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viernes, marzo 29, 2024
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Las recomendaciones de variedades abren un año clave para la remolacha

Agricultores y técnicos destacan la labor de las casas de semillas, cuyo empuje ha hecho de la remolacha el cultivo más tecnificado de la actualidad. El podio de las mejores variedades se renueva todos los años, con incrementos de la producción del 2%

Ricardo Ortega

Las dos principales entidades que trabajan por el avance técnico de la remolacha, Aimcra y Acor, han hecho públicas sus recomendaciones en cuanto a las variedades más productivas en Castilla y León. También en relación con la resistencia a los principales problemas sanitarios que pueden afectar al cultivo.

Las recomendaciones de Aimcra incluyen este año 18 variedades, con notables cambios en relación con el listado del año pasado, lo que vuelve a poner de manifiesto la velocidad a la que se producen los cambios en relación con este cultivo.

¿Cómo se elaboran las recomendaciones?

José Antonio Centeno, del departamento agronómico de Aimcra, subraya que el Índice Económico Agricultor (IEA) es el dato al que se atiende para decidir las variedades que se incluyen en el listado. También para ordenarlas, una vez escogidas.

El IEA hace referencia a las toneladas de remolacha al precio de 16 grados. Para calcularlo se acude al Acuerdo Marco Interprofesional (AMI), que indica el índice por el que se debe multiplicar el peso en función del precio: “Es el dinero que obtendría el agricultor por la remolacha”, destaca.

Para elaborar el listado, de los campos válidos estadísticamente se hace un agrupamiento del año, y a partir de ahí se reagrupan los datos de los tres últimos años.

Un ‘salto’ de un año para otro

Un paso más en la elaboración de las recomendaciones: de todas las variedades de los últimos tres años se resta el 5% de mínima diferencia significativa. El resultado son las variedades que se publican.

Pero decíamos que la investigación avanza rápido en el sector y la variedad que figure como la primera este año no tiene por qué ser la mejor el año que viene, aunque lo normal es que se encuentre entre las mejores, como señala Centeno.

A la vista de este ‘olimpo’ hecho público por Aimcra, cabe preguntarse por la decisión que tomará el agricultor. La opinión del técnico, todas las variedades de este listado tendrán un buen comportamiento. “De hecho, los ensayos sirven, más que para elegir la mejor, para descartar las peores”, advierte.

No podemos perder de vista que la remolacha es el cultivo del que más variedades se registran en España todos los años. Y siempre representan mejoras; esa es la razón de que el sector esté embarcado en un proceso de eliminación continua.

“Si comparamos el listado de variedades recomendadas con el de hace cinco años vemos que el cambio es total”, a diferencia de cultivos como los cereales, en los que las variedades que más se ponían entonces bien pueden ser las que dominan el panorama ahora.

La genética es la base del incremento en la producción experimentado en los últimos años y lo único que garantiza “es que en los próximos ejercicios se producirá un incremento en la producción”.

Incluso se puede decir que anualmente habrá un 2% de mejora en la producción solo con ir reemplazando las variedades, prevé Centeno.

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Los campos de ensayo en los que Aimcra ha probado las diferentes variedades para la Zona Norte son Anguciana (La Rioja), Villamorico (en el municipio de Laguna de Negrillos, León), Villaldemiro (Burgos), Torrecilla de la Abadesa (Valladolid) y Villavieja del Cerro, en el término municipal de Tordesillas. Este año, sin embargo, se ha descartado el estudio de Villaldemiro por inundación de la parcela.

Las variedades ensayadas en 2016 se sembraron de forma tardía por las lluvias, sobre todo en el caso de Villamorico, que se sembró en el mes de mayo.

Aimcra realiza la siembra con una sembradora convencional y arranca la raíz con un equipo compuesto convencional. El resto del ciclo del cultivo le corresponde al agricultor que colabora con la entidad: preparación del suelo, sanidad, riego…

Todos los años son cinco ensayos por cuatro repeticiones en cada ensayo, por tres años: por eso se dice que cada variedad se ha probado 60 veces. Este año, con la salvedad de Burgos.

Otra información complementaria al listado de las variedades recomendadas reside en la enumeración de las semillas ‘citadas’, que son las que han ofrecido un buen comportamiento en los dos últimos años. Centeno señala que estas variedades, pueden ser mejores que las recomendadas, si bien desde el departamento técnico de Aimcra se considera que ofrecen menor seguridad.

campocyl.es

La cooperativa Acor también ha hecho pública su recomendación de variedades para 2017, una noticia esperada por los cooperativistas pero que atañe al conjunto del sector: las tablas especifican el grado de tolerancia a la rizomanía, así como la diferente tolerancia o resistencia al nematodo de quiste.

