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jueves, abril 18, 2024
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Los insumos agrícolas se hacen inteligentes

En todos los ámbitos de producción la investigación es fundamental para mejorar los procesos y obtener mejores resultados, y la agricultura no es una excepción. La investigación por parte de las compañías es un pilar necesario para seguir avanzando en mejorar la eficiencia de la producción agrícola. “En definitiva, el principal aporte de la investigación está en la posibilidad de producir más, ahorrando en el uso de recursos”, recalcan desde la compañía Regaber.

La actividad de la compañía parte de la premisa de que en las últimas décadas “el agricultor ha visto evolucionar los medios de producción y en las jornadas de divulgación que realizamos detectamos un interés por conocer los avances y los nuevos productos y soluciones. Por lo tanto, creemos que el agricultor es consciente del esfuerzo que se realiza en innovación”.

De hecho, el agricultor es consciente de las posibilidades que le brinda la innovación. Desde Regaber se señala que ese fenómeno se da en dos vertientes: “Las costumbres adquiridas en el uso de determinados medios de producción que se dan en una zona y la inversión necesaria para adoptar las innovaciones tecnológicas que se vayan presentando”. En ambos casos, la adopción de sistemas que mejoren la eficiencia en la producción a medio plazo son rentables, “pues se obtienen aumentos de la productividad y, además, se produce un ahorro en el uso de los recursos”.

Del riego convencional al goteo

Un ejemplo de gran actualidad es la transformación del sistema de riego convencional a riego por goteo, “que aumenta la eficiencia del riego, reduciendo el consumo de agua y también de energía, lo que repercute directamente en el beneficio de la explotación”. De este modo, “el cambio del sistema de riego supone acostumbrarse a una forma diferente de instalación y de manejo, pero enseguida el agricultor nota los resultados”. En realidad, es en esta reticencia a los cambios donde aún se puede encontrar una parte de agricultores que no aprovecharían las posibilidades que tienen a su alcance, “pero como ya hemos comentado cada vez se detecta un interés mayor en conocer las distintas posibilidades de las que disponen”.

La innovación está en el ADN de la compañía. Regaber empezó su andadura en el año 1980 con la introducción del riego por goteo en España “y desde entonces trabajamos cada día por seguir innovando y ofreciendo soluciones que mejoren los procesos productivos. Desde sistemas de riego más eficientes, que requieren una baja presión de funcionamiento y, por tanto, ahorran agua y energía, hasta nuestros sistemas de ayuda a la toma de decisiones, como nuestro último sistema de gestión de riego de cultivos que recoge datos de multitud de sensores y de fuentes externas, los analiza, los compara con modelos dinámicos de cultivos y la previsión meteorológica y nos ofrece un plan de riego para los próximos siete días”.

Ahorrar en recursos, tiempo y agua

Desde Manna Irrigation (del grupo Rivulis), Mario González subraya que la apuesta de las empresas por la innovación supone ahorro en recursos, tiempo, agua, “y en definitiva en costes”. Todo ello con el incremento en las producciones esperado a través de la mejora de sistemas de manejo de cultivo. Con una buena dosis de realismo, González reconoce que muchos agricultores no valoran del todo el esfuerzo de las compañías, si bien el lento relevo generacional “ayuda a que poco a poco el agricultor sea consciente de esto y apoye todo tipo de iniciativas por parte de las compañías en el camino a la mejora de la eficiencia y sostenibilidad de cualquier sistema agrícola”.

Por eso es necesario que el sector sea capaz de comunicar de manera eficaz todo lo que la tecnología ofrece al agricultor. “De esta forma el agricultor será capaz de entenderlo y de sacarle el máximo partido, para lo cual las compañías han de facilitarle mucho las cosas mediante el desarrollo de tecnologías útiles, intuitivas y que demuestren al agricultor las ventajas de su utilización de una forma medible”.

Un ejemplo está en Manna Irrigation, un software que provee de recomendaciones de riego a los agricultores a través del uso de la teledetección (imagen satelital multiexpectral), la información climática local y los protocolos agronómicos de cálculo de necesidades hídricas.

La información disponible para el agricultor se basa un nuestro modelo satelital patentado y un enfoque sin sensores, “ofreciendo a los agricultores una vista integrada de alta resolución de todos sus cultivos”. Se trata de un software asequible y fácil de usar “a través del cual los agricultores obtienen recomendaciones de riego dinámicas y precisas”.

