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jueves, marzo 28, 2024
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InicioCooperativas“El agricultor que siembra con la cooperativa ACOR tiene su rentabilidad asegurada”

“El agricultor que siembra con la cooperativa ACOR tiene su rentabilidad asegurada”

La cooperativa ACOR cuenta con 2.926 socios activos, manteniendo así el quorum de cooperativistas en números similares. José María Zarandieta es el director general de la Sociedad Cooperativa Agropecuaria ACOR.

-¿Cuál es la situación de ACOR?
-La cooperativa va razonablemente bien a pesar de las dificultades del mercado del azúcar. Han desaparecido las cuotas coincidiendo con una producción mundial récord, lo que ha provocado una reducción de precios. Sin embargo, operacionalmente hemos hecho un muy buen ejercicio. Seguimos con la tendencia al alza en contratación y entrega de la remolacha de nuestros socios.

Hemos aumentado a 10.400 hectáreas a pesar de la difícil campaña de siembras. Seguimos en la progresión positiva. Hacer cada vez más azúcar nos permite reducir el coste fijo unitario, permitiéndonos posicionarnos adecuadamente en un mercado en el que cada vez hay más competencia.

En cuanto a la planta de extracción de aceites, ésta ha alcanzado su estabilidad productiva lo que permite a nuestros socios tener a su disposición una rotación de cultivos amplia y rentable.

-¿Cuáles son sus objetivos?
-Estamos en periodo de adaptación a la nueva situación que supone un mercado mucho más competitivo y volátil, en el que es muy importante tener costes muy aquilatados. Por tanto, reducir costes es vital. Suplementariamente, estamos acometiendo grandes inversiones que nos permitan tener más resiliencia ante las situaciones de estrés en el sector.

Destaca la construcción de un nuevo silo de azúcar que además de reducir costes de almacenamiento externos, nos va a permitir elegir el momento más adecuado para comercializar nuestro azúcar. También hemos puesto en marcha un digestor de depuración de aguas para producir biogas con el que reducir los costes de secado de la pulpa. En definitiva, estamos acometiendo acciones en pro de la mejora de la rentabilidad del negocio.

-El trabajo de la cooperativa supone muchas ventajas para el agricultor.
-Desde luego. Nos vamos ya a una cifra de negocio que supera los 275 millones de euros, contando con la actividad que derivamos hacia nuestras empresas participadas, que contrasta con los 113 millones de facturación de la actividad cooperativizada.

Entre ambas cifras tenemos toda la actividad de refino de azúcar, la extracción de aceites en Agroproducciones, las ventas de melaza a través de Iberlíquidos… Nos hemos asociado con interlocutores muy potentes para buscar la mejor comercialización de nuestros productos. En el sector del azúcar colaboramos con Tereos, que nos aporta la posibilidad de comercializar nuestro producto a través de los ‘tenders’ europeos de los grandes consumidores, que de otra manera nos sería muy difícil participar.

En Agroproducciones estamos con Sovena, el primer productor de aceite de oliva nacional y uno de los primeros en girasol y en el caso de Iberlíquidos con EDF Man, un gran especialista en la comercialización de melazas y sus derivados.

Todo este volumen de negocio y estas asociaciones estratégicas redundan desde luego en beneficio del socio.

-¿Va a seguir apostando ACOR por la remolacha? ¿Cómo es el futuro del azúcar?
-Sin duda. Que haya dificultades en este momento no significa que nos espere un futuro negro. Soy optimista. El consumo mundial está creciendo del orden de tres millones de toneladas anuales y se mantiene el 1,8% de crecimiento anual a nivel global.

Esto significa que nos vamos el año que viene a un consumo de 180 millones de toneladas de azúcar, cifra que iguala las máximas producciones alcanzadas históricamente. Por otro lado, se ven síntomas de agotamiento en la capacidad de Brasil de seguir creciendo, ya que está enfocando su producción hacia el bioetanol por la subida del precio del petróleo. Europa también parece que estabiliza su producción…, por tanto, pienso que en un par de años se habrán absorbido los excesos de azúcar del mercado y los precios volverán a niveles razonables.

En cuanto a la reputación del azúcar, estamos sometidos a mucha presión mediática. Sin embargo, normalmente, al final, triunfa la sensatez. El azúcar es un componente fundamental de la nutrición humana. Los alimentos, no son buenos o malos en sí mismos. Lo son las dosis inadecuadas que consumimos de ellos. Lo fundamental es tener una dieta equilibrada, tanto en nutrientes como en energía. De cualquier manera, debemos recordar que en España el consumo de azúcar per cápita está por debajo de lo que promulga la Organización Mundial de la Salud.

-El remolachero de Castilla y León puede estar entonces tranquilo.
-Perfectamente tranquilo. ACOR va a seguir apoyando a los remolacheros castellanoleoneses. Pensamos que a nivel empresarial estamos haciendo los deberes y en relación con la Política Agraria Común, todo parece indicar que va a haber cierta continuidad y van a seguir los apoyos a la remolacha ya que estamos hablando de un cultivo de gran importancia medioambiental y social.

Asamblea de ACOR.

