La campaña de patata -como casi todo este año- está siendo “rara”, a juicio de Marco Martín, el presidente de la Asociación de Operadores de Patata en Origen de Castilla y León (Asopocyl). Lo veían muy mal antes de empezar el arranque, pero ha ido bastante mejor de lo esperado. “Hasta ahora ha sido rentable para el agricultor. Ha habido precios satisfactorios”, explica. 
El presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (Appacyl), Eduardo Arroyo concretaba hace menos de una semana que entonces patatas como la colomba se estaban pagando a 20 céntimos. Las de piel más fina -ambra, soprano, monalisa- se a entre 23 y 24, las rojas de carne amarilla a precios similares también y las variedades rojas de carne blanca se cotizaban a 35 céntimos.
La incógnita es cómo va a ir todo ahora, cuando son fechas de que el arranque en la Comunidad arrecie. “Ahora esta muy parado”, avisa Martín. No hay turismo y la hostelería va a medio gas, así que el consumo está también poco activo. El tubérculo en sacos tiene poco mercado. Le va mejor al lavado, que se comercializa en los supermercados.
“A ver si somos capaces de aguantar un poco los precios de la patata en el lavado…”, desea un dubitativo presidente de Asopocyl. Las primeras semanas de julio se arrancó rápido, pero se ha estancado la actividad. “No hay que ponerse nervioso, que queda mucho tiempo para dar salida al cultivo”, dice con ánimo tranquilizador Martín. “La covid va a marcar mucho la campaña”, reflexiona a continuación.
Los fríos y lluvias de mayo y junio han reducido las producciones este año en Castilla y León, pero la calidad es buena.
