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jueves, marzo 28, 2024
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Riegos a baja presión en Manganeses, ahorro en coste inicial y de explotación

Los sistemas para el regadío que requieren menor presión pueden ser una alternativa
frente a las modernizaciones tradicionales que apuestan por la aspersión. El riego mediante gravedad tecnificada a baja presión y el goteo de alta frecuencia manifiestan su potencial
El pasado año, en el número del mes de julio, hablamos en esta publicación de una experiencia que se estaba llevando a cabo en la localidad de Arcos de la Polvorosa, tendente a orientar la modernización de la zona regable que está abastecida desde el Canal de Manganeses. Es una comunidad de regantes situada en la cola del Sistema Órbigo, con problemas para garantizar las necesidades de riego, en especial, en años secos como el acaecido entre 2011-2012.

La determinación del ámbito más adecuado para llevar a cabo la experiencia piloto sobre riegos a baja presión, llevó a analizar la zona regable en función de tres variables; por un lado, la tipología de los cultivos, por otro, la estructura parcelaria y, finalmente, la permeabilidad y pendiente del terreno. Son aspectos básicos por su incidencia en las dosis de agua y la separación entre riegos que deben aplicarse a los cultivos.

En este sentido, se seleccionó el entorno que mejor se adaptaba a las necesidades de la experiencia: 60 hectáreas del término de Arcos de la Polvorosa, regadas desde el canal de cola. Las distintas parcelas cuentan con una superficie media superior a la hectárea, ubicadas sobre suelos francos cuya permeabilidad natural se adapta perfectamente al sistema de riego elegido, y con un desnivel natural desde la toma del canal, lo que permitía llevar a cabo el riego por gravedad sin necesidad de establecer una impulsión a un elemento intermedio (balsa). Si bien, en el caso del goteo a baja presión, sus necesidades se podían resolver instalando un pequeño bombeo alimentado por energía solar (paneles fotovoltaicos).

Sobre esta base, se diferenciaron dos tipos de actuaciones:

Riego por gravedad tecnificada a baja presión mediante tuberías enterradas con toma directa en el canal de cola de Manganeses. La toma está dotada de una compuerta de husillo y distintas rejas para retener la suciedad que circule por el canal y evitar obstrucciones. Se distribuye a los distintos sectores de riego a través de tres líneas de tuberías de PVC de diámetros 315 y 250, de forma que cada parcela pueda regar a través de un pequeño hidrante ubicado en la linde.

Para llevar al cabo el riego de cada parcela, se suministraron a cada agricultor los metros necesarios de manguera flexible de polietileno de un diámetro de 200 milímetros, la cual se perforó con el intervalo que demandaba la distribución de los surcos en cada una de las parcelas. Con este sistema se regaron 26 parcelas, que representan una superficie total de 49 hectáreas.

Riego de alta frecuencia por goteo. En este caso, se utilizaron goteros de superficie desde hidrantes localizados en cada parcela. Durante la ejecución de las obras se decidió la mejora de la instalación incorporando la automatización del riego y la dosificación de fertilizantes y herbicidas a través de la toma en parcela. El funcionamiento de los goteros exige contar con una presión inicial en parcela en torno a 10-12 metros de columna de agua.

Para ello se ejecutó una caseta de bombeo con una doble función; por un lado, se aprovechó la cubierta para instalar los paneles solares que aportan la energía necesaria para el bombeo. Por otro lado, en su interior, se alojaron tanto la batería de 24 acumuladores como el depósito de agua desde el que se bombea a la red de goteo, mediante dos pequeñas electrobombas de tres kilovatios de potencia, y un calderín que permite un funcionamiento más acorde.

Por otra parte, se realizó el sistema de riego que incluye filtración, automatismos, y tres redes de tuberías; la distribución general en tubería de PVC (diámetro 200 milímetros), la red secundaria constituida por polietileno entretejido con salidas insertadas de fábrica cada metro; y la red de goteo constituida por goteros capaces de aportar un litro a la hora cada 40 centímetros.

En este caso, fueron siete parcelas que abarcan una superficie de 11,3 hectáreas, y que están dotadas de una toma individual que cuenta con llaves de corte, manómetro, reductor de presión, sistema de dosificación y control del automatismo.

Los cambios introducidos, durante el desarrollo de la pasada campaña y antes de comenzar la presente, tienen como objetivo garantizar el funcionamiento del sistema de goteo en automático mediante programador, de forma que se riegue cada dos horas una superficie equivalente a dos hectáreas o lo que es lo mismo, regar diariamente las 11,3 hectáreas de la experiencia piloto, dentro del ámbito temporal comprendido entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche.