-¿Van a mantener el acuerdo que tienen con sus socios más allá de 2020?
-Por supuesto. La asamblea aprobó que los agricultores recibirán un mínimo de 42 euros por tonelada hasta 2020 y ahí estamos. Se mantendrá. El agricultor que siembra con ACOR tiene su rentabilidad garantizada. Esa es nuestra razón de ser.

-¿Los contratos son para todos?
-Fundamentalmente son para los socios. El que se hace para un no socio es normalmente una situación excepcional, que obedece al periodo transitorio mientras el agricultor consigue darse de alta como socio. Es verdad que hay mucha demanda de participaciones para incorporarse a la cooperativa y no todos los agricultores en el momento de sembrar la remolacha las han conseguido. Nuestra labor es para los socios.

-Trabajan en reducir los gastos de producción, como los del riego.
– Efectivamente. Sacamos el año pasado la línea de apoyo al socio para acometer inversiones de mejora y modernización energética del riego. Son inversiones altamente rentables en riegos de perforación, que van a permitir reducir importantemente el coste del cultivo y por ende, mejorar su rentabilidad.

Con esos regadíos modernizados vamos a estar en condiciones de competir con ventaja con franceses o alemanes. Va a poner al sector en la vanguardia de Europa en cuanto a rentabilidad.

-¿Está ahí el crecimiento del sector?
-Como mínimo va a suponer su consolidación. Tenemos un cultivo de remolacha que se ha tecnificado muchísimo y las producciones que se están alcanzando son las mejores de Europa. Vamos a mantenerlas a costes europeos. Además, el beneficio no solo es para la remolacha, el ahorro afecta también al resto de los cultivos de la explotación.

-¿Va a modificar el agua el mapa de ubicación del cultivo remolachero?
-El agua es un factor crítico. Es necesario aumentar la capacidad de almacenamiento, recargar los acuíferos, seguir modernizando los regadíos y tener una política hidrológica muy clara y pensando en el futuro. Necesitamos embalses que sean plurianuales, el cambio climático lo tenemos encima y nos enfrentamos a periodos de intensa sequía que deberemos paliar.

-Todo eso es a largo plazo, pero tenemos que sembrar en febrero…
-Es verdad, tenemos que solventar los problemas de hoy pero también pensando en los que vendrán en el futuro. Y esos ya estamos viendo cómo vienen. Entonces, no afrontarlos sería una irresponsabilidad. De cara a la próxima campaña, parece que los pantanos van a quedar con reservas suficientes para atender las siembras.

-¿Trabajan en sistemas que consuman menos agua?
-Se están consiguiendo unos modelos de aprovechamiento del agua en remolacha magníficos. Los agricultores están regando ya en función del nivel de humedad que tiene el suelo. La remolacha, con las producciones que se están alcanzando, está aprovechando la totalidad del agua que se le aporta. Y no solo eso, la mayor parte del agua aportada vuelve al ciclo natural. Las fábricas azucareras son grandes amigas de los ríos porque depuramos el agua que trae de la remolacha (un 80%) y la devolvemos al río en mejores condiciones de calidad que la propia que lleva.

-La localización del socio también supone más o menos gastos.
-Por supuesto, nos gustaría tener toda nuestra remolacha en un radio de 30 kilómetros, pero no es así. Nuestro objetivo es alcanzar una producción mínima de 180.000 toneladas de azúcar por campaña. Mientras no tengamos la capacidad de la fábrica completada vamos a seguir creciendo y esto puede implicar tener remolacha algo más lejos. Es verdad que hay nuevos cultivadores incorporándose a la cooperativa, algunos en provincias lejanas, pero nuestros estatutos son claros y las reglas de acceso son para todos iguales.

-¿Qué le piden a la Administración?
-Que sigan apoyando al cultivo y trabajando en la modernización de los regadíos. La Junta de Castilla y León y la Administración Central han sido muy sensibles en este tema y se está avanzando de forma clara. A la CHD hay que insistirle en que siga planificando el incremento de agua embalsada, que haya más pantanos o grandes balsas para que la cuenca del Duero sea más resistente a las sequías.

-¿Es optimista?
-Por supuesto. Nos queda por delante un año duro, pero se ven ya síntomas que inducen a pensar que la situación está cambiando. Creemos que el mercado se estabilizará y tenemos la suerte de que la península Ibérica además de ser deficitaria en azúcar contamos con la ventaja logística de estar lejos de las grandes zonas productoras. Si a eso le añadimos que nuestra fábrica, tecnológicamente, compite perfectamente con cualquier otra europea y que en ACOR hay un equipo de personas magnífico, no hay ninguna razón para no ser optimista.

-¿Cuál es el mensaje de ACOR a su socio y al agricultor de Castilla y León?
-Que hay que seguir creyendo en la remolacha, que es un cultivo fundamental en la rotación. Siempre ha sido la columna vertebral. Aporta sistemáticamente seguridad y rentabilidad. Que confíe en la rotación de ACOR (remolacha, colza, trigo duro y girasol). Nosotros vamos a continuar insistiendo en la línea de mantener precios mínimos garantizados por contrato.

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