La llegada de la primavera ha servido para que regresen el viento y las nubes a Castilla y León, con un panorama revuelto que se prolongará a lo largo de la próxima semana.
Pero este cambio de panorama no está sirviendo para que caiga el agua que el campo necesita como respirar. Las lluvias producidas durante la jornada del viernes han sido muy escasas y solo en la provincia de Soria se han superado los cinco litros por metro cuadrado.
Las lluvias se generalizarán durante el fin de semana, pero no se trata de aguaceros. Si se cumplen las previsiones de Aemet, la lluvia será muy irregular a lo largo de la geografía regional y será muy raro superar esos cinco litros.
Este viernes la cota de nieve está entre los 700 y los 900 metros y se ha visto algún copo de nieve en zonas como la Ribera del Duero o Campaspero (Valladolid), pero solo ha cuajado en zonas de montaña. Las temperaturas máximas están en descenso.
El sábado se anuncia nuboso, con lluvias y chubascos generalizados en la segunda mitad del día, ocasionalmente con tormenta o incluso granizo. La cota de la nieve seguirá entre los 800 y los 1.200 metros.
Habrá heladas en el norte de la comunidad, con localidades que alcanzarán los tres grados bajo cero, como Villablino, en León, o Aguilar de Campoo, en Palencia. Aunque la mayor bajada del mercurio se registrará en Guardo, en la comarca palentina del Alto Carrión, con seis grados bajo cero.
También habrá valores negativos en municipios situados por encima de los 900 metros de las provincias de Soria, Segovia, Ávila y Salamanca.
El domingo subirán algo las temperaturas y apenas habrá riesgo de heladas, con unas precipitaciones que serán más abundantes en la mitad oeste de la comunidad.
Las previsiones de tiempo nublado y lluvias dispersas se prolongan durante la semana, y está por ver si la suma de todo lo caído servirá para mejorar la evolución de los cultivos.
Tierra seca a 40 centímetros de profundidad
José de la Torre, de Canalejas de Peñafiel, destaca que de momento ha llovido muy poco. La tierra está muy seca, como ha podido comprobar esta semana, cuando ha trabajado con una zanjadora y ha visto que no hay agua siquiera a cuarenta centímetros de profundidad. Y es que “hemos conocido alguna primavera seca, pero ni quienes son mayores que yo recuerdan un invierno tan seco”.
El cereal no ha amacollado (ahijado) y para que eso sucediese tendría que caer una cantidad de agua importante, de modo que ahora mismo hay muchas posibilidades de que haya rendimientos muy escasos.
También ha helado en su comarca, con seis grados bajo cero en la madrugada del jueves, lo que le lleva a recordar el dicho de que “las heladas de abril, al medir; y las de mayo, todo el año”.
“Pidiendo misericordia”
Juan Jesús Valero, agricultor de Donhierro (Segovia), apunta que el cereal “está pidiendo misericordia” y que en la zona son muchos los que llevan semanas regando los cultivos de secano. Aquellas partes de las parcelas a las que no ha llegado el agua están “feas”, mientras que la colza ha florecido y es muy vulnerable a las heladas de estos días.
En la zona han caído menos de dos litros durante la jornada del viernes y en los próximos días seguirá lloviendo, “pero las cantidades de las que hablan son ridículas… aunque siempre puede cambiar”, señala.
Para Juan Jesús el cereal se salvaría si cayeran quince o veinte litros esta semana, pero se necesitaría que cayeran otros tantos dentro de quince días.
En la provincia de Ávila, Roberto San Pedro lo ve “muy mal” en su explotación de Vinaderos, y en este caso el panorama es más bien sombrío para los regantes del embalse de Las Cogotas, que no está en condiciones de atender la campaña de riegos. Se trata de un pantano que se llena “en un suspiro, pero tiene que llover más”, recalca.
