

 

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