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Cultivos salvados por la campana en Castilla y León

La pequeña tregua entre unas lluvias y otras justo ha dado el margen suficiente para que los agricultores puedan abonar y tratar el cereal en la mayor parte de la región
castellanoleonesa. Los cultivos presentan ahora un buen aspecto generalizado
Los días pasan y la campaña entra en la primavera, pero el panorama agronómico continúa pendiente de la climatología. La pequeña tregua que han dado las lluvias ha permitido laborear en la mayor parte de la comunidad. No en todos los territorios. Y sin tiempo para las dudas. Y otra vez que vuelve a llover.

En general, los cultivos están bien, según describe José María Santos desde Urcacyl. “Con más o menos dificultades se ha podido abonar y aplicar herbicidas y fungicidas”, señala Santos.

Las dificultades son para aquellos que no han tenido aún ninguna opción de entrar en las fincas. Ya en abril, queda poco margen de maniobra. Lo más probable es que las siembras de esas parcelas se pierdan.

Norte y sur

En la zona de Herrera de Pisuerga (Palencia) han aprovechado los días buenos entre unas lluvias y otras para fertilizar. Algunos también comienzan a aplicar herbicida. Más al norte, en el entorno de Aguilar de Campoo, el exceso de humedad apenas ha permitido a los tractores trabajar. “El campo no está malo, aunque algunas cebadas están amarillas aún a la espera del calor que les permita asimilar el abono”, explica Ibai Díez, técnico de Agropal en la comarca. Los trigos, que han hecho una corta parada en su ciclo vegetativo, ya han vuelto a arrancar.

El peligro está en que una posible helada abrileña pille al cereal en un mal momento dado que está bastante adelantado.

“Hay algún problema de hongos en la cebada, que irá a más con la subida de la temperatura. También habrá que tratar el trigo”, avanza Díez. En algunas zonas han comenzado a sembrar remolacha, y pronto empezarán con la alfalfa. También quedan pendientes las sementeras de la cebada tardía.

Desde la palentina Cooperativa Agrícola Regional (CAR) indican que la cebada va con adelanto en el territorio bajo su influencia. Sobre todo la temprana. En el debe, que no ha ahijado todo lo deseable. Le falta calor y nitrógeno, pero ya han empezado a abonar en las zonas con más drenaje. La sanidad es buena, aunque la imposibilidad de aplicar tratamientos ha favorecido la proliferación de malas hierbas. La alfalfa no ha tenido parada vegetativa y las vezas están regulares por exceso de agua. En la vega de Saldaña queda mucho maíz por recoger.

Buenos trigos

En tierras vallisoletanas los trigos “están muy buenos”, según confirma el presidente de la cooperativa Valle de Esgueva, Honorato Calleja. Al igual que sucede en algunos otros lugares de la región, a la cebada le hace falta un poco más de tiempo para aprovechar el abonado y reverdecer.

El mayor problema lo tienen aquí en la lucha contra el bromo, que un año detrás de otro continúa extendiéndose y que es más resistente a los herbicidas. “En la cebada se mata muy mal y los tratamientos efectivos son cada vez más caros”, lamenta Calleja. El gusano de alambre ha comido parte del grano de las sementeras, sobre todo en las parcelas de siembra directa y ha habido problemas en las vezas. Todavía no hay hongos.

En León han rentabilizado los días de buen tiempo para abonar sin tregua. También ha habido quien ha repasado las fincas para eliminar las malas hierbas, tal como detalla el técnico de LESA Luis de Juan. En el campo leonés tampoco han registrado afecciones fúngicas. “Lo más acuciante era la falta de fertilización”, insiste De Juan. Así, los agricultores se centran en satisfacer las necesidades de nutrientes de sus cultivos.

También en las parcelas charras está más amarilla de lo deseable la cebada. Pero no hay que preocuparse. Lo normal es que la primavera acabe con las consecuencias de los excesos de agua. Para el responsable del departamento agrícola de Campal, José Antonio Marcos, “hay un buen secano”. Las labores en el regadío están solo comenzando.

Una vez que todo el cereal ha recibido ya prácticamente el abono que necesitaba, los agricultores están ocupados en preparar la tierra para sembrar girasol, remolacha, patata y maíz.

Los trigos segovianos presentan buen aspecto, confirman desde O. Palomo. La cebada está un poco peor debido a las afecciones fúngicas. Las labores se han podido hacer más o menos bien, lo cual contribuye a que la cosecha apunte buenas formas. Al menos para estar en los parámetros normales, que podría ser una gran cosecha si la meteorología viene de cara.

El técnico de Cultivos en Copiso Eduardo Pascual señala que la nascencia de los trigos en el campo soriano fue “muy buena”. En algunas zonas como Almazán y San Esteban de Gormaz el cultivo está muy adelantado. La semana pasada comenzaron a tirar nitratos, una labor que hasta entonces les había sido imposible. La alta densidad de planta hace necesario que la primavera venga con suficiente agua como para que el trigo grane bien. Si hay sequía la buena nascencia podría convertirse es un arma de doble filo.

En las cebadas sorianas, que también germinaron sin problemas, se nota menos el adelanto vegetativo, según apunta Pascual. Hubo un problema muy localizado de pulgón, que afectó a un número muy reducido de hectáreas. Respecto al girasol que se sembrará en mayo, las previsiones de superficies son similares a las de la campaña pasada. “Es bueno que la tierra se haya cargado de reservas de agua en invierno”, certifica el técnico de Copiso.

En Burgos y Zamora el panorama no difiere mucho de la generalidad del resto de provincias. Adelanto en algunas zonas, donde el quid está en que no hiele tarde.

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