Las recomendaciones publicadas hacen referencia a parámetros como el vigor, que es el crecimiento de la planta a los quince días del primer riego. También reflejan la nascencia real, relativa a la que se ha producido pasados 45 días de ese primer riego.

Respecto a la producción, las recomendaciones de Acor reflejan el peso, la polarización y el azúcar.

Con carácter general, las variedades recomendadas tienen un buen comportamiento en el caso de no haber un ataque fuerte de estas plagas y enfermedades, por lo que la cooperativa recomienda su empleo en cualquier caso.

Una genética que mejora de año en año

El sector de la remolacha y el azúcar da por supuesto que la genética mejora de año en año y que las recomendaciones de ambas entidades son consultadas por todos los agricultores remolacheros, al margen de dónde vendan su raíz.

Lo confirma Borja Vara, de Ataquines (Valladolid), para quien “la investigación en variedades es fundamental”, hasta el punto de que “en los últimos años hemos visto un incremento en las producciones gracias a la labor de las casas obtentoras”.

Esos aumentos han sido por la genética con total seguridad, “porque las prácticas culturales o la rotación se han seguido haciendo como siempre”, subraya.

¿Cómo toma la decisión a la hora de adquirir las semillas? “Presto atención a las recomendaciones de Acor y Aimcra, y también a la información que me ofrecen las casas comerciales; la decisión la adopto en función del tipo de suelo y del ciclo que me interesa, siempre pensando en la fecha de arranque”. Otro dato que tiene en cuenta “es la resistencia a nematodos y rhizoctonia”, recalca.

Un factor clave a la hora de sacar adelante el cultivo es la fertilización, “puesto que en la zona de Ataquines tenemos un suelo muy especial, con un pH muy elevado, que bloquea determinados elementos, lo que nos obliga a prestar atención especial al abono que aportamos”, destaca.

El valor de la experiencia personal

Otro remolachero que atiende a las recomendaciones de las dos entidades es Esteban Izquierdo, de la localidad segoviana de Bembibre de la Hoz, a 15 kilómetros de Peñafiel.

Dedica todos los años unas 80 hectáreas al cultivo de la remolacha, con una producción que entrega de forma íntegra a Acor.

Además de analizar las recomendaciones publicadas, tiene en cuenta su experiencia personal, “porque no te puedes fiar de una sola cosa a la hora de decidir”.

También diferencia entre las distintas casas de semillas, a las que ya conoce bien, en cuanto a producción, riqueza y sanidad foliar. O en relación con la fecha de arranque más deseable.

En el cultivo de la remolacha es importante tener en cuenta qué tierra hay que sacar antes; las más fuertes son las que más problemas pueden dar en caso de que llueva. “Por eso deben ser las primeras en arrancar y por eso en ellas pondrás variedades que vayas a cosechar antes”.

En conjunto, la labor investigadora de las casas obtentoras es “fundamental” y “permite incrementar la producción de año en año”. “Se nota muchísimo cuando comparas tu producción con la de dos años antes”, destaca.

Este año pondrá la misma superficie porque su intención es mantener un cultivo que conoce desde hace muchos años “y que tiene el principal inconveniente de los gastos, que rondan los 3.000 euros por hectárea”. De esos gastos, dos terceras partes corresponden al riego, en una zona donde el agua se extrae de perforaciones.

La semilla puede suponer 300 euros por hectárea, los tratamientos varían en función del año y la fertilización se sitúa en las 70.000 pesetas (unos 420 euros). En su caso se trata de fertilizantes de liberación lenta. “Con la experiencia hemos visto que al final del ciclo queda menos fertilizante en el suelo y que ello hace que la planta reaccione, con el resultado de que la raíz tenga más riqueza”.

Esteban Izquierdo

El papel de la industria

El cultivo sigue mejorando en producción año tras año, pero además ha superado barreras que hubieran hecho desaparecer el cultivo como son la rizonamía, la rhizoctonia, los nematodos… Así lo señala Carlos Blanco, responsable técnico de la Zona Norte de Koipesol Semillas, para quien las recomendaciones de Acor y Aimcra “suponen el punto de partida antes de hacer cualquier previsión de fabricación o política comercial”.

En su opinión existe una relación directa entre las recomendaciones y las variedades que se siembran en la comunidad, tanto por cuestiones de calidad como por la presión de la industria para que el agricultor siembre las variedades que le indica. De hecho, hasta ahora la prioridad de Koipe era la de buscar una mayor rentabilidad para el agricultor (mayor rendimiento de azúcar por hectárea acompañado de la tolerancia a enfermedades), “pero desde la pasada campaña la industria quiere variedades con más calidad industrial porque son más rentables para ella”.

