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jueves, abril 18, 2024
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La reducción de costes será crucial en la rentabilidad de la remolacha

Productores e industria discrepan en el precio al que debe pagarse la raíz, sin alcanzar un consenso. Los sindicatos agrarios reclaman a la administración y a las molturadoras más apoyos.
El arranque de la remolacha concluirá en las primeras semanas de febrero y muy poco después se iniciarán las siembras de la campaña 2014-2015, con una normalidad que parecía impensable hace pocos meses. Los agricultores que barajen sembrar remolacha tendrán muy en cuenta el compromiso de Azucarera de completar el precio de la raíz hasta los 40 euros por tonelada durante un año, aunque los de ACOR tendrán pocas dudas: la cooperativa ha acordado un precio mínimo de 40 euros por tonelada más los retornos cooperativos, si los hubiera. El año pasado los socios recibieron 48 euros por tonelada.

También es muy probable que para el momento de la siembra se haya dado a conocer la reedición del Plan 2014, con el mismo objetivo de mejorar el cultivo de la remolacha, reducir los costes y cumplir los compromisos de sostenibilidad ambiental y seguridad alimentaria.

El Plan 2020 se basará en el asesoramiento directo a cada agricultor, con apoyo a aspectos concretos del cultivo, tanto técnico como económico. Abarcará capítulos como el análisis del suelo, fundamental antes de la siembra y el abonado, así como la gestión del riego. “En definitiva, se mejorarán diferentes aspectos para hacer de la remolacha un cultivo más rentable”, como señala José Manuel Omaña, coordinador del nuevo plan y responsable de Transferencia Tecnológica y Medio Ambiente de Aimcra.

Desde la entidad se subraya que “vale la pena” seguir apostando por este cultivo, sobre todo teniendo en cuenta el alto grado de profesionalidad del agricultor remolachero, así como el carácter homogéneo y previsible de las diferentes campañas. En cuanto a rendimientos, los agricultores españoles están mucho mejor situados que sus colegas europeos, con una media de 108 toneladas por hectárea frente a las menos de 70 de países como Alemania. La investigación orientada a obtener mejores variedades y a perfeccionar la producción hace que los resultados se incrementen a un ritmo cercano al 5% anual y permite fijarse como objetivo una media de 170 toneladas por hectárea. Donde queda más camino por recorrer es en la reducción de costes, sobre todo en relación con el riego. De ahí las nuevas iniciativas que se vienen sucediendo, como la de extraer el agua por medio de energía solar.

Aimcra hizo públicas sus recomendaciones de variedades a finales de diciembre, con un listado de las 17 semillas registradas que han presentado un mejor resultado en los tres últimos años. Los datos analizados son la producción por hectárea, la calidad industrial y el Índice Económico Agricultor, entre otros. ACOR también acaba de desvelar los resultados de sus ensayos. La decisión de adquirir una semilla u otra recae en el agricultor, quien debe tener en cuenta que unas ofrecen más peso y otras mayor polarización.

Otro de los factores que pueden resultar decisivos para la campaña 2014/15 es el análisis del suelo, que ofrecen de forma gratuita tanto ACOR como Aimcra, siempre con la correspondiente recomendación de abonado. Desde los diferentes departamentos agronómicos se insiste en la necesidad de realizar ese estudio con tiempo suficiente para escoger la semilla y realizar el abonado más adecuado.

Más rentabilidad

Respecto al futuro del sector, desde UCCL consideran que “lo vamos a pasar muy mal si no cambia el sistema y la industria gana en credibilidad”. Juan Antonio Rodríguez, de UCCL, está convencido de que el cultivo es “muy viable en Castilla y León pero hace falta que sea también rentable”. Reclama un plan integral consensuado por la administración, industria, agricultores, empresas de servicios y transportistas. “La misma remolacha, ahora, puede costar hasta 8 euros más dependiendo desde dónde se traiga, así que hay margen económico para la reorganización”, razona. Pone como ejemplo a seguir la gestión que hacen en Francia, donde los productores saben de un año para otro cuándo tienen que sacar la remolacha, los camiones transportan 3.000 kilos más que en España y las molturadoras reciben la raíz de parcelas que no distan más de 30 kilómetros de la factoría. Sobre el precio de 40 euros considera que “tiene tantos requisitos que es imposible cumplirlos todos”.

La responsable de la Sectorial Remolachera de Asaja, Nuria Ruiz, considera que el horizonte remolachero está “más o menos claro” en lo que se refiere al sistema de cuotas hasta 2017, año a partir del cual la producción será libre. “Habrá que ver cuál es entonces el precio. Ahora las empresas se han dado cuenta de que si no pagan más de lo que marca la UE el cultivo no es rentable. Con los 40 euros queda similar a 2013, con la ventaja de que ahora todos los pagos están concentrados en los que hace la industria”, explica Ruiz.

La portavoz de Asaja entiende que la viabilidad de cada explotación dependerá también en gran medida de sus costes; de si dispone de regadíos modernizados o no, de qué cultivos alternativos puede sacar adelante, etc.

Para Llorente hubiera sido importante tener un “convenio firmado por todos en 2014, que es un año de transición”. En 2015 considera que el arranque y el transporte debería correr por cuenta de la industria, y que cuando la remolacha permanezca varios días almacenada el agricultor reciba una compensación a cambio. El representante de UPA Matías Llorente es pesimista sobre la viabilidad del sector a menos que se firme un acuerdo marco y que las ayudas lleguen.

Respecto a las noticias de que la superficie remolachera en la zona sur duplicará en 2014 la de la campaña pasada, los portavoces de las organizaciones agrarias no creen que vaya a tener ninguna incidencia sobre el sector en Castilla y León. La siembras en el Sur habían perdido mucho terreno en los últimos años, de manera que ahora está estabilizándose en cifras similares a las de después de la reforma. “Nada hace presagiar que aquí vaya a pasar lo mismo”, sentencia Nuria Ruiz.

En los últimos meses, las organizaciones agrarias y Azucarera se reunieron para tratar de llegar a un acuerdo, lo que no se produjo. Azucarera anunció en diciembre los precios para esta campaña, que básicamente se concretan en completar el precio y complementos previamente establecidos en el AMI hasta alcanzar un ingreso final de 40 euros por tonelada, incluida la Ayuda de Calidad. Este suplemento de precio se aplicará a toda la remolacha de cuota producida en la campaña 14/15 por los agricultores acogidos a todos los complementos acordados con anterioridad, así como a la producción de remolacha que pudiera destinarse a la fabricación de azúcar para ser reportada la campaña siguiente.

16,8 millones en ayudas acopladas

Las negociaciones entre el Ministerio de las Agricultura y comunidades autónomas dejan 16,84 millones de euros en forma de ayudas acopladas para la remolacha; 2,4 millones por encima de la propuesta del Magrama, pero por debajo de los 20 millones que pedía el sector.
Las ayudas al remolachero rondarían los 4,80 euros por tonelada, aunque podrían añadirse cantidades suplementarias a través de las comunidades autónomas atendiendo a las atribuciones del segundo pilar.

En la actualidad, la remolacha recibía en forma de ayudas acopladas 9 millones, aunque el productor recibía además otras subvenciones que ya no percibirá a partir de ahora.

Las organizaciones agrarias han mostrado su disconformidad con la partida fijada para atender las necesidades del sector remolachero por considerarlas insuficientes, mientras que la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, expresó su satisfacción por haber logrado incrementar la propuesta inicial en 2,4 millones y el compromiso de revisar todas la ayudas acopladas.
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