El documento detalla diferentes momentos de la relación contractual, incluso con la patata aún en desarrollo en la finca del vendedor. De este modo, establece que el agricultor se compromete a permitir inspecciones del comprador, o sus representantes, tanto en las distintas fases de cultivo como en el almacenamiento del tubérculo y a seguir las recomendaciones oportunas para conseguir el producto adecuado y alcanzar un nivel óptimo de conservación.
También se compromete a notificar al comprador cualquier incidencia que se produzca durante el ciclo vegetativo de la patata y en el proceso de conservación, en 48 horas desde que se produce el hecho.
La celebración de contratos de compraventa es un elemento fundamental a la hora de regular el sector de la patata, siempre aquejado por una gran incertidumbre. En la actualidad es una herramienta de trabajo habitual en la industria de transformación, pero se usa de forma muy minoritaria en las relaciones entre agricultor y operador.