Criterio para comprar

Clemente Morate, de SesVanderHave, también es de los que opinan que la remolacha destaca por su innovación entre los cultivos extensivos, y en España más que en países como Francia, si se analiza en términos relativos. “Se trata de responder lo mejor posible a las necesidades del momento y asegurar, así, la competitividad del gremio remolachero-azucarero a largo plazo”, destaca.

Según su experiencia, las recomendaciones -todas- “afectan bastante” a las cifras de venta. En menor medida a la política comercial, “que en nuestra empresa es clara, estable y seria en todos los sentidos”, y “prácticamente nada” a la producción de semillas, que se planifica a nivel mundial.

¿Existe una relación directa entre esas recomendaciones y las variedades que se siembran? “Sí, pero con matices. Si bien hay cultivadores que están esperando la lista para sembrar la que aparece la primera, otros fían menos su siembra al dato estadístico y prefieren añadir el criterio de su experiencia; ver la trayectoria de la variedad y de la empresa en más de un año y su comportamiento estable”.

Así, “los altos rendimientos de tus variedades hacen que tus ventas se incrementen y dispongas de más medios para mejorar; pero es casi hablar de lo mismo”, advierte.

También anuncia “resultados prometedores” en la investigación sobre variedades que necesitan menos agua. Eso sí, “no tengo muy clara la vía de introducción de estas variedades en el campo de cultivo”.

Agricultores muy profesionalizados

La evolución de las variedades es fruto de la tecnificación, de la competencia entre casas comerciales y de la demanda de agricultores muy profesionalizados, “que nos obliga a ser cada vez mejores”. Gonzaga Hernández Zaballos, de KWS, reconoce que las recomendaciones de Acor o Aimcra “son el test que demuestra si nuestro trabajo va en la línea correcta”. Estas recomendaciones “son tan importantes que, sin ellas, la evolución de rendimientos no habría sido tan acusada”.

En el caso de KWS, “el 100% de las variedades comercializadas son recomendadas bien por Aimcra o por Acor y el mercado en general no está muy lejos de esa cifra”.

Desde la compañía “trabajamos para que nuestras variedades tengan cada vez un paquete de tolerancias más completo y aporten más rendimiento al agricultor”. La inversión en una hectárea de remolacha es muy alta “y queremos aportar al agricultor la seguridad de que ciertas plagas o enfermedades no van a poner en riesgo esa inversión”. Para él, las mayores dudas del agricultor surgen a la hora de utilizar variedades tolerantes a enfermedades sin tener la certeza de que vayan a aparecer. Pero en la mayoría de los casos “estas dudas son infundadas, ya que las variedades tolerantes rinden tanto o más que las variedades convencionales”.

Una carrera trepidante

Pablo Toro, de Betaseed, destaca que las compañías obtentoras “se han visto abocadas a una constante y trepidante mejora en las variedades”. Entre otras cosas, por el ‘examen’ que suponen las recomendaciones, que afectan a la propia estrategia de negocio de la compañía”.

“En otros países también existen estos institutos de investigación, y son ellos los que marcan el paso a empresas como la nuestra: si quieres estar a la vanguardia en la técnica, debes estar siempre en el ‘top’ de la recomendación”.

En el otro lado de la balanza está el hecho de que “esta gran exigencia hace que sea más costoso desde el punto de vista de la investigación, ya que cada año debes superar de nuevo a las variedades ya existentes”. En otros cultivos una variedad tiene una vida de 5 a 10 años, o incluso 20 en el caso de algunas variedades de cereal, “lo que te permite llevar los programas de ‘breeding’ a un ritmo normal y con unos costes razonables”.

En el caso de la remolacha, por el contrario, “la vida de una variedad excepcionalmente supera los dos o tres años, y muchas veces hay variedades excelentes que no llegan siquiera al mercado, ya que, aun siendo mejores que la inmensa mayoría de las que los agricultores están sembrando, no superan a las ‘top’ de la lista”.

Para Toro, toda la investigación de Betaseed “se basa en obtener variedades que den soluciones a nuestro cliente, que no es otro que el agricultor”. Tanto este como los técnicos “son conocedores de la gran ayuda que proporciona toda la investigación que hay detrás de estas recomendaciones; no dudan a la hora de elegir las variedades, pues saben que las recomendadas son, sin lugar a dudas, con las que van a conseguir los mejores rendimientos en sus explotaciones”.

 

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