Con un producto de calidad que se paga por debajo de los 0,10€ regresa el debate sobre la capacidad de almacenamiento, donde Francia sigue siendo una referencia
Desde Certis se advierte: la conservación empieza en el campo de cultivo y requiere productos de adecuada formulación, así como una aplicación con equipos específicos
La campaña de la patata viene marcada este año por un producto de calidad, pero que se paga muy por debajo de las expectativas del agricultor. Es en temporadas así cuando el sector mira con envidia a países como Francia, cuya patata puede competir en el mercado durante meses gracias a una destacada capacidad de almacenamiento.
Mientras España se va dotando de una estructura adecuada, desde el sector privado se trabaja por ir generando una cultura de conservación coherente, que permita al agricultor garantizar sus ingresos.
Es en este capítulo donde los productos antigerminantes pueden tener un papel esencial, aunque desde la compañía Certis se advierte de que la labor comienza en el mismo campo de cultivo. De este modo, el manejo de la patata durante la recolección influye en la eficacia del tratamiento, por lo que se debe evitar todo tipo de cortes y golpes en el tubérculo. Al mismo tiempo, “es necesario conocer la variedad de patata que deseamos conservar, así como llevar un seguimiento del historial fitosanitario, la meteorología y el tiempo de conservación esperado”.
Para eliminar las mermas producidas por la brotación existen en el mercado diferentes tratamientos antigerminantes que pueden aplicarse en campo en las semanas previas a la recolección, o en postrecolección. Dentro de estas segundas soluciones se encuentra la gama líder de antigerminantes Gro-Stop de Certis, formulada a base de Clorprofam (CIPC), que inhibe la brotación de patatas.
Algunos de los productos, como Gro-Stop Ready o Gro-Stop Basis, están diseñados para ser aplicados antes de la entrada en almacén. Para que el producto sea eficaz es necesario que haya una buena distribución sobre la superficie de la patata. “Con solo 18 gramos de CIPC por tonelada se consigue tener un buen control de la brotación de la patata durante todo un ciclo de almacenaje”, señalan desde Certis.
Eso sí, se recomienda verificar con anterioridad algunos parámetros:
-Índice de sensibilidad al CIPC de la variedad de patata, para lo que ya existe una aplicación para móviles.
-Sensibilidad a infecciones por hongos.
-Condiciones de la patata tras la recolección: asegurarse de que están totalmente secas y con una maduración de piel adecuada, con las menores lesiones físicas que sea posible, y libres de enfermedades.
Tratamiento en almacén
¿Qué ocurre si las patatas son de variedad sensible a CIPC? En estos casos se recomienda realizar los tratamientos por fogging (o termonebulización) antes de las tres semanas posteriores a la recolección, ya dentro del almacén.
De nuevo, más allá de escoger el producto más indicado debemos llevar un control exhaustivo de las condiciones de la patata: temperatura de almacenaje, variedad, grado de maduración, nivel de humedad… A lo largo de ese periodo debemos cuidar aspectos como la piel, el nivel de azúcar o la ausencia de brotes. Para los tratamientos en almacén, Certis recomienda productos como Gro-Stop Electro y Xedamate 60, ambos formulados a base de CIPC sobre soporte de Eugenol (aceite de clavo), que añade una protección terapéutica bactericida a las patatas.
“El modo de acción de ambos productos es similar, es decir, inhiben la división celular y evitan el crecimiento de los brotes”, destacan desde la compañía.
Para que la aplicación sea correcta es necesario que la distribución de los productos sea lo más homogénea posible. Los mejores resultados “se presentan cuando son aplicados antes de la rotura de la dormancia, dentro de las tres semanas posteriores a la recolección”.
