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viernes, abril 19, 2024
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Aspectos de interés sanitario en el cultivo del guisante

Conocer un cultivo supone también disponer de información sobre los problemas de sanidad vegetal que pueden amenazar su producción. No hay que perder de vista los niveles existentes de las diferentes amenazas, y para ello la meteorología nos dará una información muy útil

El guisante tiene gran interés en las rotaciones de cultivos por diferentes razones: la búsqueda de un marco de agricultura sostenible y más acorde con la conservación del medio ambiente; el déficit de producción de proteína vegetal en España (se importa el 90% del consumo); los conocidos beneficios sobre el cereal posterior en la rotación, y el reconocimiento por la PAC.

La sanidad en el cultivo del guisante debe comenzar con la utilización de una simiente libre de plagas y enfermedades, por lo que es recomendable la utilización de semilla certificada, con lo que garantizamos la higiene de la misma.

Hay varias plagas de insectos (pulgón verde, sitona, trips) muy conocidas por los agricultores de Castilla y León cuya mayor incidencia se da en las primaveras cálidas, en que suele coincidir la floración. Por ello, para controlar los umbrales de tratamiento es conveniente realizar un seguimiento de las poblaciones.

En la aplicación de insecticidas se deben utilizar boquillas cónicas, procurando mojar bien toda la parte aérea del cultivo. Algunos productos presentes en el mercado consiguen un buen control de pulgón verde, comenzando con un tratamiento precoz tras la aparición de los primeros individuos.

También la plaga del gorgojo del guisante merece atención por los daños que produce durante su almacenamiento, así como la polilla del guisante, cuya oruga se encuentra en el interior de las vainas pudiendo alimentarse de los granos. También otras como araña roja y agromícidos que, aun teniendo una incidencia menor en el territorio castellanoleonés, se deben, al menos, conocer.

Hongos del suelo

Las enfermedades son de varios tipos y, como causantes, nos detendremos en los llamados hongos del suelo relacionados con excesos de humedad:

Pytium. Causa podredumbre de la semilla o de la plúmula. La enfermedad se manifiesta principalmente en las siembras más tempranas, y especialmente en semillas de escaso vigor cuando las condiciones ambientales son de frío y humedad, que producen un desarrollo retardado. Los tratamientos fúngicos convencionales de la semilla son efectivos.

Aphanomices. Se trata de un hongo, presente en el suelo, que produce podredumbre de las partes más subterráneas de las raíces. Aparece en suelos pesados escasamente drenados. Las rotaciones adecuadas son esenciales para defenderse de este hongo.

Phoma. Todas las variedades pueden verse afectadas por este hongo, pudiendo llegar a la destrucción de la cosecha en combinación con los hongos que provocan fusariosis. La lucha en este caso también consiste en una buena rotación de cultivos y en el empleo de semilla certificada.

Fusarium oxysporum. Genera podredumbre del tallo, que suele aparecer hacia el final de la floración o durante la formación de las vainas. El fenómeno es más intenso con temperaturas elevadas y déficit hídrico, que lleva al marchitamiento del guisante. El follaje presenta un color grisáceo con un rápido efecto que progresa de abajo hacia arriba. Para combatirla, se recurrirá a variedades resistentes genéticamente y a la rotación de cultivos, puesto que el hongo vive en el suelo.

Pérdidas de cosecha

Existe otro grupo de enfermedades capaces de producir pérdidas importantes de cosecha:

Botritis, cuyos ataques pueden incluso llevar a la muerte de la planta. Aparece a partir de la floración del guisante en años húmedos y cálidos.
Roya. Se ve favorecida por el clima cálido y seco. La propagación de la enfermedad puede ser muy rápida si las condiciones son propicias.
Antracnosis, hongo que ataca a los tallos, foliolos y vainas. El desarrollo de esta enfermedad se ve favorecido en primaveras húmedas con temperaturas elevadas, pudiendo ocasionar la muerte de las plantas.

Fungicida más insecticida

El control sanitario de estas enfermedades se puede realizar mediante fungicidas, que permiten incrementar la producción de un modo sostenible. Este tratamiento se puede combinar con el uso de un insecticida, de modo que de un solo pase conseguimos la limpieza de patógenos en el cultivo.

Es muy recomendable realizar un seguimiento integral del cultivo por si las condiciones meteorológicas adversas aconsejaran la repetición del tratamiento para conseguir la sanidad del cultivo hasta su recolección.

Otras enfermedades como mildiu, oídio, esclerotinia o bacteriosis también se deben considerar por el cultivador de guisante.

Malas hierbas

Además de plagas y enfermedades que pueden causar sustanciales mermas en la producción, el agricultor debe tener en cuenta otro elemento fundamental: el control de adventicias. En este sentido hay que recordar que existen en el mercado distintas soluciones para su aplicación en preemergencia del cultivo, sin olvidar que también están las dirigidas al control de malas hierbas en postemergencia temprana.

Realizado este somero repaso cabe subrayar que la forma más eficiente de encarar los diferentes riesgos es el contacto permanente con los equipos técnicos, como el de BASF, cuyos integrantes siempre están dispuestos a asesorar sobre el producto más adecuado, así como sobre el momento y forma de aplicación.

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