5.000 euros por hectárea

El coste final de las obras, incluido el amueblamiento de las parcelas, se aproximó a los 300.000 euros, cifra que representa un coste inferior a los 5.000 euros por hectárea; es decir, menos de la mitad del coste previsto con la modernización tradicional, todo ello sin incluir amueblamiento, en este segundo caso.

Los consumos de agua han sido menores a la media habitual de la zona regable, aunque un dato más real será el obtenido en la presente campaña 2015 dado que el retraso en la puesta en servicio de la actuación, así como la diversidad de cultivos, motivó que existieran riegos iniciales a través de pozos existentes. Esta situación cuestiona el resultado obtenido para el riego por gravedad tecnificada, cuyo consumo total se situó en el entorno de los 4.500 metros cúbicos por hectárea. En cualquier caso, el sentir generalizado de los agricultores es que han regado bien y más cómodamente.

En cuanto al sistema de goteo, el consumo medio se ha situado en torno a 4.000 metros cúbicos por hectárea. Aunque mayoritariamente se regó maíz, en esta zona hubo también parcelas que cultivaron patatas y remolacha. Las producciones han sido similares a las obtenidas en años anteriores. Se ha mantenido un contacto permanente con los agricultores, quienes han sido, más que participantes, colaboradores y un apoyo importante en el desarrollo de la experiencia.

Calidad de las aguas

Asimismo, se llevó a cabo un control a través de vehículos aéreos no tripulados del estrés hídrico y el vigor vegetativo de la planta durante el último mes de la campaña. Se llegó a la conclusión que resultaría más interesante al comienzo del año agronómico, por su potencial aportación a la toma de decisiones en la programación de riegos, así como evitar que el vigor vegetativo de la planta pueda enmascarar los datos de estrés hídrico.

Desde el punto de vista del aprendizaje, las cuestiones que se tornaron más complejas y que condicionaron el desarrollo de la experiencia fueron la calidad de las aguas del canal, así como el dimensionamiento del sistema de paneles y acumuladores.

En el primer caso, porque el canal arrastra una importante cantidad de ova y, en el segundo, porque se ajustaron demasiado sus parámetros de forma que la solución diseñada andaba muy justa, tanto en producción como en almacenamiento de energía.En este sentido, se puede señalar que existió un problema inicial de diseño al considerar una calidad de agua bruta mejor que la real, por presencia de algas.

Esta circunstancia suscitó, asimismo, un debate sobre el sistema más idóneo de filtración: mallas o anillas, manteniéndose sistemas de filtración por mallas durante la campaña 2014.La toma de agua en el canal era compartida por el riego de gravedad tecnificada y el goteo, observándose que el régimen del agua era laminar y arrastraba menos suciedad en las ocasiones que solo funcionaba el goteo.

Además, las bombas de proyecto eran de caudal más que de presión, por lo que hubo problemas para alcanzar la presión de lavado requerida por el filtro automático.

La campaña se salvó gracias a la colaboración de todos y, en especial, el personal de Confederación adscrito a la zona y a la experiencia piloto que permitió atender tanto a la limpieza periódica de la toma, como al lavado de los filtros semiautomáticos de mallas que se venían colmatando cada hora de riego efectivo, lo que condicionaba el funcionamiento en automático.

Filtración más potente

El sistema ensayado de riego presenta como ventajas una menor inversión inicial y menores costes de explotación, dado que las necesidades energéticas son menores al precisar entre tres y cuatro veces menos altura de agua. Esta exigencia puede ser satisfecha incluso mediante sistemas alternativos autosuficientes, como la energía solar fotovoltaica.

La problemática asociada a la filtración ha determinado que se lleven a cabo una serie de actuaciones cuya eficiencia se valorará durante el seguimiento de la presente campaña 2015. A este respecto, se han separado las tomas de gravedad tecnificada y de goteo, con lo cual se espera que un régimen más lento de entrada de agua al sistema de goteo reduzca la suciedad que pueda arrastrar, y se ha instalado un sistema de filtración automático por anillas más potente, para dar respuesta a las puntas de suciedad asociadas al agua de entrada, dejando como reserva el sistema semiautomático de la campaña anterior.

Los resultados obtenidos permiten avanzar que se van a reducir los consumos de agua sin merma de la producción; con lo cual, la experiencia puede calificarse como totalmente positiva y enriquecedora, ya que como dijo Santiago Ramón y Cajal: “Lo peor no es cometer un error, sino tratar de justificarlo, en vez de aprovecharlo como aviso providencial de nuestra ligereza o ignorancia”.

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