La campaña de riego de este año está ya lanzada y con buenas perspectivas en cuanto a disponibilidad de agua. De todas maneras, el regante tiene aún demandas pendientes de satisfacer por parte de la Administración. Ángel González es presidente de Ferduero y vicepresidente primero de Fenacore.
-¿Cómo se presenta la campaña de este año? ¿Son suficientes las dotaciones para los diferentes sistemas?
-La situación de los embalses (mayoritariamente por encima del 80% de su capacidad) nos augura una campaña totalmente normal para poder satisfacer las necesidades de riego de todos los cultivos. En cuanto a las dotaciones aprobadas en cada sistema de explotación, la Comisión de Desembalse ratificó casi todas las propuestas presentadas por los regantes en las diferentes Juntas de Explotación, razón por lo que los regantes manifestamos nuestro acuerdo. Si la campaña viniese excesivamente seca podríamos tener la necesidad de revisar algunos de estos valores.
-¿Cuál es la importancia del regadío en Castilla y León?
Castilla y León es una comunidad autónoma eminentemente rural, en la que la agricultura de regadío tiene una importancia vital en su economía, no solo por la actividad propia como sector primario, sino por toda la industria asociada a la misma: transformación y venta de productos agrarios, alimentación, empresas de maquinaria, suministradoras de inputs, etc, de ahí que las Administraciones impulsen planes de desarrollo y modernización del sector en los que se tienen que implicar los propios interesados.
-¿Cuáles son sus fortalezas y debilidades en esta comunidad autónoma?
-Hay un enorme potencial agrario y a pesar en la implicación en los diferentes programas de desarrollo, no siempre se cuentan con los suficientes recursos económicos para que sean impulsados a la velocidad que resultaría necesaria para frenar el abandono y la despoblación, lo cual podríamos considerarlo como una debilidad. En este mismo sentido, tendríamos que decir que la carencia de servicios básicos en muchas zonas del mundo rural que no hacen atractivo el vivir en ellas provoca que sus habitantes busquen alternativas de trabajo en otras zonas, muchas veces fuera de su provincia y comunidad autónoma.
-¿Cómo van a afectar al regante las nuevas tarifas eléctricas? ¿Ponen en riesgo la rentabilidad de la actividad?
-La nueva regulación eléctrica va a suponer un incremento significativo en los costes de la agricultura de regadío que podemos cuantificar en una horquilla ubicada entre los 25 a 35 euros por hectárea, motivada por las modificaciones en los costes, los períodos horarios y las penalizaciones. Lógicamente, este hecho afecta a la rentabilidad ya muy ajustada por las inversiones en las que la agricultura está inmersa en la actualidad, mientras que los precios de los productos siguen estancados.
-¿Qué alternativas tiene para reducir el coste de la energía?
-Desde la eliminación de las tarifas especiales de riego acaecida en 2008 la factura eléctrica ha sufrido un incremento de un 120%, razón por la que en estos momentos las Comunidades de Regantes están explorando la opción de instalar fuentes de energías renovables (principalmente fotovoltaica) para autoconsumo y con posibilidad de verter a red con el fin de no depender tanto de las empresas eléctricas.
-¿Es la compra a futuro de la energía una opción?
-Las comunidades de regantes integradas en el grupo de compra conjunta coordinado por la Asociación Ferduero llevan varios años utilizando la opción de compra de energía a futuros (OMIP) con buenos resultados. Se marcan franjas de precios que se consideran interesantes y una vez que esos valores aparecen en los cierres diarios, se compran porcentajes de energía a futuro por trimestre o año y el resto sigue sujeto al mercado diario.
-¿Apoyarán el próximo Plan Hidrológico? ¿Por qué motivos?
-Basándonos en los documentos sometidos a información pública, si lo que pretende el Ministerio es seguir poniendo en riesgo la agricultura de regadío con nuevas exigencias en la implantación de caudales ecológicos, mostrar poca implicación presupuestaria en seguir impulsando la modernización de los regadíos, nula inversión para conseguir una garantía de recurso para todos los usuarios, así como una intención clara de modificar el régimen económico financiero para incrementar de manera desorbitada los costes al regadío, nuestra posición sólo puede ser la de oponernos a la aprobación de la revisión del Plan Hidrológico de la Parte Española de la Demarcación Hidrográfica del Duero.
-¿Hay alguna opción real de incrementar la capacidad de embalse de la cuenca del Duero?
-La cuenca del Duero es la menos regulada de todas las cuencas de España, ya que los embalses destinados a usos consuntivos como el regadío tan sólo tienen posibilidad de almacenar el 31% de sus recursos naturales, de ahí que Ferduero hiciese un convenio de colaboración con el Itacyl y un contrato con la Universidad de Burgos para realizar el estudio de ‘Posibilidades de Aumento de Recursos Hídricos en Castilla y León’.
En dicho estudio se muestran diferentes alternativas encaminadas a conseguir una regulación cercana al 50% de los recursos consistentes en balsas laterales, pequeños embalses de cabecera, recrecimientos de las presas existentes, etc. Lo que queremos es que esas obras se vayan incorporando a los diferentes planes hidrológicos en los correspondientes planes de medidas y que lo que figure en los mismos con consignación presupuestaria, que se cumpla, no como ha ocurrido en los planes anteriores, que apenas se ha ejecutado el 22% de las obras previstas relacionada con el regadío.
-¿Hay margen de mejora aún en el ámbito de la eficiencia en el riego? ¿La modernización de las comunidades de regantes es objetivo prioritario?
-Sigue habiendo un claro margen de mejora, sobre todo teniendo en cuenta que en nuestra Comunidad sigue habiendo más de 100.000 has susceptibles de ser modernizadas, 80.000 de las cuales ya tienen aprobada dicha modernización a la espera de que exista consignación presupuestaria para llevarla a cabo. Además, el riego modernizado está sometido a un proceso continuo de tecnificación que sin duda mejorará su eficiencia, no sólo en el uso del agua sino también en la aplicación y dosificación de abonados y productos fitosanitarios.
Para nosotros es fundamental culminar la modernización de todos los regadíos de la cuenca, así como acabar con la transformación de las nuevas zonas regables. El objetivo no es otro que optimizar la eficiencia en la gestión del agua, disminuir los arrastres y con ello la contaminación, así como obtener una mejora en las producciones, tener mayor flexibilidad en la alternancia de cultivos y mejorar la calidad de vida de los agricultores.
