La remolacha presenta un retraso de más de un mes, pero estamos a tiempo de tener una producción dentro de la normalidad “siempre que hagamos las cosas bien y la meteorología no nos dé algún disgusto”, como señala Joaquín Ortiz, técnico del servicio Agronómico y de Cultivos de Acor.
La mala suerte quiso que algunas remolachas sembradas dentro de fecha se vieran afectadas de forma muy seria por las heladas de marzo. Hubo que volver a poner el 80% de ellas.
Si algo ha tenido bueno este año de meteorología perversa ha sido que la remolacha apenas ha necesitado riegos de nascencia, “lo que supone una pequeña ventaja para el profesional, que ve compensada, aunque sea en parte, esa siembra tardía”.
A partir de ahí la nascencia es aceptable, aunque se han detectado algunos problemas fúngicos (sobre todo pie negro) en aquellas parcelas donde el agricultor se precipitó en las labores preparatorias.
Con carácter general el cultivo se va desarrollando y en muchas zonas ya está en el estadio de cuatro o seis hojas.
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