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viernes, marzo 29, 2024
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Acor impulsa el riego con renovables para garantizar la rentabilidad

El socio que contrate remolacha se puede acoger al plan para financiar proyectos de riego a partir de energías ‘limpias’. Su coste en regadío pasará de 800-1.000 euros por hectárea a 150-300 euros.
Recibirá un anticipo a interés cero de 40 euros por tonelada contratada

En la última década el coste de la energía en las explotaciones de regadío ha experimentado un fuerte ascenso, incremento que ha resultado especialmente significativo en aquellas que emplean la energía eléctrica para impulsar el agua de riego.

Este incremento, unido al estancamiento e incluso descenso de los precios de los productos agrícolas, ha hecho que haya disminuido la rentabilidad de buena parte de esas explotaciones. Ante tal situación “se hace necesario emprender una serie de medidas para intentar mejorar la competitividad de las explotaciones agrarias de regadío”, medidas que “necesariamente deben ir enfocadas principalmente en la reducción de los costes de producción”. Así se destaca en la propuesta de impulso a las energías renovables elaborada por Acor y presentada a sus socios durante la Asamblea Ordinaria de la cooperativa.

En la mayor parte de las explotaciones, sobre todo en aquellas que emplean agua extraída a gran profundidad, uno de los principales costes es el del riego, que puede llegar hasta el 35% en algunos cultivos, como puede ser el caso de la remolacha.
Una alternativa a las energías tradicionales

La reducción de los costes de la explotación debe tener como objetivo el disminuir el gasto de energía, que solo se podrá obtener a través de un uso racional del agua, “utilizando sistemas de riego que tengan una alta eficiencia y que al mismo tiempo funcionen a la menor presión de trabajo posible, pero sobre todo con el empleo de las energías renovables como alternativa a las tradicionales (electricidad o gasóleo)”.

Esta convicción ha llevado al Consejo Rector de Acor a elaborar ese plan de apoyo para el empleo de energías renovables en los regadíos de sus socios. El plan consiste en conceder al socio un anticipo a interés cero, de 40 euros por tonelada de remolacha contratada, a devolver en 5 años, a razón de 8 ocho por tonelada y año, sobre el precio de la remolacha contratada con Acor.

Pueden acogerse a este programa todos los socios de la cooperativa que acrediten acometer este tipo de inversión y mantengan un contrato de remolacha con la sociedad. El socio tan solo habrá de presentar un aval bancario por el total del importe adelantado, aval que Acor “ha negociado con las entidades financieras habituales en unas condiciones muy ventajosas para el socio”. El plan se iniciará a partir de febrero de 2017, coincidiendo con la próxima contratación de remolacha de la campaña 2017/18, y se mantendrá al menos durante los próximos tres años (2017/19).

 En la actualidad hay ya funcionando varias instalaciones de riego en Castilla y León que utilizan la energía fotovoltaica obtenida de paneles solares que aportan la mayor parte de la energía que utilizan los motores de riego para impulsar el agua; energía que también puede obtenerse de aerogeneradores que complementan la aportada por dichos paneles solares.

Este tipo de instalaciones, con el dimensionamiento adecuado, podrían aportar toda la energía que necesitamos para el funcionamiento de los motores de riego. Pero este sobredimensionamiento encarecería notablemente la inversión inicial para implantar la nueva instalación de energía renovable. Por ello lo más habitual  es no sobredimensionar la instalación y mantenerse conectado a otras fuentes de suministro (red eléctrica, grupos electrógenos, etc.), que permitan obtener la energía necesaria en aquellos momentos puntuales en los que la nueva instalación no sea capaz de aportar toda la energía necesaria. Esto garantiza por un lado el suministro del agua que necesitan los cultivos en todo momento, y por otro permite reducir  la inversión inicial necesaria para realizar la nueva instalación, y de manera significativa el gasto energético de la explotación.

La aplicación informática de cálculo de costes de cultivo desarrollada por el Servicio Agronómico de la cooperativa permite realizar diferentes estudios de viabilidad para el empleo de este tipo de instalaciones, que se adaptan sin dificultad a las que en la actualidad se encuentran en funcionamiento.

Para 40 hectáreas

En el primer caso (correspondiente al gráfico con fondo azul), Acor analiza una explotación tipo de 40 hectáreas, regada a partir de una perforación que suministra el agua a un pívot, y que cuenta con una rotación de diez hectáreas de cada uno de los cultivos que el socio puede contratar con la cooperativa: remolacha, trigo, colza y girasol. Si se realiza el estudio con la nueva instalación de energía renovable, cuyo coste se ha financiado en parte con el anticipo de Acor y el resto mediante un préstamo hipotecario a 15 años con una entidad financiera, se comprueba que a partir del sexto año, una vez devuelto el anticipo adelantado por la cooperativa, el resultado económico de la explotación mejora notablemente gracias a una reducción muy importante de los costes: el gasto en energía eléctrica se ha reducido de manera considerable.

El aumento de los beneficios de la explotación, si lo comparamos con la situación que tendríamos con la instalación convencional (sin energía renovable), es especialmente llamativo si se tiene posibilidad de verter a la red eléctrica el sobrante de la electricidad que no se utiliza durante las épocas en que no se emplea la instalación para aportar energía a los equipos de riego. Y en mayor medida si, además de instalar paneles fotovoltaicos, se complementa la instalación con uno o varios generadores eólicos (riego mixto).
Para 20 hectáreas

Si el estudio se realiza sobre una explotación de 20 hectáreas (cuadro verde) se observa que la inversión, aunque no arroja los llamativos resultados que en el caso anterior, sigue resultando viable y por tanto aconsejable para obtener los fines que se persiguen: reducción de los costes de riego.

En cualquier caso, se trata de un tipo de instalaciones que permiten abaratar de manera significativa los costes energéticos. Con dicho ahorro, en apenas un periodo de siete a diez años en la mayor parte de los casos se va a recuperar el capital invertido, plazo que incluso podría reducirse si la explotación cuenta con cultivos (hortícolas, etc.) que requieren un riego más intensivo que los que se han utilizado para realizar los estudios.

Con esta nueva situación el agricultor podría pasar de pagar de 800-1.100 euros por hectárea, que puede ser el coste de riego de la remolacha actualmente para los riegos de perforación, a unos 150-300 euros por hectárea una vez finalizada la amortización de la nueva instalación de energía renovable.

Esta disminución del coste de riego, unida al diferencial de producción que tradicionalmente obtiene el agricultor de Castilla y León, y que supone al menos entre 10 y 15 toneladas más por hectárea en comparación con un agricultor francés (el competidor más cercano), “favorecerá que el cultivo de la remolacha se siga manteniendo y continúe como base fundamental de las explotaciones agrícolas de Castilla y León”, como concluye la propuesta de la cooperativa.

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