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sábado, abril 20, 2024
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Solo la Junta puede dar el rodonticida contra los topillos en las zonas de plaga

La densidad y dureza con la que finalmente pueda transcurrir este invierno son factores determinantes en los umbrales de población de los roedores. Aún es pronto para determinar cuál será esta evolución, según manifiestan en Itacyl

La severa preocupación por los daños que han causado y que pueden seguir ocasionando los topillos (Microtus arvalis) en los cultivos, en muchas zonas de Castilla y León, ocupa el pensamiento y las conversaciones de los agricultores. En las zonas en las que oficialmente está declarada la situación de plaga sería posible emplear el rodenticida que solo puede suministrar la Junta de Castilla y León. Nada más está autorizado para aplicarlo un profesional con el carné correspondiente para ello. La contratación de un seguro agrario específico también es una fórmula óptima para contrarrestar los perjuicios que se derivan de la alimentación del topillo campesino.

El perjuicio ocasionado hasta ahora es evidente, pero qué sucederá en adelante es menos evidente. “La evolución a corto y medio plazo, en la actualidad no es sencilla de prever por los múltiples factores que afectas a las explosiones demográficas, además ahora las poblaciones se tienen que enfrentar a un invierno. Hasta la entrada del invierno las condiciones climatológicas han sido favorecedoras en general para que se produzcan esos incrementos poblacionales, y asimismo contrario para la ejecución de algunas de las recomendaciones preventivas y de control recomendadas por la administración como pueden ser las técnicas orientadas a la remoción del terreno”, señala el jefe del Observatorio de Control de Plagas de Itacyl, Constantino Caminero.

Según sea el invierno

La intensidad y dureza con la que finalmente pueda transcurrir este invierno son factores determinantes para los umbrales poblacionales con los que el topillo llegue a la primavera. “La situación actual nos permite estimar que los fríos recientes han hecho descender los parámetros reproductivos y la actividad, y el ambiente provocado por la escasez prolongada de precipitaciones, con, por ejemplo cultivos, en general bastante retrasados, no provoca condicionantes óptimos para la supervivencia de los topillos”, aclara el técnico.

A pesar de todas las circunstancias meteorológicas, Caminero considera que aún es muy pronto para estimar cuál será esa evolución, de manera que lo más recomendable es “la precaución, continuar con el seguimiento de las poblaciones y ejecutar todas aquellas recomendaciones y actuaciones que técnica, productiva, económica y medioambientalmente resulten viables para la prevención y control de las poblaciones recomendadas por la Administración”.

Daños reales y posibles

El daño real en cuanto a posibles pérdidas que se produce en la actualidad, así como durante todo el periodo de cultivo, depende de varios factores. Hasta ahora afecta por incursiones desde las vías de dispersión en la franja más próxima del cultivo y por los pequeños rodales. Mientras sigan los condicionantes adecuados para una baja actividad reproductiva, no es previsible que el daño vaya a más. Desde Itacyl recomiendan actuar antes que esta situación varíe a peor y aumenten los riesgos.

Estas afectaciones iniciales no siempre han de traducirse forzosamente en daños con pérdidas reales, pues un mismo grado de ataque puede tener consecuencias diferentes en función de a qué cultivo afecte, según el juicio de Constantino Caminero. Será de nuevo la evolución del invierno y el grado de ejecución de recomendaciones y actuaciones en zonas de riesgo los que delimiten finalmente los niveles poblacionales y grado de protección de los cultivos cuando llegue la primavera, y con ella el incremento en los ratios reproductivos y actividad del topillo. “Es ahora el momento, antes de que eso ocurra, cuando deben realizarse las medidas de prevención y control recomendadas por la administración”, recalca el especialista.

Consideración de plaga

El Acuerdo 78/2016, de la Junta de Castilla y León, ha declarado la plaga además de establecer como de utilidad pública una batería de medidas fitosanitarias que la evolución al respecto del conocimiento científico y técnico permiten establecer para la lucha contra las poblaciones del topillo campesino en la comunidad autónoma.

Coloquialmente la expresión “plaga” incluye connotaciones de pérdidas y daños significativos en los cultivos. La consideración más práctica de cuándo considerar plaga es en qué momento es necesario iniciar actuaciones preventivas y de control. “En este sentido tampoco se debe establecer un umbral poblacional a partir del cual pueda provocarse daños, pues esto es dependiente de muchos factores y, en añadido, si lo que se pretende es disminuir esos daños lo que debe hacerse es actuar con anterioridad a que esos umbrales se alcancen”, advierte. En este criterio, se debería considerar plaga, en cuanto a posible justificación de actuaciones de prevención y control.

Es posible considerar poblacionales altas como aquellas que, de forma eventual, pueden generalizarse en distintas entidades del territorio, motivadas por la fase de incrementos demográficos típica y recurrente dentro de la dinámica poblacional de estas especies. “El concepto genérico de plaga se daría cuando esas densidades poblacionales altas ocurriesen en momentos y con una distribución tal que afectasen de forma significativa a los cultivos”, define el jefe del Observatorio de Control de Plagas de Itacyl.

Posibles soluciones

El uso de rodenticida en la prevención y control del topillo campesino no constituye una medida única y aislada, sino una herramienta complementaria para la gestión integrada del problema. Lo que se persigue con el conjunto de la estrategia integrada es proteger los cultivos durante el incremento poblacional del roedor. Y fomentará la presencia y actividad de los enemigos naturales del topillo con medidas que favorezcan su asentamiento, reproducción, cría y actividades de oteo y caza en el territorio.

