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viernes, abril 19, 2024
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La industria remolachera confía en alcanzar las 30.000 hectáreas de cultivo

Un cielo empeñado en no despejarse va a influir de forma notable en la producción final de remolacha. Las cuatro molturadoras de Castilla y León cuentan con que finalmente se siembren las 30.000 hectáreas previstas en en la mitad norte peninsular. Es una condición importante para que resulte rentable una actividad industrial marcada por la liberalización del sector y los bajos precios del azúcar.

Miguel Ángel Catalán, del departamento de Cultivos de Acor, destaca que las lluvias han llevado a un retraso de en torno a un mes en las siembra de remolacha. La superficie sembrada supera ya el 50% de las 11.000 hectáreas que la cooperativa se había fijado como objetivo y desde la cooperativa se confía en que se consolide el cambio del tiempo atmosférico.

El deseo es que las siembras se puedan finalizar en pocas semanas, teniendo en cuenta que “en tierras que no den problemas se puede hacer a lo largo de todo el mes de mayo”, según Catalán. Respecto a la remolacha que haya que arrancar antes, las siembras deberían tener lugar antes del 15 de mayo.

Haciéndolo así, hay tiempo de sobra para que tengamos un año normal de remolacha, con unos rendimientos adecuados.

Siembras tardías

Las siembras tardías van a afectar al calendario de arranque y de la puesta en marcha de la fábrica de Olmedo, si bien las fechas se irán decidiendo a medida que se tomen muestras en campo en los meses de agosto y septiembre.
La principal recomendación que se da desde Acor es la de “no precipitarse” con las labores: mejor será esperar unos días y hacer las siembras en condiciones.

Un elemento positivo de esta campaña es que en general no habrá problemas de agua; en primer lugar porque la lluvia ha vuelto a situar los embalses en niveles habituales, con capacidad para el riego. En segundo lugar, porque a estas alturas de año no ha hecho falta regar, lo que marca una diferencia muy importante respecto al año pasado. Sobre todo, destaca “que queda atrás la previsión pesimista de que se reduciría la superficie de siembra por culpa de la falta de agua; estamos en una situación completamente diferente”, apunta Catalán.

Aimcra: la consigna es no precipitarse

Ente la situación de lluvias que ha impedido hasta ahora la siembra de buena parte de la remolacha, desde Aimcra se recomienda planificar las labores sin precipitarse, ejecutándolas en buenas condiciones. “Es mejor retrasar unos días la siembra que realizar labores con excesiva humedad”, recalcan desde la entidad.

También se recomienda utilizar una variedad recomendada y protegida con insecticida. “En caso de parcelas con antecedentes de pudriciones por rhizoctonia, valore la utilización de variedades recomendadas tolerantes a esta enfermedad”.

Respecto a los herbicidas, aconseja la aplicación de preemergencia inmediatamente después de sembrar, “y no se descuide con las aplicaciones de postemergencia”, puesto que es previsible que por estar en fechas más avanzadas el calor acelere el desarrollo de las malas hierbas, haciéndose necesario acortar el intervalo entre aplicaciones.

Riego de nascencia

Aimcra recomienda mantener la humedad superficial del suelo para facilitar el nacimiento y mejorar la acción de los herbicidas. “Para evitar que el suelo se apriete y cree corteza deberá dar riegos de nascencia, cortos pero diarios”, recalca.

También indica a quien sembró antes de las lluvias y ha tenido problemas de nascencia que no se precipite en resembrar. Con 45.000 a 50.000 plantas por hectárea no es necesario. “Si las plantitas están dañadas y tiene dudas sobre su evolución, deles una semana de plazo, márquelas y tome la decisión”.

Aimcra: “No se precipite, estamos a tiempo de conseguir una gran cosecha de remolacha”

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