José Luis Domínguez es el director general de la cooperativa, que acaba de comunicar 5 millones de euros de beneficios en el último ejercicio
Tarde o temprano todo acaba pasando por sus manos. José Luis Domínguez es el director general de ACOR, un transatlántico con casi 4.500 socios y medio millar de trabajadores. Junto con su presidente, Justino Medrano, ha manejado el timón durante los últimos 15 meses. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales y abogado, cuenta con más de 20 años de experiencia en distintas áreas de la cooperativa y ha coordinado muchos de los proyectos en los que actualmente trabaja ACOR. Después de una tormenta casi perfecta, la nave ha vuelto a coger velocidad de crucero.
-¿Cómo está evolucionando el precio del azúcar?
-Ha comenzado a recuperarse a partir de octubre para, por fin, dejar atrás la práctica totalidad de los contratos plurianuales que nos han lastrado en las últimas campañas. La UE sitúa actualmente el precio en 453 euros por tonelada para España. La pandemia redujo el consumo en abril, mayo y junio, aunque la tendencia ahora es al alza. Permaneceremos atentos a cómo evolucione el mercado en los próximos meses.
-Los resultados económicos, aún provisionales, arrojan un beneficio de casi 5 millones, ¿qué balance hace de estos 15 meses?
-Estamos trabajando intensamente para situar a la cooperativa en el lugar que se merece, por eso quiero destacar el esfuerzo y el compromiso de los socios y trabajadores. Sin ellos no hubiese sido posible recuperar la senda de los beneficios tras varios ejercicios negativos. Pero no solo se trata de números positivos; nuestro propósito es sentar las bases que den una estabilidad a largo plazo, y trabajar en proyectos que generen rentabilidad a nuestros socios.
-Es inevitable preguntarle por el resultado de la auditoría que se encargó en su momento.
-Los socios han conocido al detalle los negocios en los que participa la cooperativa. Todos ellos, por sí solos, arrojan resultados favorables salvo, es verdad, la explotación agrícola de 3.600 hectáreas que tenemos en Rumanía. Aquí nos hemos encontrado con algunas dificultades, como la tarea de concentración de fincas que hemos tenido que realizar. Pese a todo, el EBITDA de esta sociedad es favorable en 320.000 euros. A partir de aquí, estamos trabajando en el análisis de todas las alternativas que permitan rentabilizar esta inversión.
-Nos gustaría conocer las líneas generales de su Plan Estratégico.
-Se encuentra ahora mismo en plena elaboración. Todas nuestras actuaciones deben ir encaminadas a proteger a nuestros socios y contribuir a incrementar la rentabilidad de sus explotaciones. ACOR debe ser el aliado de confianza, seguridad y estabilidad para nuestros cooperativistas. La remolacha seguirá siendo nuestro cultivo principal porque estamos convencidos de que tiene enormes posibilidades de futuro para conseguir un mundo más sostenible. Hemos colocado la figura del socio, en toda su dimensión, en la cúspide de la pirámide. Además, algunas otras líneas irán dirigidas a cuestiones de economía circular, eficiencia energética, optimización de recursos y proyectos tecnológicos.
-La superficie sembrada por el socio de ACOR ha disminuido este año.
-El año pasado se produjo una campaña de récord, con 14.100 hectáreas, que sabíamos iba a ser difícil de mantener. Este año se han conjugado distintas circunstancias que han hecho disminuir las siembras. Ahí están las dificultades provocadas por el coronavirus; la finalización del plazo de los cinco años de la ayuda del PDR que, aunque fue prorrogada, algunos cultivadores optaron por no seguir; la inseguridad por los problemas de formación de las comunidades de regantes de aguas subterráneas, o la excesiva cantidad de agua caída durante abril. Pero el socio confía en el valor seguro de la remolacha.
-Es decir, que su apuesta por la remolacha no decae.
-La actividad azucarera es el negocio principal de la cooperativa y el resto de las áreas contribuyen a diversificar e incrementar su rentabilidad. Pero en ningún momento perdemos la perspectiva de que la remolacha es el cultivo central de ACOR. Su tecnificación, la experiencia acumulada durante décadas, el aumento continuo en los rendimientos y las posibilidades de futuro que pueden ofrecer los jugos azucarados confirman la remolacha como nuestro cultivo prioritario.
-A pesar de las dificultades, ¿es la cooperativa una apuesta segura?
-No podemos ocultar que venimos de años económicos difíciles y que la incertidumbre marca los pasos en la economía. Sin embargo, ACOR ha demostrado que tiene músculo financiero para encarar los retos futuros y que puede aportar certidumbre a los socios en un momento de inestabilidad generalizada. El Consejo Rector y todo el equipo de ACOR trabajamos para ofrecer unas bases sólidas y de confianza.
