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viernes, marzo 29, 2024
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“Trabajar con Indycons hace que no te la juegues”

La cooperativa tiene un contrato con Matutano (Pepsico) para suministrale 18.500
toneladas de patata de industria al año. Los socios reciben unos 14,4 céntimos el kilo, además del retorno, con una rentabilidad cercana a los 2.000 euros por hectárea
El sector de la patata tiene en la industria un asidero importante, con la celebración de contratos y la garantía de que se obtendrá un precio seguro, suficiente para ser rentable. La empresa familiar de Luis Miguel Chico cuenta con 36 hectáreas de patata de industria, que entrega de forma íntegra en la cooperativa Indycons, de la que es socio. “Trabajar con la cooperativa hace que no te la juegues, ya que tienes prácticamente garantizado un beneficio cercano a los 2.000 euros por hectárea”, señala.

Los beneficios de ser socio son numerosos, desde los análisis de suelo y la adquisición de la patata de siembra hasta la venta, en la que recibe unos 14,40 céntimos el kilo. A ese precio hay que añadirle el retorno cooperativo, que se puede situar entre 12 y 18 euros por tonelada. “La fórmula de Indycons funciona”, apunta Luis Miguel, que destaca la “absoluta transparencia” con la que funciona la cooperativa, cuyo consejo rector “se abre a todos los socios que lo soliciten”.

Indycons mueve 22.000 toneladas de patata al año, con capacidad para almacenar más de 15.000, y suministra la patata a la compañía Matutano, del Grupo Pepsico. El contrato es para 18.500 toneladas, aunque sus responsables esperan poder entregar este año por encima de esa cantidad. Los puntos de destino son las fábricas de Burgos y Portugal.

La cooperativa tiene un movimiento de 4,2 millones de euros al año. Del beneficio resultante, la mitad se destina a reinversión y la otra mitad, a retorno.

Guillermo Holgado

El presidente de la cooperativa, el agricultor Guillermo Holgado, destaca que Matutano contrata con ellos por el suelo y la capacidad de trabajo, pero también por la capacidad de conservación. Indycons tiene once naves con sistemas de ventilación forzada, y dos de ellas con refrigeración. La tecnología es de la compañía Cristof Agro. En la actualidad se construye la nave número 11 y se está introduciendo el sistema de conservación en cajones para evitar mermas.

El trabajo con el socio se inicia con la planificación de las siembras, realizada desde la cooperativa una vez analizados los análisis de suelo. Plantan las variedades Hermes, VR 808 (exclusiva de Pepsico), Brooke (que no tiene capacidad de almacenamiento y se vende desde el campo) y Lady Claire, una novedad con la que se espera llegar con patata de calidad hasta el mes de mayo.

Desde la cooperativa también se ayuda a cumplimentar el cuaderno de campo, obligado por Pepsico dede mucho antes de que fuera obligatorio. Además, la multinacional tiene a sus técnicos por las parcelas para asegurar que se cumplen las directrices, aunque la relación con el agricultor es “más de colaboración y ayuda a que se hagan bien las cosas que policial”, apunta Luis Miguel.

Investigación

La relación con Pepsico incluye la realización de ensayos en parcelas, como el desarrollado sobre riego por goteo, con ahorros del 30% en el consumo de agua en comparación con la cobertera “y un ahorro de 200 euros por hectárea”, como subraya el presidente.

Para él también es un punto a favor de la sociedad el trabajar de forma democrática y el que todas las decisiones se adopten después de debates “muy rigurosos”. “Todas las decisiones se adaptan para beneficiar al más débil”, remacha.

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