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martes, abril 23, 2024
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La vendimia se generaliza, vale poco la patata y pronto se recogerá un girasol regular

La campaña de remolacha se ha desarrollado muy bien, con una excelente producción que se puede ver seriamente perjudicada por la falta de agua para el riego. Las últimas lluvias, generalizadas aunque con distinta pluviometría, permiten las labores de preparar la tierra

Por fin. Más vale tarde y a cuenta gotas que tarde y nada. Las tormentas de la semana pasada han aliviado ligeramente al agricultor, que ahora puede alzar las tierras en circunstancias más favorables y sin levantar tanta polvareda. Es un consuelo más que un motivo de alegría, pero en un año tan aciago casi cualquier cosa se da por buena.

“Han sido lluvias generalizadas en Castilla y León, aunque irregulares. Está bien lo que ha caído: ha bajado el calor y los cultivos lo agradecen. Ayuda si se puede ahorrar algún riego”, apunta el responsable del departamento de Agricultura e Innovación de Urcacyl, José María Santos. En algunos lugares se han contabilizado quince litros y 35 en otros. Ha habido donde incluso han causado daños, sobre todo en algunos puntos concretos de León.

En la agrupación de las cooperativas castellanoleonesas confían en que sea posible quemar en breve los rastrojos, de acuerdo con el plan plurianual aprobado el año pasado. Permite que el agricultor pueda eliminar así los restos vegetales del 25% de su tierra. Los elevados costes de producción, la falta de agua, la carestía de insumos, plagas y enfermedades y que no ha habido cosecha son algunas de las razones que esgrimen para justificar esta práctica.

La gran duda -y temor- es que los embalses se recuperen o no para la próxima campaña. Por el momento, las previsiones apuntan a un otoño seco y cálido. El riego podría quedar limitado, en el peor de los casos, a zonas y con asignaciones todavía más reducidas.

Mucho maíz perdido
El maíz es de los que clavan la mirada desencajada en la línea de meta. Y no todas las parcelas terminarán la carrera. En León se habrán suministrado entre tres y cinco riegos por inundación. El suministro del Porma acaba ya. “Habrá pérdidas del 20% respecto al año pasado, pero se salvará la campaña”, apunta un apesadumbrado Matías Llorente, de UPA Castilla y León.

Los terrenos dependientes del embalse de Barrios de Luna han recibido tres riegos. El último fue el 10 de agosto. Y ya se acabó. Los de Riaño libran. El maíz está adelantado aproximadamente veinte días y Llorente se muestra convencido de que el peso específico y la calidad del grano serán inferiores a lo deseado.

Las alubias de ciclo corto las están arrancando con normalidad, aunque las más tardías están aún muy verdes y es improbable que terminen el ciclo. En la alfalfa se perderá un corte. Como en el conjunto de la Comunidad, el miedo de los productores leoneses supera lo inmediato: “Los embalses quedarán con el mínimo y no sabemos qué hacer para el año que viene”, avanza Llorente.

 

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