El arranque de la patata avanza a ritmo lento en Castilla y León, pero ha dejado atrás las situaciones de atasco como la generada por la abundancia de soprano.
Los precios se han estabilizado a unos niveles que otros años podrían parecer aceptables, pero que están muy alejados de los 50 céntimos de comienzos del verano.
En el informe elaborado a finales de agosto por la asociación de productores Appacyl se señalaba que los mejores precios eran para la soprano (27 céntimos), monalisa (25 céntimos) y lucinda (25 céntimos).
En la zona de Segovia, Ávila y Valladolid la colomba se estaba pagando a entre 18 y 20 céntimos, mientras que ágatas y agrias se pagaban ligeramente por encima.
Las patatas rojas de carnes amarillas se pagaban a 18 céntimos y las de carne blanca a 22.
El colectivo prevé pocas variaciones durante el mes de septiembre y quizá algún repunte a finales de mes.
Yolanda Medina, presidenta de la organización interprofesional Oipacyl, apunta que en casi todas las zonas productoras se están arrancando las de media estación, con buena calidad.
Respecto a los precios de esta semana, su rango de precios coincide con el facilitado por los operadores: “La patata para lavado se está pagando entre los 18 y los 26 céntimos”.
Alberto Duque, responsable nacional de Patata de COAG, apunta que los precios han bajado mucho desde comienzos de campaña, en parte, porque fueron muchos los agricultores que se lanzaron a arrancar. Al mismo tiempo, destaca “una cierta sensación de desconfianza” ante la actitud de los operadores, ya que “se saca poca patata y se intuye que los operadores están haciendo acopio de género. Esa es la razón de que los precios no suban a pesar de que los arranques se han desatascado”, critica.
