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jueves, marzo 28, 2024
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La fórmula para pasar una Navidad tranquilos

“Ante la falta de materias activas, sería deseable fomentar la investigación pública"

José Ángel Cortijo, responsable Zona Noroeste de Fertiberia

La sementera se ha producido adecuadamente en Castilla y León pese al parón de principios de noviembre, fruto de las lluvias abundantes. La nascencia también está siendo muy correcta y las plantas han llegado al frío con un desarrollo adecuado. Esto nos permite recordar que serán aquellas parcelas abonadas correctamente las que tendrán una mayor capacidad para resistir al frío.

En estas fechas la colza entra en parada invernal hasta enero, cuando la planta empieza a acusar el mayor número de horas de luz. En el caso del cereal, en función de una serie de circunstancias, como la variedad empleada, se detendrá o se ralentizará su desarrollo; en función de ello, un crecimiento de su sistema radicular dará a la planta mayor capacidad de alimentarse, lo que se notará a lo largo del ciclo.

Esta aparente obviedad es una llamada de atención para aquellos agricultores que siguen la ‘moda’ de sembrar y esperar a la primavera para realizar un abonado de única aplicación. Cabría recordarles que puede llegar el momento de abonar y que la meteorología les haga posponer varias semanas una tarea que las plantas necesitan con urgencia.

Un agricultor me dijo un día que hay que pasar el invierno y la Navidad tranquilos: que el maíz esté cosechado, la remolacha arrancada y el cereal bien alimentado. De este modo, lo mejor es emplear dos días de trabajo con la fertilización antes de la siembra.

Por desgracia para la agricultura, la dinámica de fertilización está cambiando en muchos lugares, como en determinadas comarcas de Burgos o Valladolid. Acostumbrarse a sembrar y no abonar demuestra hasta qué punto muchas personas se acomodan a los mensajes cómodos, pero sabemos que nadie da duros a cuatro pesetas, una norma que se cumple de forma inexorable en la agricultura: el profesional puede recibir muchos mensajes, pero está en su mano aplicarles un filtro y discernir si son realistas. Como profesional, debe tomar por sí mismo la decisión de abonar o no, de adquirir un producto determinado, detenerse a leer sus especificaciones para decidir si es lo que más le conviene a su cultivo.

Es cierto que la fertilización es uno de los gastos más importantes de la explotación; pero no por eso hay que abonar menos, sino que debemos prestar atención y tomar la decisión más adecuada. En concreto, hay que recordar que en nuestros suelos hay elementos poco móviles, como el fósforo y el potasio, que serán más efectivos, y por lo tanto más rentables, si los aplicamos en fondo en lugar de en cobertera. Además daremos en el clavo si, como decimos, atendemos a las especificaciones del producto y optamos por un producto con fósforo 100% disponible.

La riqueza de un agricultor no está en sus tractores ni en su maquinaria, sino en su tierra; de ahí la necesidad de tratarla bien a lo largo de los años. Y hay fincas en Castilla y León que ya están exhaustas.

Otra de las grandes asignaturas pendientes de nuestro campo reside en los problemas fitosanitarios, agravados por la falta de materias activas autorizadas para combatir las plagas y enfermedades.

La política agraria es un guion que el agricultor no puede saltarse, que fomenta la rotación de cultivos, la adopción de alternativas, cambiar la forma de trabajar. Pero el agricultor se encuentra con el problema de que va a actuar a partir de ese guion y no tiene herramientas. Es lo que sucede en la huerta y en cultivos como la legumbre, para la que existen muy pocas materias activas registradas; el agricultor se ve con las manos atadas porque el marco normativo le condiciona incluso a la hora de plantear las rotaciones. En el caso del cereal, muchas de las materias activas contra el bromo, la amapola resistente, la vulpia o el vallico perjudican a muchos posibles cultivos del año siguiente.

Este problema, que preocupa de forma muy seria al profesional, solo se puede abordar desde el ámbito de la investigación. En Castilla y León sería deseable fomentar la actividad investigadora sobre las alternativas de cultivo dotando a los organismos públicos de mayores recursos en esta área; y es que a día de hoy la mayor parte de la investigación descansa sobre hombros privados.

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