La provincia de León cuenta con una superficie de alfalfa de secano estable en torno a las 4.800 hectáreas. Desde la lonja destacan que “el mes de mayo ha dictado sentencia y todo lo que prometía abril se ha ido al traste”. Un cúmulo de circunstancias, principalmente temperaturas muy bajas, un terreno muy seco y ataques de plaga de gusanos, han hecho que los rendimientos por hectárea no superen los 1.500 kilos, “prácticamente la mitad de lo que el agricultor esperaba”.
Las últimas lluvias caídas han sido muy irregulares y han llegado tarde, explican, por lo que el único beneficio que pueden aportar donde han caído es un segundo corte ya más limpio y de mucha mayor calidad. Apuntan que esto también sería posible si lloviese en las demás zonas durante esta semana.
Forrajes y vezas
En cuanto a los forrajes y vezas también se espera un mal año, y se están empezando ya a segar. Así, las lluvias que se esperan en las próximas semanas “no tendrán ya repercusión en cuanto a rendimientos y lo único que podría ocurrir es que pierdan calidad las que están segadas en la actualidad”.