Los efectos de las actuaciones integrales (remoción del terreno, quemas, inundación, trampas, lucha biológica) se traducen en una reducción de las poblaciones.

“Cuando las parcelas ya han sido sembradas y presentan grados iniciales de colonización, no pudiendo realizarse labores mecanizadas de destrucción de guaridas o las rapaces tienen dificultades en la caza por la propia cubierta del cultivo, es cuando la aplicación controlada y localizada de rodenticida se torna en una medida útil, viable y efectiva dentro de la gestión integrada”, confirma Caminero. Actualmente en España, el Registro de Productos Fitosanitarios no contempla ningún producto autorizado para ser utilizado contra topillo campesino que sea de aplicación en terreno agrícola y aplicable por los agricultores.

Sin embargo, el Mapama convocó una reunión del Grupo de Trabajo de Expertos de las comunidades autónomas y del Ministerio para analizar la situación específica detectada en Castilla y León. El Grupo de Trabajo del Ministerio reconoció en Castilla y León la existencia de una situación de emergencia fitosanitaria, y en función de ello, con fecha 14 de noviembre de 2016 resolvió la autorización excepcional para el uso de productos fitosanitarios formulados a base de bromadiolona 0,005% (GB) P/P como rodenticida .

“La autorización excepcional permite el uso, no la comercialización, y única y exclusivamente producto que, respondiendo al formulado autorizado, sea proporcionado por la Junta como rodenticida para el control del topillo de campo. Tiene vigencia hasta el 14 de marzo de 2017, y el ámbito geográfico de autorización se ciñe a las comarcas de Campos (Palencia), Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), Tierra de Campos (Valladolid) y Campos-Pan (Zamora)”, matiza el experto.

José Luis Sainz: “Las colzas de regadío me las tienen trituradas. Parece que la hoja es algo que les gusta más”

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Después de mucha espera ha llovido algo, por fin, en algunos territorios de la Castilla y León más de secano. El magua también se ha dejado ver en las inmediaciones de la capital vallisoletana, en concreto en el entrodo de los montes Torozos. Aún así, la preocupación del agricultor de la tierra es todavía significativa en muchas zonas. El origen de esta desazón se debe a la alta densidad de las poblaciones de topillo campesino y a los daños que este roedor ocasiona en los cultivos al alimentarse.

En la primavera pasada ya se constató un incremento del número de topillos en las tierras. Se detectó mayor presencia de topillos en siete comarcas: Peñaranda de Bracamonte, Campos, Tierra de Campos, Campos-Pan, y en menor medida en las de Pisuerga, Esla-Campos y Sahagún.

 El empleo de productos rodenticidas está recomendado como la última solución a partir de que con la ejecución previa de las demás medidas fitosanitarias sea preciso mitigar las colonizaciones en las parcelas de los cultivos ya implantados. Esta medida es la que más polémica produce.

Los productos pueden ser aplicados solo por personas que dispongan como mínimo del carné de usuario profesional para ello y que las fórmulas estén registradas y autorizadas para terrenos agrícolas. El Seprona, los Servicios Territoriales de Medio Ambiente y la Dirección General de Salud Pública se encargarán del seguimiento periódico e intensivo de la correcta aplicación del producto rodonticida. Pueden aplicar medidas correctoras y sanciones.

Por Tierra de Campos en Valladolid y Palencia, el responsable comercial de Euralis Ibérica Norte y de la empresa Agricultura y Genética, José Luis Sainz, es consciente de que hay una “infestación” de topillos considerable. La razón de la progresión demográfica la encuentra en que “este tiempo con tan poca pluviometría les favorece. Se refugian en sus galerías bajo la tierra y ahí el frío de las heladas no les hace daño. Es peor la lluvia, que ayuda a controlarlos”.
Los daños en los cultivos son evidentes. Sainz señala que hay rodales en trigos, cebadas y colzas con bastantes daños.

“Las colzas de regadío me las tienen trituradas. Parece que la hoja de la colza es algo que les gusta especialmente”, destaca en referencia a sus propias fincas. Los regadíos se desarrollan más que los secanos, de manera que en ellos hay más alimento en estas fechas. Los roedores inician sus colonias –y la alimentación- en las orillas de los caminos, pero después se trasladan hacia el interior del sembrado, donde se establecen y además comen.

Para el responsable comercial de Euralis y de Agricultura y Genética “ahora estamos por encima de la media de incidencia. Quizá no tanto como hace unos años, pero sí más que lo normal”.

Cree que el número de topillos y sus afecciones pueden crecer siempre que no llueva en las próximas semanas. “Tiene que llover para que se reproduzcan menos. Y no se han utilizado todavía productos contra ellos”, argumenta.

Para controlar la plaga Sainz considera que resulta de utilidad la aplicación de los venenos autorizados, así como la realización de las labores profundas que cada vez son menos habituales. Y la pluviometría.

Los topillos pueden causar daños de entre el 10 y el 25% de los cultivos dependiendo de cuánto se desarrolle la plaga, según el experto.

“Ahora puede haber en algunas zonas mermas de hasta el 20%. Y con el problema de que la colza no rebrota. El cereal está muy tardío por la falta de humedad, con la raíz sin apenas profundizar, de manera que el efecto de los topillos le afecta más de lo normal incluso”, avisa un experimentado José Luis Sainz.

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