Para aplicar medidas directas de control de plagas y malas hierbas es necesario que los niveles poblacionales superen los umbrales de intervención fijados con anterioridad
Para la gestión integrada de plagas, enfermedades y malas hierbas el agricultor debe dar prioridad a los métodos biológicos, biotecnológicos, culturales y físicos respecto a los químicos, que se utilizarán en el marco de estrategias que incluyan todos los aspectos de la explotación y del sistema de cultivo que favorezcan su control.
Si es necesaria una intervención con productos químicos, las materias activas se seleccionarán las que proporcionen un control efectivo y sean lo más compatibles posible con organismos no objeto de control.
Plagas
Escarabajo. Para su control es necesaria la detección visual de puestas y larvas. Rotación de cultivos es una buena medida de prevención. Como norma general, contra el escarabajo, hay que actuar después de que eclosionen los huevos, cuando aparezcan las primeras larvas. En la utilización de medios químicos, para evitar la aparición de resistencias deben alternarse los tratamientos con productos de distinto modo de acción. Si ya hubiesen aparecido resistencias, hay que dejar de utilizar productos con ese modo de acción durante un cierto tiempo
Pulgones de la patata. La detección es visual, sobre todo por el envés de las hojas, y mediante trampas de Moericke. Para prevenir el pulgón de la patata se debe usar semilla o patata de siembra certificada oficialmente, eliminar las malas hierbas del cultivo, cultivar en zonas con altitud (a ser posible expuestas al viento) y sembrar lo más lejos posible de otras plantaciones de patata. El umbral para patata de siembra son más de cinco pulgones por trampa y día y la presencia de pulgones en más del 5% de las plantas del cultivo. La aplicación de aceites minerales puede reducir la transmisión. También es posible la aplicación de insecticidas sistémicos al suelo o al tubérculo madre.
Enfermedades principales
Mildiu. Detección visual de manchas aisladas en las hojas superiores o en los tallos de las plantas. Usar semilla o patatas de siembra certificadas libres de infección. La prevención pasa por destruir posibles fuentes de inóculo como montones de desechos, bortas, etc., la quema de matas en parcelas muy afectadas, retirada de tubérculos afectados antes del almacenaje, destrucción de matas con medios mecánicos al final del ciclo de cultivo, si se observa presencia del hongo, para evitar que se siga multiplicando y la utilización de variedades poco sensibles a la enfermedad. La aplicación de fungicidas cuando se prevean condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad, alternando modos de acción distintos para evitar la aparición de resistencias, es la solución química.
Rizoctonia. Detección tanto visual como en laboratorio en brotes, tallos y tubérculos. Hay que usar semilla certificada libre de infección, establecer rotaciones de cultivo amplias e incluir dentro de la alternativa cereales, además de plantar superficialmente para facilitar la emergencia de la planta, sobre todo cuando se prevea baja temperatura y alta humedad en el suelo. Se debe tratar cuando la enfermedad ha aparecido.
Con meteorología desfavorable y continuada, aplicar un fungicida a la planta, que actúe como cicatrizante de las heridas de la base del cuello. Hay que tratar antes la patata de siembra con materias activas recomendadas y autorizadas si se prevén daños en el cultivo.
Malas hierbas
Contra las adventicias que perjudican al cultivo como correhuela menor, bledo blanco o cenizo, hierba mora, rasperuela, monocotiledóneas y gramíneas es importante tener en cuenta el historial de la parcela con especial atención a la evolución de la eficacia obtenida en el caso de emplear herbicidas.
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