Innovación en el abonado

La innovación también tiene lugar en el ámbito de los fertilizantes. José Ángel Cortijo, responsable agronómico de Fertiberia para el noroeste de España, subraya que la compañía se toma “muy en serio” tanto la investigación como la innovación. Hace una década constituyó la dirección de I+D+i, “y desde el principio se consideró que para que esa apuesta fuera verdaderamente eficaz debía ir ligada directamente a la agronomía”.

Por eso hace cerca de cinco años se puso en marcha la Dirección de Innovación Agronómica de Fertiberia, “de modo que ambas áreas fueran de la mano, tanto en el ámbito de España como del resto del mundo”. De la Dirección de Innovación Agronómica dependen los departamentos de I+D+i, Laboratorio y Servicio Agronómico”, dentro de un esquema de trabajo que otorga a la innovación un carácter transversal.

Hace pocos años se creó el Centro de Tecnología Ambiental (CTA) en la Universidad de Sevilla. Una de las actividades que desarrolla allí la compañía es la identificación de nuevas materias primas, orientada ala economía circular y siempre bajo la premisa de la seguridad. “Ello porque no todos los subproductos tienen valor y nuestro trabajo consiste en que cada vez sean más los que se puedan incorporar a la actividad”, subraya. En el CTA Fertiberia dispone de cámaras de cultivo en las que las condiciones permiten acelerar el desarrollo de un cultivo y comprobar en menos tiempo los resultados de esa actividad de I+D+i.

Hay un segundo paso, que se realiza en los invernaderos del CTA, donde se vuelve a constatar que existe una repercusión mensurable de esa labor investigadora, y el tercero se da en campos de cultivo repartidos por toda la geografía española.

“Por esa razón los nuevos productos de Fertiberia que salen al mercado cuentan con la seguridad de que se ha probado con éxito”, reitera Cortijo, quien considera probado que “todo paso adelante en innovación tiene detrás muchos años de trabajo”.

Defender la biodiversidad desde el laboratorio

Dentro del mismo ámbito, Fertinagro Biotech destaca que “tan importante como la rentabilidad del agricultor es para nosotros el respeto a la biodiversidad y al entorno rural en el que se genera la actividad agraria”. Por esa razón invierte todos los años en torno a tres millones de euros en I+D+i en nutrición y biotecnología, “lo que le permite desarrollar todos sus productos con el objetivo de incrementar la producción toda vez que se protege y se cuidan los suelos”.

Actualmente colabora con entidades científicas internacionales y nacionales de primer nivel. Fertinagro Biotech “cuenta con más de 800 referencias sostenibles y eficientes, muchas de ellas destinadas a la regeneración de los suelos y cuya aplicación ayuda a reducir la emisión de CO2, así como el uso de recursos finitos como el agua”, recalcan desde la compañía.

Un paso más allá

La percepción por parte del agricultor de esa labor investigadora “es buena con carácter general, gracias a que la agricultura está cada día más en manos de técnicos y de profesionales más preparados: más jóvenes y con un grado de formación más elevado”. Así lo señala Victorino Martínez, country manager de Isagro España, la rama nacional de una multinacional italiana que dedica a la investigación entre el 10 y el 15% de sus recursos.

“Como en otros casos, nuestra compañía procede de la investigación dentro de la química tradicional, aunque en la última década se ha experimentado un giro hacia la denominada biotecnología, que parte de organismos que están en el suelo, en el propio entorno de las plantas”, recalca.

Esta apuesta permite a Isagro adelantarse a las prioridades que se van apuntando en la normativa de la UE, “un ámbito en el que desgraciadamente la química tradicional está mal vista, bien por la preocupación medioambiental, bien por las consecuencias para el propio agricultor que manipula los diferentes productos”.

Este contexto está estimulando la investigación relacionada con productos ajenos a la síntesis química. “Sobre todo hacia aquellos elementos presentes en la naturaleza, a los que no se había prestado la atención debida”, subraya. Tanto por sus características como por la relación que pueden establecer con otros elementos de la naturaleza, “esos productos tienen una importancia creciente y serán vitales en la próxima década”. “A partir de ahí se puede prever cómo será la investigación en décadas siguientes, cuando en gran medida nos adentraremos en algo que hoy parece ciencia ficción, que es la investigación con el genoma”.

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